Hannah Krane...
_Hoy, saldré a conquistar el mundo.
Hannah dijo esas palabras en voz alta con toda la intención de mundo en poder creerlo. Quizo sonar decidida y entusiasta. Sin embargo, lo único que consiguió fue, quedarse sin las ganas de hacer absolutamente nada.
Estando a unos cuantos metros lejos de Apolo se le hacia bastante sufrible.
Frunció los labios y cruzo una pierna sobre la otra. Con la mirada clavada en el peón que acababa de mover de lugar. Ahora, la reina quedaba al descubierto y, sería tratada de la misma forma que el peón. Carne de cañón.
El tono entrante de una llamada la saco de su ensoñación y miro la pantalla del móvil. Lo pensó unos cuantos segundos antes de pulsar el botón de color verde. No se atrevió a decir ni una sola palabra, solo se escuchaba la respiración un tanto agitada al otro lado de la línea, como si se estuviera conteniendo o, como si le estuvieran dando placer....
_Maldita mocosa.
El tono de voz ronco y grotesco se escucho, el cuerpo de Hannah adquirió un ligero temblor y su cuerpo por instinto se puso tenso, sus brazos hormiguearon y su estomago se revolvió un poco, como si unas leves mariposas estuvieran haciendo estragos, revoloteando dentro de ella.
_Déjalo ir a casa.
No decía ni una sola palabra. Nada, Hannah no decía nada.
_Lo quiero de regreso. Lo dejaste ir hace poco, lo mandaste a volar, creyendo que.... ¿¡Por qué lo torturas de esa manera!?
Se escucho un golpe hueco y sonoro. Finalmente Hannah hablo:
_Denise. ¿Como conseguiste mi número?
Que pregunta mas estúpida. Ella misma le había dado su contacto, cuando lo conoció por primera vez. Se quizo dar de golpes en la frente, con la mano pero estaba muy ocupada con los nervios que Denise le hacia sentir. No eran nervios de amor, cariño familiar, absolutamente no. Era de otra cosa..... miedo.
_Vamos mocosa..... eres mejor que eso.
Trago saliva varias veces antes de poder decir algo pero, las palabras se le quedaron atascadas en la garganta.
Hace apenas unas cuantas horas todo su entorno era bastante deplorable, insufrible y de un momento a otro, había tomado la decisión de ir por Apolo. Soltó una pequeña risa un tanto sarcástica y, su corazón tomo un ritmo acelerado.
Un ligero calor abrazador la invadió y, tomando valor de donde no tenia en esos momentos, hablo con claridad.
Al otro lado una risa sonó.
_Deja de sermonearme... cuñado.
_¡Hannah!
Exclamó Denise con toda la intensión de molestarla. Pero fue todo lo contrario. El móvil se le cayó al suelo de la habitación. Hannah cerro sus ojos ante ese grito y soltó un suspiro. Levanto del suelo el móvil y volvió a ponerlo en su oído. Tomo otro peón del tablero de ajedrez y lo movió de lugar. Se acomodo en la silla, recargando su peso en el respaldo de esta. No pudo evitar dar una leve mirada a la puerta principal de su habitación, como si esperara que en cualquier momento se abriera.
_Puedes irte al carajo, cuñado.
_Eso es. Así esta mucho mejor.
_Este plan tuyo, se saldrá de control mocosa. Deja que regrese a casa.
_No me des ordenes cuñado.
_¿Estas creando un desastre sobrenatural tu sola? Apolo se siente decepcionado, traicionado. Lo que haces no lo ayudara en absolutamente nada.
Hannah apretó la mandíbula hasta hacer que el dolor apareciera.
_Sería mi propio desastre sobrenatural.
_Así que...
No logro decir nada mas ya que Hannah, colgó la llamada telefónica y el móvil fue puesto en silencio. Lo dejo al lado del tablero y volvió a mover una pieza de ajedrez, esta vez movía las de color beige. Ella era la pieza de color negro y ya había hecho dos movimientos. No importaba si ganaba o perdía, al contrario todo era sumamente por diversión. Al final del día, Apolo se casaría con ella. No importaba en método. Solo era cuestión de tiempo.
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La noche anterior había tenido una discusión enorme con él. Al contrarió de él, este, regreso a la mansión y lo único que encontró fue..... nada. Solamente soledad, silencio.
Apretó los puños y no dijo palabra alguna. Se fue directamente a su habitación en el segundo nivel y al llegar frente a la puerta coloco la mano sobre la manija y, la dejo ahí, clavo la mirada en su mano y, se dio cuenta que esta, tenia un ligero temblor. Se armo de valor y empujo la puerta, adquirió una pose de superioridad, esperando encontrar a es persona dentro. Mas lo único que encontró fue..... nada.
Trago saliva y entro a paso lento, cerro la puerta con tranquilidad y recargo su peso en esta.
Su mirada quedo clavada sobre la gran cama en medio de la habitación. Había una caja de metal de una ligera tonalidad violeta, su labio tembló pero, no ceso ante lo que estaba mirando. Sabía que la había cagado una y otra vez. Ahora esa, era una de las consecuencias.
Al llegar a la cama, tomo asiendo en la orilla y tomo entre sus manos la caja de metal. No tenia candado, solo un ligera brida blanca pequeña.
Quedo un buen rato con la caja entre sus manos.
Cuando finalmente se armo de valor, corto la brida con un cuter y.....
"No me busques mas"
La nota era del mismo tono violeta que la caja pero, la caligrafía era impecable, exquisita. Trazos realizados por los mismos dioses ante él. Paso las yemas de los dedos sobre la caligrafía y un sollozo contenido escapo de sus labios.
Unos toques a la puerta de su habitación, le hicieron parar de inmediato.
_Adelante.
_Señor.
Su mayordomo no decía ni una sola palabra, solo estaba en la entrada, con ambas manos en su espalda, esperando algo o, esperando el momento.
_El señor me encargo recoger sus pertenencias.
Este apretó sus labios en una línea y se levanto de la cama de inmediato, yendo directo al ropero y al cuarto de baño. Saco todas y cada una de sus cosas y, las estrello en el suelo de la habitación. El rostro del mayordomo no mostraba ni una sola reacción ante esa hazaña, era como si, estuviera acostumbrado a lo que estaba mirando en esos momento.
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Editado: 06.11.2025