¿apostamos?

3. Primer día

Suspiro algo tranquila... Bueno algo, al parecer nadie me ha reconocido en mi primer día. Por el momento nadie ha relacionado mi nombre con mi cara, solo tal vez pueda pasar desapercibida de Kate la gorda. 
Pero... Lo que las personas no dejan hacer es evitar no verme... Y eso provoca que me sienta algo incomoda. Es cierto que no suelen haber muchos chicos nuevos, ahí la razón de que me vean mucho, no porque me reconozcan. 

Estoy en descanso y se supone que Ethan ya debería estar por aquí... Simplemente no lo veo, no me quiero quedar sola o sentirme acosada es demasiado incómodo.

Me siento en una mesa yo sola, muchas personas me observan y eso provoca que me ruborice un poco.

Entonces mi corazón se detiene.

Sigue igual. 
Lo veo caminado con Ian, en la mañana me lo tope a Ian, estuve nerviosa ya que imagine que podía haberme reconocido, pero nada de eso, y eso me quito un peso de encima. Aunque no tardará de darse cuenta quien soy. 

Excepto sobre el problema que viene a continuación, Ian me volvió a ver y se está acercando a mi, y claramente no viene solo, este se encuentra acompañado de su amigo.

Oh no, mi corazón se detiene, ¿En serio tienen que acercarse a mi? 

Saco mi celular tratando de llamar a Ethan en busca de ayuda, pero para mi desgracia me manda a buzón.

Maldigo en mi mente.

Levanto mi cabeza y lo primero que veo es a Ian con una sonrisa burlesca. Su clásica sonrisa de intento fallido de chico malo que esta por intentar hablar con una chica linda. 

—¿No te volviste a caer, lindura? —Muerdo mi labio, veo que los años lo han hecho un completo idiota—, veo también que estás sola.

Y se sienta. 
Me dedico a observar a su compañero, al igual este lo hace conmigo. Entrecierra sus ojos pero o dice nada, ¿Acaso ya se dio cuenta de quien soy?

—¿En serio? Yo pensaba que estaba acompañada —Le suelto sarcásticamente todavía sin dejar de ver a su compañero, que por cierto este ríe ante mi comentario.

Ian ríe secamente.

—Que graciosa, me agradas —De reojo veo que Ian se enoja ya que no le presto atención—, ¿Cuál es tu nombre?

Parece muy interesado en mi, y como dije para mi desgracia se acercaron ambos a mi, ya que si uno escucha mi nombre tal vez me reconozca y mi primer día de clases sea un total fallo. 

Me muerdo mi mejilla, esto sería muy arriesgado para mi. 
Tenía la opción de pasar desapercibida ante todos por unos días y estar tranquila.
Pero viendo las circunstancias cambiare mi plan, y tal vez esto sea divertido. Hare mi primer día de clases un poco más divertido.

—Kate White —Mi mirada observa a ambos, Ian parece no reconocer mi nombre al inicio, pero su compañero lo hace al instante—, ¿En serio no me reconoces Ian? Pero al parecer Foster lo ha hecho al instante. 

Veo que ambos se quedan congelados ante la impresión que acabo de provocar.

Y ahora sé que no pasare desapercibida.
Mi sangre empieza a hervir, estoy algo enojada ya que Ian parece apenado, pero Samm regresa con su mirada sin importancia, mirada indiferente pero con una ligera sonrisa de lado.

—¿Me recuerdan? ¿Kate la gorda? ¿O acaso se olvidaron ya de mi? ─Les pregunto riendo.

Y con eso me levanto, no soporto estar enfrente de ambos.

Choco con alguien, para mi suerte es solo Ethan.

—¿Estás bien? —Parece preocupado—, acabo de ver tu llamada.

—Necesito algo de aire —Empiezo a caminar tratando de ahuyentar mis pensamientos de lo que acaba de suceder.

¿Por qué lo dije? 
¿Tenía que haber dicho lo de Kate la gorda? 
¿Si solo hubiera dicho Kate me hubieran reconocido? 
No se, y es demasiado tarde para lamentarse o para querer cambiar algo.

Tengo que cargar con lo que he hecho y tomar ventaja de esto para mi futuro.

Y así será, tomaré ventaja. 
Ya no soy la Kate la chica que comía mucho cada vez que la molestaban. 
Ya no soy la Kate que lloraba todas las noches por los comentarios horribles que me hacían. 
Y sobre todo ya no soy la Kate que se desanimaba de todo.

Adelgace y me acepte, quería que nadie me reconociera, pero ahora lo pienso ¿Por qué demonios quería eso? Quiero que vea todo este maldito instituto de lo que soy ahora gracias a ellos, y que no dejarán volver a pisotear a Kate White y que mejor ellos se preparen porque quien se cruce ante mi camino no le hará nada bien. Kate White no volverá a ser pisoteada por nada y nadie.

Suspiro una vez más, ya no debo alterarme cada vez que lo veo, provoca que recuerde todo aquel pasado que he querido enterrar y por fin lo haré. Samm Foster, mi pasado, ya no volverás a afectarme. 

El timbre de clases suena y me dirijo a mi casillero para sacar el libro de la siguiente materia.

Sin darme cuenta ya es hora de salir, regreso a mi casillero a dejar todas mis cosas.

—Así que Kate White adelgazó —Me asusto provocando que varias cosas se me cayeran, pero fue esa sensación de tenerlo tan cerca de mi.

Él ríe por lo que acaba de provocar.

Suspiro un par de veces, levantó mis cosas, las guardo y me dirijo a él.

Él me observa sin ningún disimulo, desde mi cabeza hasta mis pies varías veces, como si tratara de memorizar algo.

—Imbécil —Le suelto—, sigues siendo el mismo infantil de siempre.

—Pero tú no, tú cambiaste —Me guiña un ojo—, y vaya cambio, tengo que aceptar que está Kate me gusta mucho.

¡Patan! Lo dice sin ninguna vergüenza.

Ruedo mis ojos, tomo mi mochila y empiezo a caminar, para mi sorpresa el chico de pelo castaño me sigue.

—Si he cambiado —Hablo enojada—, y no era para que te gustase.

—¡Huy, una Kate fiera! —Veo de reojo que pasa su lengua por sus labios, si ya estaba enojada no sabia como me encontraba ahora—, ¿Qué te parecería salir? ¿Tal vez a cenar? Y después algo más.

Me detengo en seco.



#5893 en Joven Adulto
#16148 en Otros
#2529 en Humor

En el texto hay: mejoresamigos, apuesta, apuestas amor juvenil

Editado: 15.02.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.