Aprender a vivir mi vida

CAPITULO 16

Nicholas

La fiesta había sido estupenda, Sophia se la había pasado de maravilla, me lo había dicho, lo había visto en sus ojos, estaba feliz, más de lo que lo había visto desde que la conocía.

Tampoco es que fuera hace mucho tiempo

Eso no importa, la había visto libre de todo sus tormentos por primera vez, como si no hubiera nada que la hiciera sentir mal, estaba hermosa, eso también debo decirlo, estaba hermosa, brillaba, pero creo que eso siempre lo ha hecho solo que no lo había visto.

Sophia llegó a mi vida en un momento en el que creía que no era posible que me sintiera otra vez “enamorado” Daniela había termina conmigo antes de venir a Los Angeles, porque no me quería lo suficiente para intentar tener una relación a distancia. Aunque creo que yo tampoco hubiera podido llevar una relación con ella mientras vivíamos uno a cada lado del océano.

Creo que lo que siento por Sophia ahora es algo totalmente diferente a lo que llegue a sentir por Daniela, que además de muchas cosas es una manipuladora. Sophia lleva muchas cosas encima pero eso no quiere decir que sea una gran chica en todo el sentido de la palabra.

Sophia ha pasado por muchas cosas, cosas por las que lamentablemente muchas mujeres pasan. Pero ha tenido una forma de levantarse que me parece alucinante, o al menos desde mi punto de vista, porque para muchos tal vez lleva mucho tiempo en un tipo de “luto” por así decirlo, pero para muchos otros como yo, lo ha superado rápido y de buena manera.

Dejo de divagar en mi mente y me levanto, la fiesta había sido bastante larga Pero también bastante entretenida, todos la habían pasado muy bien, en especial cuando Esteban se subió al escenario y cuando en pocas palabras arrastró a Sophia con él, cantes en vivo, buena música, comida y bebidas, también hubieron momentos en los que algunos otros subieron al escenario (unos más borrachos que otros) que cantaron y dedicaron canciones tanto de amor como de despecho literalmente.

Cuando iba bajando las escaleras me percaté del sobre que hay en el suelo cerca de la puerta. Cuando me agacho a recogerlo me dijo en el “Nick” que está escrito con lapicero negro.

“Nick, mi Nick

Sé que no importa la razón por la que esté escribiendo está carta cuando no te la voy a decir, pero no lo hago porque no puedo hacerlo, no soy tan fuerte como para hacerlo, escribí está carta porque si te veía no podría seguir con la decisión que tome.

Te quiero Nick, pero me voy a ir, y no puedo estar contigo si no te voy a tener a mi lado, quedarme sería hacerme daño, un daño que no me puedo hacer a mi misma después de todo por el que ya he pasado. Voy a volver, no sé cuándo, no voy a pedirte que me esperes, pero si te necesito pedir que el día que lo haga me escuches, porque ese día te diré porqué me fui.

Te deseo lo mejor de todo corazón amor, me voy porque es lo mejor que puedo hacer por mi misma.

Tu rubia”

Cuando termino de leer la carta me quedo en un tipo de shock donde no se deja de repetir todo lo que decía.

Vuelvo a leer la carta y no puedo evitar no entender una sola palabra, ¿Se fue? ¿Así como así? ¿De la noche a la mañana? O mejor dicho ¿de la madrugada a la mañana? Después de todo, después de… Dice que me quiere pero me dejó una carta debajo de la puerta diciéndome que me dejara.

No puedo evitar sentir ira. Ira y decepción, porque no le importe, no le importo lo que yo pudiera sentir al despertarme y encontrarme solo esto y que muy posiblemente ella ya estuviera camino a Europa, decepción, decepción porque creía que Sophia era una buena chica, una chica a la que le importaban los sentimientos de los demás, alguien que después de todo el dolor por el que había pasado no se lo generaría a otra persona.

Escucho pasos en la escalera y me giro, veo a Dahiana bajando las escaleras en un pijama de shorts y blusa de tiras.

—¿Qué pasa? Parece que viste un fantasma.

—Sophia se fue —digo sin rodeos. —Y solo dejó una puta carta debajo de la puerta, ¿cómo quieres que esté?

—Wow, Nick, no… no sabía nada.

—Está bien Dahiana, fue su decisión. Y aunque lo hubieras sabido, aunque me lo hubieras dicho, creo que ella no se hubiera quedado igualmente, ni hubiera seguido conmigo.

—Nick, estoy segura que las razones que la hayan llevado a irse así deben ser suficientemente grandes.

—Dahiana no la defiendas

—No la estoy defendiendo, solo… Nick, conocí a Sophia, muy seguramente no tanto como tú, ni cerca, pero ella no te haría algo así porque pasó algo sin importancia.

—Dahiana da lo mismo, no me lo dijo, solo se largó, así que ya, dejemos de hablar de ella, por mi, que no vuelva.

—Hablas por ira Nicholas, la quieres, más de lo que has llegado a querer a cualquiera de las novias que has tenido.

Y era verdad, porque me estaba doliendo, más de lo que me había dolido que Daniela me dejarán más de lo que me había dolido cualquier ruptura, no es que hubiera pasado por muchas pero sí que está, es la que más me estaba doliendo, que estaba doliendo más de lo que dolieron cualquiera de las anteriores.

[…]

Habían pasado dos días desde que se fue, era martes, un martes que se me estaba haciendo demasiado largo, las clases se me hicieron igual de eternas que el día anterior, solo que a diferencia de ayer que en cuanto salí me fui a casa a seguir compadeciéndome de mí mismo hoy fui a dejar a Dahiana entre a la casa almorcé algo, subí a mi habitación cogí el traje y la tabla de surf y me fui a la playa, estuve surfeando toda la tarde y cuando volví solo me di una ducha y salí junto con Dahiana al departamento de Mariana.

—Se fue, y solo dejó eso. Una carta. —digo sin ganas mientras me tomo la cerveza.

—Hablé con ella está mañana, está en Londres Nick. —me dice Mariana sin inmutarse.

—¿Y de qué me sirve? ¿Crees que voy a subirme a un avión e iré a buscarla?




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