Apocalipsis sentimental.

27: "Amistad arreglada"

 

Tomas.

 

 

Creo que está pelea fue un poco diferente a las demás. Fue muy…fuerte. Pero debía decirle que besé a Jessica, no quería ocultárselo. Sé que estuvo mal y lo admito, pero…no tengo excusa. Es algo que toda mi vida he hecho y Jessica tiene algo que no puedo describir pero…no muchas chicas lo tienen. Ella es especial y no tengo idea de por qué la besé. Creo que me dejé llevar por el impulso. No sé qué demonios hacer. Emma me gusta y mucho, pero es igual que todas. Y Jessica también me gusta y es única. Ella es diferente de alguna manera.

– Este es un triángulo peligroso-me digo a mi mismo entrando al hospital.

Barry aún sigue igual, no hubo ningún cambio y me está preocupando que no mejore. Mañana será la junta de accionistas y Barry tendrá que ir en silla de ruedas. Con Oliver conseguimos muchas firmas de algunos accionistas, pero aún no conseguimos la más importante. La de Gabriel y Walter. Ambos tienen a los mejores accionistas y necesitamos sus firmas lo antes posible.

– Barry-llamo su atención entrando al cuarto, mientras que la persona a su lado gira sobre sus pies encontrándome con… ¿Charlie?

– Tom-me sonríe-ha pasado mucho desde que te fuiste-mi mirada se dirige hacia Barry.

– Cuando volviste, envié a algunos hombres a buscar a las personas que quedaban con vida. Tuvieron que estar en cuarentena por dos semanas para confirmar que no estaban infectados-¿Qué hizo qué?-ahora es una pequeña ciudad perdida. Nadie quedó ahí-eso quiere decir que la madre de Jessica está aquí.

– ¿A dónde las enviaste?-suelto en seco.

– Charlie sabe todo, me estaba diciendo, pero llegaste tú y creo que con noticias de la empresa.

– Sí, hemos conseguido varias firmas, pero nos faltan las más importantes, que son las de Walter y Gabriel. Me han dicho que tienen a los mejores accionistas. Pero aún no hemos ido a hablar.

– Ve, la ama de llaves se quedará aquí-frunzo el ceño.

– Charlie… ¿Puede esperarme afuera?-pregunto y comienza a caminar-Barry, te han visto mucho con esa mujer, van a pensar que tienen un amorío. ¿Por qué Gisela no está aquí?-se queda callado-Se fue ¿No es así? Ella se enteró de que tienes un amorío con esa chica, porque no es una mujer date cuanta Barry.

– Tomas, tu madre se fue por sus razones personales y no tengo nada que decir sobre que tengo un amorío con esa chica. No te incumbe-río irónico.

– ¿No me incumbe? ¡Estás en una camilla, Barry! ¿Crees que es momento de tener un amorío y decir que no me incumbe?-me observa con fuego en sus ojos-soy lo único que te queda para que sigas adelante, porque Oliver no hará nada, solo me ayuda y Gisela, lo ha dicho al irse-su mandíbula se tensa-si quieres salir con esa chica, hazlo, no diré nada, pero…recuerda que por más que quieran estar juntos, jamás podrán hacerlo.

– Te he dicho que no te incumbe, ahora sigue con tu trabajo y déjame descansar-recuesta su cabeza y cierra sus ojos. Camino hacia la puerta para irme pero sus palabras me detienen-no te metas con ella-Salgo de ahí sin decir nada y me encuentro con Charlie hablando con la ama de llaves.

– Hola Joven Tom-saluda. Ella no es una mala persona, trabaja en mi casa desde que su madre enfermó. No quiero que se involucre en nuestra familia, en nuestro infierno. No lo permitiré. Tomo su muñeca y la alejo aun poco.

– ¿Qué relación tienes con mi padre?-agacha su cabeza-voy a tener que pedirte que renuncies. Ustedes no pueden estar juntos-levanta su triste mirada-Sé que soy su hijo y no tengo ninguna autoridad sobre él, pero soy la única esperanza que le queda, soy lo único que le queda y no quiero inconvenientes en mi camino-asiente-si quieres permanecer con él este tiempo, cuidarlo, atenderlo, hazlo, pero cuando vuelva a caminar, se recupere y vuelva a casa te irás ¿Entendido?-vuelve a asentir lentamente. Sin más camino hacia Charlie-¿Puedes acompañarme?

– ¿A dónde?-levanto mis cejas y asiente sin más.

Salimos del hospital y yo camino hacia mi auto y Charlie hacia el suyo. Luego de unos minutos llegamos a mi casa. Quiero saber si la madre de Jessica está aquí, así poder llevarla con ella. Por mi culpa no pudo ver más a su madre.

– Necesito pedirte un favor-le hablo mientras entramos a la oficina de Barry-toma asiento-se sienta en el sofá frente a mí-¿Recuerdas a Ana Álvarez?-asiente dudoso-es la madre de Jessica. Esa mujer estaba en tu zona de cuarentena en Estados Unidos. Necesito saber si la trajiste aquí y en donde está.

– ¿Qué ganaré a cambio?-se cruza de brazos y piernas.

– ¿Desde cuando quieres cosas a cambio?-levanta sus hombros-¿Qué quieres?

– Quiero trabajar en Revolution Company-me ahogo con mi propia saliva.

– Te recuerdo que no cualquiera puede trabajar ahí-se pone de pie pero lo detengo-¿Qué puesto quieres?

– Vicepresidente-no puedo creerlo.

– ¿Estás hablando enserio?-asiente-¿sabes que no puedo hacer eso?

– Sí puedes. Pronto heredarás la compañía y te convertirás en el presidente y puedes convertirme en el Vice-¿Qué tanto sabe?

– Pensé que ibas a pedir una casa o un auto-suelto un suspiro-Veré que puedo hacer, pero primero tengo que ponerte a prueba.

– He sido amigo de tu padre toda la vida y quería que sea su Vicepresidente en su empresa, solo que luego se casó con tu madre  y nacieron…-frunzo el ceño ¿Él sabe de Brad?

– ¿Nacimos…?-quiero que continúen.

– Nacieron tú y Max. Lamento mencionarlo-suelto un suspiro de alivio. Agradezco que no sepa nada.

– Volviendo al tema…veré que puedo hacer, pero necesito saber dónde está la madre de Jessica.

– ¿Por qué te interesa tanto esa chica?-su pregunta hace que me remueva en mi asiento. No lo sé.

– No te he dicho que me hagas preguntas, yo te las tengo que hacer a ti-asiente sin ganas-¿Cuándo fue que Barry los trajo aquí?

– Fue hace unas semanas. Fue a principios de este mes, creo.




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