Aprender a vivir mi vida

CAPITULO 12

Sophia

El día había acabado y debía aceptarlo. Mi abuela se había ido, Mike aún no llegaba, pero el camino hasta el aeropuerto era largo así que no me preocupaba por eso, después de estar sentada en el porche pensando, considerando todas las posibilidades que existen, todo lo que pude pasar de la noche a la mañana, y me di cuenta de que en definitiva el amor que mis padres decían tenerme, muy posiblemente era solo una farsa.

Me puse de pie y entre a la casa, subí las escaleras y toque la puerta de la habitación en la que se quedaba Dalyan, abrí la puerta y la encontré con una sonrisa, está tirada en la cama con su celular.

— ¿Qué tal el día con Elena? Se fue ya hace varios minutos.

— Si, fue divertido- digo con nostalgia— Extrañaba hacer esto.

— Ven aquí- me acerco a ella y me tumbó en la cama dejando mi cabeza en su abdomen plano.— Estuviste llorando.- afirma.— ¿Pasó algo? ¿Discutiste con Nick?

— No, no es eso, le conté a mi abuela.- Dalyan se sorprende por mis palabras.

— ¿Lo de Christian, el…?

— Todo lo que pasó durante ese día y esa noche.- Una lágrima cayó por mi mejilla.

— Ven aquí- me dijo y ambas nos sentamos en la cama, ella cambió de posición dejándome espacio entre sus piernas, me senté pegada a ella y la abrace igual que ella a mi.

Dalyan estaría para mí en las buenas y en las malas, eso lo sabía, y ella sabía que yo nunca la dejaría sola.

— También le dije lo que pasó con Christian el viernes. Que es un idiota y que no quería que se me acercara durante el tiempo que estuviera aquí.

— Soph, Christian está mal, Esteban está preocupado, no salió de su habitación en todo el día, y ayer apenas si se vio por casa cuando fue a hacer unos largos a la piscina, Mara le llevo la comida ayer Pero solo salió a la gala y tomó más champagne del que debería, especialmente con sus padres presentes.

— Dalyan, sé que eres mi amiga y que no de él, sé que lo defiendes porque en verdad viste a Esteban preocupado pero no puedo tener compasión de Christian, él cree que yo no sufrí, o no tanto como para no preocuparme por los demás.

— Soph, él no estaba ahí, no estaba contigo, no te vio llorar, gritar, y por mucho que creas que no estábamos enterados no te vio salir al balcón sin saber si hacer algo como lo que pasaba por tu cabeza era la solución.

— ¿Cómo lo supieron?- pregunté nerviosa.

— Los guardias te veían.- y eso no me lo esperaba.

— Soph, fueron días duros, muy duros, lo entendemos, todos los hacemos, cuando Diane nos lo contó a Esteban y a mi, nos sorprendimos, nos asustamos, pero no podíamos hacer nada, intentábamos estar contigo las 24 horas del día y dejarte un minuto sola era muy extraño.

— Nunca pensé que eso de que te mudaras con nosotros fuera por eso.

— Diane estaba preocupada, y al decírmelo yo también me preocupé… Eres mi hermana Sophia, siempre te lo he dicho y yo soy la tuya, yo solo te tengo a ti, mis padres cada dia estan mas cerca del divorcio, cada vez más seguido encuentro a mi madre ebria, mi padre llega a altas horas de la noche y discute con ella por estar casi inconsciente debido a la bebida- una lágrima cae por su mejilla y la aparto con mi pulgar rápidamente, la abrazó con fuerza.— Todos los días llegó a vacíar todas las botellas que haya conprado con lo que mi padre le deja para la comida, se enoja y últimamente ha estado a punto de pegarme. Mi padre no ha hecho nada, solo me ha dicho que deje que haga lo que quiera, después de todo es la vida de ella.

— Debería internarla.

— Cree que con eso me hará daño a mi.

— Cariño, a ti te hace más daño verla casi todos los días ebria y apunto de pegarte por intentar que ella esté bien.

— Lo sé, pero no quiero que ella sufra.

— Está sufriendo más ahora, te lo digo porque sabes que hubo un tiempo en el que no paraba de tomar. Vaciaron la casa en su totalidad de alcohol, después llegaste tú y a pesar de que cada día que pasaba me sentía igual de miserable estabas conmigo, no caí en una adicción, tu madre si, Daly, lleva mucho tiempo así- le digo recordando que desde antes de lo que pasó, cuando ella volvió a Londres a continuar con sus estudios su madre ya estaba asi.

— Lo sé- dice sollozando.

Nos quedamos abrazadas durante un largo rato, en cierto momento escuchamos golpes en la puerta.

— Adelante- dice Dalyan con voz cansina.

— ¿Están bien?- pregunta Esteban al vernos.

— Tanto como podemos ¿Pasa algo?- digo mirándolo a la espera de sus razones para venir a vernos.

— Mamá pregunta por vosotras, la mesa ya está lista.

— Vamos- dice Dalyan dándole una sonrisa de labios sellados.

— Ok.

Ambas nos levantamos y yo recibo el abrazo de Esteban, deja un brazo sobre mi hombro y pasa el otro sobre los hombros de Dalyan.

— ¿Pasó algo con ustedes? Se ven tristes.- dice y da un beso en la coronilla de Dalyan.

— Solo hablábamos de todo.

— ¿Están seguras?

— Si- digo, es la verdad, hablamos de todo en general, le conté lo que había ocurrido con mi abuela y ella me contó lo que ha estado sucediendo en su casa últimamente.

— Les creeré entonces.

Bajamos las escaleras y nos encaminamos al pasillo del comedor pero somos interrumpidos por el timbre, damos media vuelta y abrimos la puerta, me sorprendo al ver a Nicholas y Dahiana al otro lado.

— ¿Qué hacen aquí?- pregunto dándole un abrazo a Nicholas.

— Dahiana no podía con saber que yo si te había podido venir a ver hoy y que ella no podía ver a Esteban así que le armó una pataleta a nuestros padres y nos dijeron que podíamos venir a verlos.- Dahiana le da un manotazo y abraza a Esteban.

Volteo y veo a Dalyan un poco alejada. Sabía que está noche no la podía dejar sola, no sabiendo como se sentía, como estaba de afectada por todo lo que estaba ocurriendo.

— Sabes que me encanta tenerte aquí, pero Dalyan me necesita y sé que puede ser injusto pero no la veia desde hace meses, y antes de eso se podría decir que no estaba muy presente para ella, para ayudarla y me necesita.




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