En medio del pesado ruido, Elena camina con sentido.
La multitud sin identificar, suelta un suspiro rendido.
Rostros infelices, olvidaron sus raíces…
De pronto, la voz de Elena retumba en el Seol,
los cantos vibran con ternura, con calidez…
Parecido al astro del cosmos conocido como sol,
abomba los sentidos de los afligidos, una y otra vez.
Sin embargo, nadie la puede ver…
Nadie, por ella, a dejado de ser…o de existir.
Muchos han dejado de vivir, y de fluir…
En el agua estancada de la profunda miseria.
Elena no se detiene en esta tragedia.
Su propio ritmo le guía,
en la sombría histeria colectiva
de deshumanización por almas frías.
La danza hipnótica de Elena, no es notada. Pero, es seguro que baila por ella.
Sus movimientos raudos y delicados, se parecen al de los cometas y las estrellas,
Un supernova de energía producido por la más bella doncella;
su presencia, es una poesía no contada. Pero no callada.
Aunque el mundo se olvide de Elena,
y no la nombren ni las sombras
de la humanidad entera, sus obras
ya han sido hechas con amor.
Elena no estará nunca ausente,
florecerá en lo invisible.
Presiento su presencia entre la gente.
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Nota de autor
Este poema es la continuación directa de un cuento que escribí anteriormente en otra plataforma, titulado Un mundo sin Elena. Al concluir aquel relato, surgió en mí una imagen poderosa de Elena y su inquebrantable deseo de libertad. Vi en ese final la oportunidad de prolongar su presencia bajo otro formato, más poético y simbólico, que permitiera explorar su fuerza desde una nueva perspectiva.
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cuentos cortos y reales, reflexión hacia el interior., poemas y relatos cortos
Editado: 03.12.2025