Aprender a vivir mi vida

CAPITULO 18

Nick entra a la habitación donde está Esteban, mientras él está adentro Christian se me acerca.

—Oye, sé que no estamos bien, y también sé que aceptaste el contrato porque no tendrás que discutir nada conmigo, pero, vamos a trabajar juntos, vamos a grabar y será difícil no poder… bueno hablar.

—¿Y qué quieres que haga? ¿Que te salude de beso y abrazo y hablemos sobre nuestra semana? —pregunte con ironía.

—No, no espero eso Sophia, pero al menos poder decirnos hola, buenos días, adiós, mañana nos vemos, ¿tener una relación al menos profesional que no sea así de tensa? Esto no va a funcionar si no nos podemos siquiera decir un “Hola, ¿qué tal?”

—Bien, te diré “hola, ¿qué tal?” ¿feliz?

—Si. Gracias.

Me cruzo de brazos y tamborileo uno de mis pies en el piso.

—¿Todo bien? —preguntó Elliott acercándose a ambos.

—Si —digo asintiendo con la cabeza.

—Soph, sé que las medidas que tomó Diane acerca de esto son algo… ¿cómo lo digo…? ¿Extrañas? pero mereces un castigo, lo sabes ¿verdad?

—Elliott, sé que lo que hice estuvo mal, y que claro que merezco un castigo, pero ¿quitarme el celular? ¿Eso que tiene que ver con que me haya tomado un calmante y lo haya mezclado con alcohol?

—Creo que lo hizo más por la forma en la que le hablaste, en como le contestaste, en cómo intentaste justificar tus acciones que en si lo que hiciste.

—¿O sea que intentar dormir no es una justificación?

—Sophia, no hay justificación, lo siento pero es la verdad, lo que hiciste estuvo mal y merecía un castigo y ya te lo dieron.

En ese momento Nick sale y me ve.

—Me voy.

Ambos empezamos a caminar camino al elevador.

—Lo de ahora…

—No me tiene que dar explicaciones sobre eso Sophia, no me incumbe.

Sus palabras me hacen saber que no quiere explicaciones sobre esto pero si de lo otro y es justo, yo le prometí que le daría esas explicaciones.

—Dame las llaves, te congelaras.

—Gracias —se las doy.

Sale y espero a que el auto esté en frente para salir.

Cuando lo veo detenerse salgo del hospital a paso rápido sintiendo el frío calando en mis huesos. Me subo al asiento del copiloto.

Miro a Nick de reojo mientras arranca, ¿Empiezo a hablar ya? ¿Le digo por qué me fui? ¿Espero a estar en casa y decírselo mirándolo a los ojos?

¿Quieres quedarte en este silencio incómodo?

—Fue mentira. —Empiezo mirando al frente.

—¿Qué cosa? —Escucho que pregunta de forma defensiva.

—No me quieren, mis padres —aclare —Todo fue una farsa, nunca me han querido, y cuando llegaron y me dijeron que lo hacían, pues les creí. Sé que estuvo mal irme así, dejándote una carta debajo de la puerta y huyendo, pero… ¿Qué podía hacer? Revise mis opciones y dentro de ellas no existía la de quedarme, decidí venir aquí, y sé que si te lo hubiera dicho, si te hubiera dicho porque necesitaba irme, porque no podía quedarme lo hubieras entendido y hasta me habrías apoyado porque te conozco Nick, y sé que eres un chico maravilloso, —suspiró antes de continuar —Pero si te veía, si hablaba contigo, no hubiera venido, no me hubiera subido a ese jet, me habría quedado nick, sé que me habría quedado y hacerlo significaba hacerme daño, hacerme más daño a mi misma del que podría soportar, y no podía. No puedo hacerme eso. Porque tú mismo has dicho que merezco ser feliz, y no lo hubiera sido, no plenamente. Tome mi mejor opción, me puse por delante a mi, y fue egoísta. Pero tome la mejor opción que tenía. Me iba a subir a un avión hoy, lo iba a hacer, en serio, tengo la maleta lista y el pasaje en la mochila porque necesitaba verte y decirte porque me fui, porque tomé esa decisión, porque te dije que iba a volver y que te lo iba a contar, necesitaba hacerlo Nicholas, porque, ni siquiera puedo dormir del arrepentimiento que siento por haberte dejado así, necesitaba decírtelo por eso y porque Nick, te sigo queriendo, y seria tu decision si me quedaba esas tres semanas pasandola contigo, aprovechandolas contigo o si celebraba navidad con Mike y me subía a un avión en tres semanas con rumbo a Barcelona. Porque Nick, quiero dejarlo en claro, solo me iba a quedar tres semanas, y después me iría a Barcelona. Me iré a Barcelona en tres semanas—Aclare que eso seguía en pie —firme un contrato y voy a cumplir con él. —cierro los ojos un momento y continuó —:Y cuando me fuera nuestra relación iba a terminar por tiempo indefinido. Porque, necesito centrarme en mi misma de nuevo, necesito ser yo quien tome las decisiones sin tener que pensar en cómo se sentirá el otro, no puedo estar con alguien mientras intento sanarme, mientras intento conseguir todo lo que quiero, quiero cumplir mis metas, quiero alcanzar mis sueños, y para eso necesito estar sola. —Nicholas se quedó callado y yo también, porque ya había terminado, ya se lo había dicho todo. Todo la verdad, ya lo sabía y yo ya no tenía ese peso sobre mis hombros.

Cuando llegamos Nick parquea en la plaza libre más cercana a la puerta, ambos nos bajamos y entramos en la casa.

—Te preparare una de las habitaciones de invitados, debes estar cansado. —cuando iba hacia las escaleras sentí que me rodeaba una muñeca con su mano.

—Te extrañe, te tuve rencor durante un rato, pero después Marco me hizo entrar en razón y me dijo que si me enojaba contigo, si intentaba odiarte me arrepentiría. Y fue verdad, si te hubiera odiado aunque fuera por un solo segundo me hubiera arrepentido, porque ¿Por qué te vas a quedar con personas que no te quieren si tienes otras que sí lo hacen? —me regalo una pequeña sonrisa y continuo —: Y claro que hubiera aprovechado esas tres semanas contigo Sophia, prefiero tenerte conmigo tres semanas a nada.

Una pequeña lágrima resbaló por mi mejilla y él me estrechó entre sus brazos.

—Aun puedo ir, cuando se vayan puedo ir y quedarme hasta que deba irme a Barcelona.

—Eso me encantaría.

Levantó un poco mi cabeza para verme a los ojos. Se acercó a mí y me besó, y yo le devolví el beso con ansias, era un beso tierno, uno que sellaba la promesa de que íbamos a disfrutar esas semanas al máximo. Poco a poco el beso se fue volviendo más intenso, más pasional, más sexual. Nick llevó sus manos hasta la parte de atrás de mis muslos y yo me sujeté de sus hombros a sabiendas de que me iba a levantar, cuando lo hizo enrede mis piernas a su alrededor.




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