¿apostamos?

2. Esa sonrisa...

Punto de vista de Ian

Mi alarma empieza a sonar y me asusto. Eso provoca que termine en el suelo frío.

─Auch ─Apenas puedo pronunciar eso con mi voz ronca de recién levantado.

¿De nuevo?

Si, era un desastre al igual que torpe. 

Bostezo mientras estiro mis brazos, ay... Creo que dormí chueco. 
Me levanto a toda prisa cuando me doy cuenta de que la alarma que acaba de sonar es la segunda y no la primera. 

Si bueno suelo poner dos alarmas por si no me despierto en la primera.

Oh rayos, oh rayos, oh rayos, oh rayos.... ¡Es la segunda alarma! Aqui vamos de nuevo Ian. 

Es ahí cuando me doy cuenta de que si es la segunda, solo significa una cosa. 
Voy tarde.

¿De nuevo Ian? Me auto reclamo.
¡Si de nuevo! 
Perfecto primer día de escuela y voy a llegar tarde, lo que me faltaba. Pero tampoco era tan raro.

Mmm... Veamos, si me meto a bañar llegaré tarde pero limpio, si no me meto a bañar tal vez llegue a tiempo pero sucio. 
Sin pensarlo dos veces voy al baño, ¿Qué clase de persona seria si hubiera escogido la segunda opción? Una muy sucia. Y no señores, Ian Newman es una persona muy limpia. 

Trato de bañarme lo más rápido posible, pero lo cierto es que no cuento con mucho tiempo. 
Escojo cualquier cosa para vestir y salgo de mi cuarto.

—Vas tarde —Dice mi madre mientras come su cereal y lee el periódico—, deja de dormirte tarde Ian.

¿Quien sigue leyendo el periódico en papel? Si, mi mamá, todavía no entiende que ya se lee por Internet.

—Sabes que jamás podré —Tomo una barrita nutritiva y una manzana—, pero es un gusto tener estas pláticas contigo mamá. Nos vemos en la noche.

Le guiñó el ojo y tomo mi mochila. Y salgo de la casa.

En la cochera se encuentra mi moto, busco las llaves. 
¡Perfecto, las deje en la casa!

¿Qué raro Ian? Me digo irónicamente. 
Esto no lo sueles hacer normalmente. 
Hablo sarcásticamente conmigo mismo porque la verdad es que si suelo olvidar las llaves.

Regreso a esta, pero claro no puedo abrirla, porque a alguien se le olvidó sus llaves a dentro, toco el timbre esperando a que mi madre me habrá.

En cuanto lo hace estira su brazo y me da mis llaves.

—Siempre las olvidas —Dice igual que siempre—. ¿En qué tanto piensas?

—Ni idea, pero bueno, voy tarde —Le lanzó un beso—. Llego tarde hoy.

Ella rueda sus ojos.

—A veces no entiendo porque me avisas si siempre lo haces —Y con eso entra a la casa disgustada─. Pero mínimo sirve que no te espero. 

Últimamente tiene un genio de los mil demonios, pero es por el trabajo. 
Ambos de mis padres trabajan pero mamá tiene un trabajo muy pesado con lo de la publicidad ya que últimamente no tiene muchas ideas, supongo que de varios años los grandes dotes empiezan a acabarse, y eso la está frustrando mucho y si no encuentra buenas ideas pronto, lo más probable es que la despidan, y eso la está poniendo muy nerviosa.

Supongo que por esa razón lee el periódico en papel, a veces tomar algo de manera física ayuda a que tengas alguna idea.

Me pongo mi casco y me subo. 
Enciendo la moto y espero a que arranque, la verdad es que la moto no está arrancando y eso me está preocupando.

¿Tú también? 
¿Por qué Dios me estás mandando pruebas en el primer día de mi último año de clases? 
Ayúdame por favor, ¿O acaso esta es una prueba de que no necesito la escuela y me rinda?. 
¡Por favor, dime que quieres de mi!

Y en cuanto pienso el por favor, mi moto arranca. 
¡Llevas un punto Dios, ahora ayúdame a pasar el año ya que al parecer si quieres que estudie!

Manejo lo más rápido que puedo, pero aunque trate de pasar por en medio de los autos y haya cruzado varios semáforos en rojo (Cof Cof yo jamás dije e hice eso) no consigo tener un buen tiempo, si el tráfico sigue así lo más seguro es que llegue hasta la segunda hora.

Cuando llegó reviso mi reloj y pues en efecto, solo quedan quince minutos de la primera hora.

Pues ya que, entraré hasta la segunda, como lo tenía planeado.

Camino por los corredores vacíos y me dirijo a mi casillero. 
Cuando llego dejo mi casco ahí y busco un cuaderno que todavía siga con hojas blancas, la verdad es que soy un asco en el orden y todas las materias lo tengo combinado. Sigo sin saber como he llegado tan lejos.

Me siento en el pasillo recargándome en mi casillero, espero a que el timbre de cambio de clase suene, pero todavía falta algo de tiempo.

Me dedico a responder mensajes de algunas amigas... Al igual que los mensajes enfadosos de Samm.

Bueno... Los mensajes de Samm me hacen reír, pero hay algunas chicas que me hartan ya que varios de sus mensajes son para preguntarme por Samm. ¿Qué tanto le veían a Samm? Era un amargado de primera, excepto conmigo, y era bastante reservado. ¿Las chicas lo perseguían por su aura de chico serio? No lo se, yo no lo veía como la gran cosa y perdóname Samm aunque seas mi mejor amigo, no entiendo que es lo que las chicas ven en ti. 

Suspiro... En eso veo pasar a una chica, bueno de hecho esta corriendo... De hecho jamás había visto esa chica... Pero algo en ella me resulta bastante familiar. Su perfil de alguna manera me resulta familiar, ¿La he visto antes? Estoy seguro de que no reciente, tampoco es como que pierdas de vista su cabello rubio y ondulado, no era muy común entre las chicas de la preparatoria. ¿Había visto a esta chica antes realmente? 

Hay algo curioso de verla correr en estos instante. 

Ella se resbala y termina en el suelo; y aunque me dan ganas de reírme me muerdo mi labio y contengo mi carcajada, ella se sienta resignada... Veo que susurra algo (Tal vez esta maldiciendo, yo sé que las chicas también lo hacen a mi no me quieran ver la cara), pero no la escucho nada para poder confirmarlo. 
Al parecer todavía no se da cuenta de mi presencia y eso hace más graciosa la situación. 



#6235 en Joven Adulto
#17467 en Otros
#2665 en Humor

En el texto hay: mejoresamigos, apuesta, apuestas amor juvenil

Editado: 15.02.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.