Apostando al Amor

Capítulo 5. Amenazas en la Sombra

La atmósfera en la secundaria Hilton se había vuelto más tensa desde que Aurora y Connor comenzaron a pasar más tiempo juntos. No era un secreto que Connor era el receptor del interés de la mayoría de las chicas de la secundaria, pero nadie anticipó que su atención hacia Aurora desencadenaría un conflicto no declarado por parte de muchas que se han dado cuenta del reciente acercamiento entre ellos dos. Aunque la relación era meramente académica al menos eso creía Autora, lo demás alumnos no pensaban eso y más que los habían visto llegar juntos.

Durante uno de los descansos, Aurora decidió ir al baño para tomarse un momento lejos del bullicio del almuerzo. Al cruzar la puerta, no se dio cuenta de que algo podría marchar mal. Emma Walker, la porrista estrella con mirada afilada y un aire de confianza superioridad, la estaba esperando. Junto a Emma, dos de sus fieles amigas porristas se encontraban apoyadas contra los lavados, bloqueando la salida.

Aurora notó la expresión depredadora en el rostro de Emma y su corazón se aceleró. —¿Puedo ayudarte en algo? — preguntó Aurora, cuando quiso pasar a uno de los cubículos y la rubia la detuvo inmediatamente atravesando su brazo y cortándole el camino, Aurora intentó mantener la calma, aunque por dentro su corazón latía con miedo.

Emma dio un paso adelante, su mirada penetrante clavada en Aurora. —Sí, de hecho, puedes. Deja a Connor en paz —amenazó sin ningún preludio.

Aurora sintió una punzada de ira junto con el miedo. —Connor es libre de pasar tiempo con quien quiera. No tengo control sobre eso —no se dejó amedrentar, aunque por dentro temblaba. Era la primera vez que hablaba o se enfrentaba a alguien y jamás imaginó que esa sería a la chica más popular y de prestigio en la secundaria.

Emma resopló, su rostro torcido en una sonrisa sarcástica. —Pues yo te sugiero que tomes control. Porque si no lo haces, las cosas pueden ponerse muy feas para ti.

Aurora observó a las tres chicas, sabiendo que estaba en clara desventaja. —¿Qué te hace pensar que tienes derecho a decirme con quién puedo o no puedo pasar tiempo?

Las amigas de Emma soltaron unas risitas sofocadas. Emma levantó una ceja, sus ojos disparando advertencias. —Connor es parte de nuestro grupo social. Él pertenece a nuestro círculo, no al tuyo. Y si sigues acercándote a él, estarás desafiando el orden natural. Aprende a reconocer cual es tu lugar y ese es ahí —Emma señaló el suelo con sus perfectas uñas esculpidas. Mientras observaba cada pequeño cambio en la expresión de Aurora.

Con un suspiro, Aurora intentó mantener la serenidad. —No estoy intentando entrar en su círculo social, Connor y yo solo estamos trabajando juntos para un proyecto de literatura.

Emma se acercó aún más, casi invadiendo el espacio personal de Aurora. —No te hagas la tonta. Todos hemos notado cómo lo miras. Así que más vale que te hagas a un lado o me aseguraré de que tu vida aquí se convierta en un infierno.

Aurora tragó saliva, sintiendo como si estuviera atrapada en un rincón sin salida. —Nunca he hecho nada para ofenderte, Emma. Solo quiero terminar el proyecto y seguir con mi vida.

—Cuida como te diriges a mí, yo no soy tu amiga para que me llames por mi nombre, estamos muy lejos de serlo, yo no me mezclo con la gentuza, hay niveles.

Emma irritante, con la mitad de sus labios levantados, mostrando un destello cruel. —Ya estás advertida. Aléjate de Connor, y todo será como antes. Sigue como siempre, eres la nerd, la chica invisible, a la que nadie quiere hablar y mucho menos acercarse. Mantente así en tu ridículo mundo con tus estúpidos libros.

Sin decir más, Emma y sus amigas salieron del baño, dejándo a Aurora temblando de indignación y frustración. Se apoyó contra un lavado, mirando su propio reflejo en el espejo. ¿Cómo terminé en esta situación?, se preguntó a sí misma. No quería problemas, pero parecía que simplemente al estar cerca de Connor, los problemas la encontraban.

Desde ese momento, Aurora se propuso mantener la distancia. Cada vez que Connor intentaba acercarse, ella encontraba una excusa para evitarlo. Notó sus miradas confundidas y la forma en que su expresión cambiaba a preocupación, pero no podía permitirse el lujo de explicar lo sucedido.

Connor, por otra parte, observó el cambio en la actitud de Aurora y su comportamiento más distante. Sabía que algo había pasado, algo que ella no le estaba contando. Una tarde, después de clase, decidió enfrentarse a ella. Encontró a Aurora en su camino al estacionamiento y la alcanzó antes de que pudiera escapar.

—Aurora, ¿qué está pasando? Has estado evitándome toda la semana. ¿He hecho algo mal? —Preguntó, su voz llena de genuina preocupación.

Aurora se detuvo, mordiéndose el labio inferior, luchando por encontrar las palabras correctas. —No, Connor, no has hecho nada mal. Es solo que…No es nada —dijo nuevamente con prisa.

Connor frunció el ceño, su mirada intentando penetrar las barreras que ella había levantado. —Mira, sé que no es fácil hablar de ciertas cosas, pero no puedes tratar de cargar con todo tú sola. Si hay algo mal, puedo ayudarte.

La genuina sinceridad de Connor derrumbó un pequeño tramo de la muralla que Aurora había erigido. —No es algo que puedas arreglar, Connor —dijo ella mirando a los lados, no quería que la vieran nuevamente hablando con él.

Connor notó la sombra de temor en los ojos de Aurora y decidió que no la presionaría más en ese momento. —Vale, ¿pero prometes decirme si sucede algo?

Aurora asintió, sintiéndose reconfortada por la paciencia y la comprensión de Connor. —Gracias, Connor declaró y con prisa pasó de él.

Mientras se alejaba, Connor se quedó pensando en lo que podría estar molestando a Aurora. ¿O es que ya descubrió su intención? Eso era imposible solo él y sus dos amigos sabían de la apuesta, pensó Connor mientras la veía marcharse.

Bajo la tenue luz del atardecer, ambos caminaron en direcciones opuestas, cada uno perdido en sus propios pensamientos y preocupaciones. La amenaza de Emma había plantado una semilla de conflicto, y la relación emergente entre Aurora y Connor ahora enfrentaba un obstáculo significativo, uno que Connor debía resolverlo si quería conquistar su frio corazón y ganar la apuesta.




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