Jessica.
No puedo creer lo que estoy viendo. No puede ser él.
– Jess-su gruesa y firme voz revienta mis tímpanos-lo lamento-es lo primero que dice mientras toma mis manos ahuecándolas en las suyas-no tienes idea de cómo lo siento.
No presto atención a lo que dice y observo su vestimenta, que consiste en el color negro. Absolutamente todo lo que lleva puesto es negro, hasta una gorra negra.
– Tienes que venir conmigo-toma mi muñecas, pero me suelto bruscamente mirándolo con miedo. ¿Cómo puede venir luego de tantos años? Debió olvidarme como lo hice yo.
– No-suelto seca-¿Crees que voy a ceder ante ti como cuando era una adolescente?-frunce el ceño-ya te superé-abre su boca para hablar, pero la vuelve a cerrar.
Trata nuevamente en llevarme con él, pero me niego soltándome de sus agarres.
– ¿Qué te sucede?-pregunta molesto.
– Ya no somos unos niños. Madura. Tengo que volver, llegaré tarde a mi trabajo-miento. Hoy me tomo el día, pero me quiero alejar de él. Ya lo superé y de repente aparece luego de más de cinco años. Solo quiero alejarme.
– Sé que no quieres eso-toma fuertemente mi brazo, pero la tela gruesa de mi abrigo me protege del fuerte dolor de su agarre.
– ¿Entonces qué quiero?-de un movimiento demasiado rápido se acerca y me besa. Imito el movimiento rápido en alejarlo de un empujón-¿Piensas que la vida se trata sobre eso? No todo es amor. No puedes vivir por amor, solo te destruye.
– ¿Qué te sucede?-me río sin ganas ante su pregunta.
– Eres igual que antes. Nunca cambias-giro para irme pero me choco con un cuerpo bastante musculoso y alto. ¿Acaso no es…?
– Nunca pensé que te ibas a resistir, pero no me equivoqué en tráelo.
– ¿Jackson?-no sonríe y solo mira a Tomas. ¿Qué sucede aquí?-no me iré contigo. Tengo mi casa, tengo mi trabajo. No quiero tu compañía, no quiero verte-Jackson me abraza fuertemente de atrás evitando que pueda moverme y Tomas se acerca sin despegar sus ojos de los míos.
– Lo siento-se disculpa, pero creo que debo hacer lo mismo.
– Yo también-suelto metiendo mi mano en el bolsillo y sacar un gas pimienta, para arrogarla hacia los ojos de Jackson, provocando que me suelte y luego le arrogo a Tomas-¡Fred!-grito con todas mis fuerzas corriendo lejos de estos lunáticos-¡Fred!
– ¿Encontraste algo?-aparece de la nada frente a mí, llevándome un enorme susto.
– Tenemos que irnos-tomo su mano y lo llevo conmigo mientras que corremos.
Tomas.
– Mis ojos-se queja mientras frota sus ojos rojos.
– No pensé que reaccionaria así, ha cambiado mucho desde la última vez que la vi.
– ¿Qué harás? ¿Llamo a Brad o a Jeison?-niego pasando un pañuelo sobre mis ojos llorosos.
– Quiero hablar con ella, pero a solas. Tendré que ir a su casa, no quería llegar a esto.
– Como tú digas-alborota su cabello y comienza a caminar lejos de mí.
No pensé que iba a negarse o a decir que no quería mi compañía. ¿Acaso tiene a otro? Ha cambiado mucho desde la última vez que la vi. Pero ahora iré a su casa y hablaré con ella. Después de muchos años, me he decidido en ir a hablar con Jess.
Años atrás…
– ¿Jess aún está en el hospital?-niega con su mirada en su teléfono-yo quiero ser el que le diga que fingí mi muerte-desvía su mirada hacia mí con un toque de sorpresa.
– Tomas, no es algo que puedas decidir luego de haberlo hecho-deja su teléfono encima de la mesa y se gira-ya no hay vuelta atrás. Yo no voy a fingir que soy tú para hablar con ella, porque ella ya sabe diferenciaron completamente.
– Pero no tienes idea de cuánto la extraño y quiero estar con ella…
– ¿Pero realmente la amas?-me corta. Frunzo el ceño-por culpa de Urbano nos vinimos a vivir a Estados Unidos y ya hace tres años que ni la mencionas ¿Por qué tan de repente quieres volver con ella? Creo que lo que sientes por ella es igual que las demás-me pongo de pie tomando el cuello de su camiseta.
– Tú no me conoces. No puedes decir eso-posa sus manos sobre las mías y las quita bruscamente.
– Hace cuatro años que estoy contigo y creo que te conozco bastante bien para deducir que ella es mucho para ti-aunque creo que tiene razón.
La he abandona sin decirle nada y cuando ella estaba en el hospital no fui a verla ni un segundo.
– No puedes volver-finaliza la conversación volviendo su mirada a su teléfono.
– Buenas señores-entra Jackson frotando sus manos-¿Por qué esas caras largas?
Desde que vinimos a Estados Unidos con Jackson, Jeison, Brad, Luck, Adrián, Belmont y Calvin, Brad ha sido siempre el que pone las reglas y las ordenes. No puedo hacer algo que él no autorice. Pero mi cabeza no dice lo mismo al momento que quiero algo.
– Tengo que hablar contigo Jackson-tomo su antebrazo y lo llevo fuera de la sala-necesito que me ayudes en algo.
– ¿De qué hablas? Punto número uno, ¿Brad sabe sobre esto que me dirás?
– Bueno…en realidad lo sabe, pero que lo autorice es otra cosa-le giño un ojo y solo le limita a responder.
– ¿Qué quieres hacer?-observo a los costados para confirmar que no haya nadie que pueda escucharnos y hablo.
– Tienes que acompañarme para salir del país y volver con Jess-levanta sus cejas al escuchar lo que dije-¿Qué?
– ¿Te volviste loco? Te recuerdo que fingiste tu muerte, no tenemos el jet y solo con la autorización de Brad podemos usarlo y no tienes pasaporte ¿Por qué? Ah sí, porque estás muerto.
– No puedo volver solo, tienes que ayudarme.
– ¿Vas a volver siendo un topo?-creo que ya me está tomando como juego lo que digo.
– No estoy bromeando Jackson, necesito volver. No puedo quedarme aquí.
– ¿Qué tiene de malo estar aquí? Tienes una hermosa vista al mar-