Sophia
El domingo en la noche nos quedamos dormidos después de tocarnos, tener un orgasmo, tener sexo y corrernos al tiempo, por qué si, tuvimos sexo, y fue perfecto, si esa mañana me hubieran dicho que mi noche terminaría con Nick embistiendome no lo hubiera creído, porque en verdad no creía que fuera capaz de hacerlo. Pero la forma en la que Nick me trató fue tan perfecta que después me acurruque en su pecho y dormí todo la noche, las pesadillas no aparecieron, y por primera vez en siete meses dormí como un bebé, el lunes en la mañana cuando Nick me despertó, me hizo un oral, tuve el mejor orgasmo de mi vida con su lengua. Y después tuve que ir a organizarme para ir a clases, nos sentamos juntos y durante toda la mañana no pude dejar de pensar en lo que hicimos. Aún más porque caminar y sentarme me dolía así que ignorarlo no era muy fácil, porque si, Nick era duro cuando se trataba de sexo y su tamaño era muy, muy bueno. Tener sexo con Nicholas me había encantado, porque no era solo sexo duro, también era con sentimientos, no podía decir que habíamos hecho el amor, porque no estaba segura de eso, fue diferente, si, Pero no tanto para llegar a esos extremos.
Hoy estamos a jueves, si ese jueves, me acabo de levantar y me estoy dando una ducha, toda la noche tuve pesadillas, no lo voy a negar, me lo esperaba, en especial cuando en la pesadilla solo podia escuchar la palabra aborto y ver a un bebé sangrando. Si, fue horrible y estuve toda la noche llamando a Esteban y a Diane, Diane me contestó pero a penas si logramos hablar unos minutos.
Salgo de la ducha y me encuentro en el albornoz, hoy hace un poco de frío, (no mucho) o mejor dicho no tanto como en Londres en un día soleado.
Me metí en el armario y me pongo un conjunto de lencería: un brasier de encaje en color rojo junto a las bragas, unos jeans de color negro ajustado y un jersey color rojo con cuello en v que deja ver el inicio de mi escote y es un poco corto. Me aplicó un poco de rimel, peino mis cejas, me hecho un poco de rubor y brillo en los labios. Cojo mi mochila y empacó mi celular, salgo de mi habitación, bajo las escaleras y me voy al garage, tengo el estómago cerrado desde ayer y no me pasa nada, desde medio día, me subo a un Lamborghini blanco y salgo, aceleró. No me importa si me multan, estoy muerta, en verdad, apenas dormí asi que en cuanto logré dormir un poco en condiciones mi despertador sonó y no fui capaz de salir de la cama asi, que tome la sabía decisión de que si no iba a desayunar me iba a sobrar tiempo y podía dormir unos minutos más, el problema, se me estaba empezando a hacer tarde.
Llegó a tiempo Pero ya todos han ido a las aulas así que me voy a paso rápido al salón cuando llegó veo a Nick en una mesa detrás de Iván solo, me acerco y me siento soltando un suspiro.
— Hola chicos.
— Hola- contestan al unísono.
Nick se me acerca un poco, sé que intentará besarme, no estoy para eso, lo que necesito es un abrazo. Uno sincero. Suelto un suspiro y apoyo los codos en la mesa y me tapo la cara. No dudaría que me quedé dormida en medio de la clase así que agradezco estar en la última fila.
Levanto la cara y veo a Nick, que me mira con preocupación, se acerca y me rodea con sus brazos. Apoyo la cabeza en su hombro y cierro los ojos respirando su aroma, es el mismo de la primera vez, un poco fuerte pero muy marcada, no sé si me hago entender, es un olor que no pasaría desapersivido.
— ¿Estás bien?
— Nada de que preocuparse.
— Nunca tardas tanto, pensé que no vendrías.
— Quedarme es tener que pasar más tiempo con el imbécil de Christian así que no gracias.
— ¿Dormiste bien?
— Para nada- me sincero— tuve pesadillas toda la noche y llore una gran parte, me quedaba dormía y la pesadilla volvía, logré dormirme después de las 6
— Nena… eso no me suena muy bien.
— Para nada.
— Si quieres quedarte en casa está noche no habrá problema.
— Tal vez, o tal vez tu puedas quedarte en casa.
— También.- que esa sea su respuesta me hace sentir bien.
— Buenos días alumnos.- dice el profesor cunado entra. Me separó de Nick y el se acomoda mirando al frente, estoy muy cansada y con mil cosas en la cabeza, así que apoyo mi cabeza en el hombro de Nick intentando mantenerme despierta después de solo dormir media hora.
Las dos primeras clases, longri mantener los ojos abiertos aunque no presto mucha atención. La tercera por el contrario no lo consigo me duermo en el hombro de Nick que me despierta.
— Soph, se que estás cansada Pero la profesora Daniela te mandará a dirección si te ve.
Me enderezó y saco las yucas del cuello porque estuve mucho rato en la misma posición me duele.
La clase termina y salimos al receso, caminamos por los pasillos y me detencmgo en mi loker para dejar la mochila que no pude dejar está mañana para no llegar tarde a clases y seguimos caminando hacia la cafetería.
Cuando estamos llegando a la puerta siento un mareo y tomo la mano de Nick para que se detenga.
— Sophia- me llama pero todo me da vueltas y veo puntos negros. Carajo, me estoy descompensando.— Sophia.
— Se me bajo el azúcar- logro decir.
— ¡Iván! Un jugo dulce.
De un momento a otro Nick me sube ya de la cintura y llegamos a una mesa, me siento y me da una botella con un líquido muy dulce, que me inclina con cuidado para no ahogarme.
El mareo comienza a pasarse y veo de nuevo a Nick nítidamente.
— ¿Mejor?
— Si.
— ¿Qué fue lo último que comiste?
— Sushi
Nick me da una expresión de perplejidad.
— Ese fue el almuerzo de ayer.
— Si.
— Carajo.- se levanta y pone las manos en la cabeza.— ¿Cómo no has comido desde hace casi 24 horas?
— Se me cerró el estómago.
— Soph, no puedes estar así.
— Nick, no es un buen momento para hablar de esto.
Termino de tomarme el jugo, me sabe demasiado dulce pero algo es algo.