Hannah Krane
El acelerador nunca había estado tan por encima de..... Hannah nunca había conducido su GMC a esa velocidad, mas lenta que un taxista levantando pasajeros. Veinte kilómetros por hora, era lo que ella iba manejando en ese momento. Dejo salir un suspiro y se estaciono a la orilla de la carretera. Pulso las preventivas y ahí, se quedo por un buen rato.
_Maldito Rey Sallow, eres un idiota.
Frunció los labios y piso el acelerador hasta el fondo. El GMC entro al asfalto dando unos pequeños coleones. El sonido del motor era lo único que Hannah necesitaba escuchar en esos momentos. Necesitaba aclarar sus ideas y, solamente la alta velocidad en carretera le hacia olvidarse de todo. Una pequeña punzada atraveso el pecho de Hannah, al recordarlo a él.
_Apolo
Susurro en su cabeza. Aunque se encontraba sola, susurro el nombre de Apolo una y otra vez hasta cansarse.
No supo cuanto tiempo estuvo manejando, no supo como demonios había llegado a ese lugar pero, se encontraba estacionada fuera de un pequeño establecimiento donde venden, pequeños detalles. Hannah volvió a sentir una punzada en el pecho e instintivamente se llevo el puño y lo dejo ahí, sintiendo los latidos, un poco acelerados.
Su mirada se clavo en una mujer mayor, quien salía del establecimiento con un pequeño ramo de nubes de color blanco y morado, no tenia ni una sola rosa, Hannah frunció en ceño y se bajo de su troca, entro en el establecimiento y miro con atención todos y cada uno de los artículos que había dentro del lugar. No solo había ramos de flores, había llaveros, tazas, vasos, chocolates, tarjetas entre otras cosas..... Hannah tomo entre sus manos un peluche, un pequeño osito de color negro, el peluche apenas cabía en la palma de su mano. Un peluche simple le había llamado la atención.
_Que asco.
Susurro en voz baja y devolvió el peluche a su lugar, el estante estaba repleto de ello, pero el que Hannah había tomado era el único de ese tamaño y, el único detalle que tenia era que sus ojos no eran redondos, como el de todos los peluches, este, tenia una equis formada con pequeños botones diminutos de diferentes colores. Algo que no se miraba a menudo, excepto en los días de Hallowen.
_Tiene grabadora. Puede memorizar algunas frases.
Hannah se detuvo unos momentos y miro a la mujer que estaba detrás del mostrador, la miraba con total atención pero sin hacerla sentir vigilada pero, aunque la mujer tenia una mirada penetrante, analizando cada detalle, Hannah la encontraba vagamente, encantadora.
__Llevare un ramo de rosas.
_¿Algún color en especial?
Hannah le dio una mirada irritada. Pero la mujer no se inmuto ante ello, al contrario, la mujer se apresuro a explicarle bien y, de inmediato salió en su encuentro.
_Es que puede poner rosas de diferentes colores. Tenemos, peonías aunque por el momento solamente contamos con rosa y blanco, tulipanes, rosas de todos colores, bueno, en eso de todos los colores podemos llegar a un arreglo, girasoles, ave del paraíso..... amapola.
Hannah sintió un leve cosquilleo en la parte trasera de la nuca al escuchar esa última palabra.
_Interesante, bastante interesante.
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Tenia una hora estacionada en la parte delantera de la casa, no se había tomado la molestia en apagar el motor de su GMC, al contrario la tenia encendida, como si estuviera lista para salir a toda velocidad de ese lugar si por alguna razón se llegaba a complicar. Miro a su costado derecho y admiro el ramo de peonías rosas con algunas nubes moradas para darle contraste. Cerro sus ojos y apretó el volante con ambas manos, hasta dejar sus nudillos blancos.
Bajo de su troca y tomo el ramo entre sus manos, era bastante grande que apenas podía ver por donde caminaba.
Cuando entro dentro de la casa, el silencio reino en absoluto eso la hizo fruncir el ceño y miro por todos lados, como si alguien hubiera aprobado una conspiración en su contra, cuando se marcho había dejado instrucciones precisas, no entendía que era lo que estaba sucediendo.
Camino con bastante cautela pero sin soltar el ramo, al contrario lo puso del lado izquierdo apoyado en su cadera.
__Por que siento que todo esto se va complicar en unos momentos.
Camino hasta llegar al lugar donde se encuentra Apolo, nada mas al llegar a la puerta, unas risas de felicidad traspasaron la puerta, Hannah frunció los labios mas no entro.
__Tiene que dejar de hacer enojar a Hannah.
_Hannah, solo, es alguien a quien tengo que olvidar.
Cuando esas palabras salieron de la boca de Apolo, Hannah sintió como todo el aire que respiraba abandonaba por completo su cuerpo.
__Tengo que admitir una cosa, Apolo. Eres duro de roer.
_Tengo dignidad.
__La amas.
Apolo no contesto esa pregunta, aunque Hannah conocía muy bien la respuesta. Pero ella esperaba escucharla de nuevo de boca de él.
Se armo de valor y tomo la manija de la puerta y entro en ella. Cuando entro, dos pares de ojos voltearon a ver que irrumpía. Apolo abrió los ojos como platos y se quedo con las cartas frente a su pecho.
__¡Hannah!
Se levanto del suelo y extendió sus brazos cuando llego frente a Hannah, dando un fuerte abrazo.
__Estas metida en un buen problema.
_No se de que estas hablando.
__¿Es necesario tenerlo retenido en esta casa? piénsalo bien Hannah. No hagas que te odie.
_Jamas me odiaria.
Hannah clavo su mirada en Apolo y este la desvió de inmediato hacia sus manos, en las cuales sostiene su juego de cartas.
Al caminar hacia Apolo unos cristales crujieron debajo de sus zapatillas de deporte y frunció el ceño. La taza de café fue destruida. Hannah hizo una mueca y siguió hasta llegar frente a él.
__No eres bienvenido, es mejor que te vayas y no regreses.
_No me pienso ir sin Apolo. No merece esta situación.
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Editado: 06.11.2025