24: Ayuda y Recompensa

Jessica.

– Hay por favor-me quejo-Brad ha dicho que se irán por unos días y que la casa estará vacía, podemos entrar-sonrío y vuelve a negar.

– No olvides que hay un guardia ahí dentro-se cruza de brazos-nos verá y le dirá a Oliver o a Tom-me acerco a la ventana y todas las luces están apagadas.

– No hay nadie, vamos-tomo su muñeca y lo trato de llevar pero se detiene-no tengo ganas de dormir, de nuevo, en el pasto-desvía su mirada rápidamente-quiero comer algo, tengo hambre y no hemos comido nada desde ayer.

– No me culpes a mí, si ves a Tom-trata de entrar pero lo detengo.

– Creo que me arrepentí-intento irme pero me lo prohíbe.

– Ya es tarde-se coloca detrás de mí y me empuja-sin arrepentimientos-entramos, por la ventana de una de las habitaciones y a pesar de ser de mañana, está todo oscuro. Caminamos a la cocina y es enorme, mucho más grande que la del bunker. Pensar en eso hace que recuerde a Tom, cuando comenzó a correrme con el cuchillo en manos. Una sonrisa involuntaria se forma en mi rostro-¿Crees que es mejor que la que hay en mí casa?-abre el refrigerador y nos encontramos con fideos instantáneos. Genial, zacearé mi hambre con fideos-¿Alguna vez comiste esto?-pregunta mientras sonríe. Niego. Busca por todos lados una hoya, hasta encontrarla, la llena de agua y la coloca en el fuego-ahora solo espera-coloca una mano en su mentón y me observa fijo-¿Qué te ocurre?

– No lo sé-frunce el ceño-no es que no sé, bueno sí, pero no entiendo por qué-tomo asiento frustrada.

– Déjame ver si entendí-se sienta a mi lado-sabes lo que te pasa, pero no quieres admitirlo-¿Cómo es que…? Me manda una sonrisa genuina-me ha pasado.

– ¿Estaría mal si digo que extraño a Tom?-apoyo mi cabeza en mi mano-Es decir…nos dejó con Jackson, fingí ser su prometida y por terminar con Tom, quise engañarme a mí misma de que sentía algo por tu hermano-golpeo levemente mi cabeza con la mesa-soy una completa idiota por decirle que no quería verlo nunca más.

– Estabas confundida. No todos sabemos que hacer en una situación así-desvía su mirada a la cocina.

– Aún no sé qué hacer, porque él se ve feliz con Emma. No quiero entrometerme, quiero que esté bien-se acerca y palmea mi cabeza.

– Todo a su tiempo-arqueo mis cejas. Vuelve a la cocina y coloca los fideos en el agua-no pienses demasiado.

– Es que…ni siquiera sé que hacer. Ni que sentir. Quiero tratar de olvidarlo, pero no puedo, nunca le he agradecido todo lo que hizo por mí, ni tampoco lo valoré para que sepa que es muy importante en mi vida. Extraño que me consuele, que me abrace-cierro mis ojos y ciento la mano de Jeison pasar por mi cara quitando lágrimas que ni siquiera sabía que estaban ahí-¿Por qué todo tiene que ser tan difícil?-me giro y lo abrazo. ¿Por qué todo es tan difícil? ¿Por qué siempre todo es malo? Tal vez él está mejor con Emma y ya me olvidó, ya lo nuestro se terminó.

– No digas eso-acaricia mi cabello-es normal que lo extrañes. Es obvio, ya que saliste con él, pero hay algo que se llama superar. Lo superaras y encontraras a otra persona que se quede contigo en todo momento, que te abrace, que te consuele cuando estés triste.

– ¿Pero cuánto tardará eso?-me separo quitando las lágrimas de mi rostro.

– Cuando hay algo que no llega cuando queremos, es porque debemos solucionar otras cosas, antes de eso. Lo olvidamos, ya que anhelamos que llegue algo nuevo. En unas palabras, dejamos algo que es valioso, pero que perdió su brillo, por algo que tiene menos valor, pero brilla más.

– Pero no sé qué es eso con poco brillo-alboroto mi cabello y él se pone de pie.

– Ya sabemos que Tom es el objeto nuevo, el más brillante. Pero… ¿Qué es lo que olvidaste por querer estar con Tom?-mi familia. Oh no mi madre. Mi hermano, mi padre.

– Mi familia-suelto -hace días que me fui de casa, solo por dejarme caer en la tentación de querer cambiar mi vida, por una que nunca va a pasar-coloca los platos en la mesa.

– Dejaste algo que no todos pueden tener, por algo que, a mi parecer fue algo pasajero-Lo siento mamá, enserio lo lamento. Comienzo a sollozar y Jeison me atrae hacia él-volveremos a esa ciudad en donde vives y veremos a tus padres, lo prometo. Al menos quiero que seas feliz con tus padres. Tranquila-acaricia mi cabello.

***

Ya me he paseado por toda la casa y no he encontrado a ese tan guardaespaldas. Jeison se ha ido a tomar una ducha, que toma prestada la ropa de…no sé quién. Entro a un cuarto que es enorme. La ventana es grande, dos mesas de noche junto a la cama y una televisión un poco alejada de la cama. Me siento y observo detenidamente los detalles de la habitación cuando percibo un aroma que puedo reconocer a varios kilómetros. Tomo la almohada, la olfateo como un perro y la colonia de Tom invade mis fosas nasales. Como la extrañé.

La dejo en donde estaba y salgo de ahí para no llorar. Voy a donde Jeison se fue a duchar, abro la puerta y me encuentro con una espalda desnuda, ancha y por primera vez no me siento nerviosa de ver eso. Antes me sonrojaría y saldría corriendo, pero no sé por qué no lo hago.

– ¿Puedo pasar?-toco ya con la puerta abierta. Se gira y me sonríe.

– Ya estas dentro ¿No?-seca su bonito cabello rubio y se acerca-¿Ya has visto la casa?-asiento-necesito una cama para dormir ¿Cuál me recomienda?

– No me he acostado en todas las camas pero…-no le diré la Tom, no dejaré que entre-la segunda habitación, a la derecha, es sumamente dura, es incómoda entre otras cosas-trato de convencerlo, pero entre cierra sus ojos.

– ¿Estas segura de que no es cómoda?-asiento-¿Es de Tom?-asiento derrotada-No entraré, si eso es lo que quieres, no me acercaré. ¿Pero cuál me recomiendas?-giro sobre mis pies y camino hacia una de los cuartos con una enorme cama, que dudo que no duerma cómodo-¿Aquí?-entra dudoso, enciende la luz y se acuesta bruscamente. Palmea el lado derecho para que me acueste también pero niego-No te hare daño, ven. Ya sebes mi verdad, no tiene que pensar que te haré algo-tiene razón. Me recuesto a su lado y ambos observamos el techo.