Apocalipsis sentimental.

20: El Moño.

 

 

 

Brad.

 

Es idéntico a mí, pero sus ojos son más oscuros, está más sorprendido que yo.

 

Horas antes.

 

Ya es de noche y aún no sabemos en donde quedarnos, ya que vinimos sin  nada planeado. La casa es enorme y cada parte de aquí es espectacular. Sin darme cuenta, me encuentro frente a la piscina, me siento e introduzco mi mano al agua. Nunca antes había estado en un lugar tan lujoso como este. Rápidamente me pongo de pie y corro hacia los arbustos pasando por una de las ventanas. Me da miedo a que me vean de noche.

– Jeison-hablo a susurros y lo encuentro también escondido entre los arboles junto a Jessica-¿Está dormida?-la miro y sus ojos están cerrados y su cabeza está descansando en el hombro de Jeison.

– ¿Qué harás? ¿Lo veras ahora o mañana? Porque si lo ves ahora, nos podemos quedar aquí, no he reservado ningún lugar-espera una respuesta.

– Pues dormiremos aquí-me siento en el bien cuidad, y verde, césped-no será tan malo, hace calor aquí.

– No dejaré que ella duerma afuera-ladeo mi cabeza hasta que se me ocurre una idea, no tan buena, pero no dormirá afuera-¿Qué se te ocurrió?

– No dormirá afuera-frunce el ceño-será una locura pero podemos ponerla en una habitación en donde no haya nadie.

– ¿Estás loco? No podemos entrar a la casa y dejarla en una habitación como si nada, ni si quiera sabemos si hay cuartos libres-me pongo de pie y camino hacia dentro de la casa. Es bueno que la ventana de uno de los cuartos esté abierta, pero está oscuro y no veo nada. Creo que está vacía.

– Tráela aquí-se levanta junto a Jessica y tiene el sueño bastante pesado-no hay nadie-ella se queja pero se termina acostando, haciéndose una bola. Al menos no dormirá afuera como nosotros-dejemos que duerma y nosotros vamos afuera, mañana por la mañana venimos por ella y nadie la verá-asiente un poco dudoso, pero terminamos saliendo. Esta noche será un poco…incómoda.

 

 

 

***

 

  

El sol está que quema y me prohíbe que siga con mi sueño. Me pongo de pie bruscamente en busca de Jeison y no lo encuentro por ningún lado. Voy a la habitación y no hay nadie. La puerta del baño está cerrada y la luz está encendida, camino hacia ella pero una voz me hace detener.

– Brad, aquí estamos-me volteo y ahí están ambos. Corro hacia ellos y salimos del cuarto. El sol está muy fuerte, hace calor y no he lavado mi cara. Jeison no parece que haya dormido, sus ojos se cierran de vez en cuando. Hemos caminado bastante, se escucha el sonido del agua de la piscina y no sé si debería aparecer así como así-¿Vas a ir a hablar con él o no?-soba su nuca cansado.

– Lo haré, creo que ya es hora-Jeison se adelanta un poco al escuchar unas voces en la puerta principal-¿Quién es?

– Son Oliver y Tom-camino más rápido para verlos, pero no lo logro. Veo las espaldas de ambos y uno de ellos tiene sus brazos llenos de tatuajes. Jeison se da cuenta de mi asombro y comienza  a hablar-el que tiene tatuajes es Tom y el otro es Oliver. Tendrías que darte cuenta por el cabello de Tom, es idéntico al tuyo.

– Cuando me decidí entrar, ambos se van-me quejo-¿Creen que puedo entrar antes de que ellos vuelvan?

– Van a pensar que eres Tom-comenta Jessica. Ha estado muy callada desde que llegamos-lo único que verán diferente serán los tatuajes.

– Pues mejor-contesto-¿Ustedes vendrán conmigo?-ambos se miran entre sí dudando de que responder.

– Será mejor que vayas solo. Es algo de familia-agrega Jeison-Jessica y yo nos iremos a…algún lugar cercano-asiento y sin más, suelto un suspiro y me encamino hacia la puerta principal. Toco una vez y no pasa nada, vuelvo a tocar y me abre una chica, rubia y ojos verdes, es bonita.

– ¿Tom?-frunce el ceño-¿Por qué tocas? ¿Ya fueron de compras con Oliver?-abro mi boca para hablar pero las palabras no salen de mi boca, no sé qué decir-¿te cambiaste en el camino? Te queda bien-parpadeo un par de veces al ver que espera que responda al menos una vez.

– Ahh-¿Enserio? No me pudo haber salido otra palabra-vine antes-sonríe y toma mi mano entrándome a la casa-creo que puedo caminar solo-suelto lento su mano y arquea sus cejas.

– ¿Estás bien?-se para frente a mí y me observa-te he dicho que debes fumar, hasta te hace ver cansado-¿Fumar? ¿Él fuma?-estábamos comenzando a cocinar con Danna y comenzó a cortar la cebolla de una forma…extraña-caminamos a la cocina y me encuentro con cuatros chicas pelirrojas. Dios….

– Danna-hablo en voz alta, sin saber quién es, solo quiero saber. Un de ellas se da vuelta y me sonríe coqueta-tienes que aprender a cortar la cebolla-agrego y fulmina con la mirada a las demás chicas por empezar a reír.

– ¿Dónde está Oliver?-suelta otra chica. Rasco mi nuca nervioso.

– Tranquila Sabina, él vendrá pronto-le sonríe y dirige su mirada a mí-necesito hablar contigo-susurra para que solo yo escuche y caminamos a un rincón-¿Qué te ocurre? Estoy empezando a dudar si consumiste algo.

– ¿También consumo drogas?-pregunto sorprendido abriendo mis ojos ¿Qué clase de hermano tengo? ¿Es uno problemático?

– Tú no eres Tom-dice algo atónita. ¿Me descubrió?

– Escucha…no es lo que tú crees-me observa detenidamente-no sé si me creerás o qué, pero soy el gemelo de Tom-no cambia su expresión en lo absoluto.

– Lo sabía desde un principio. Tampoco eres Max-hasta ella conocía a Max y yo no-¿Quién eres tú?

– Soy Brad-me presento-somos trillizos con Tom y Max, pero…nunca he salido de mi casa, siempre fui escondido por mi familia.

– ¿Cómo puedes venir aquí? ¿Sabes cómo puede reaccionar Tomas sobre esto?

– Oye Tom-las chicas se acerca a nosotros-quieres probar nuestra obra de arte, ya que Danna no quiso cocinar nada-me señala la cocina para que vaya pero el sonido de la puerta abrirse capta la atención de todos. Ahí está. ¿Es él?




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