Aprender a vivir mi vida

CAPITULO 21

Sophia

Después de acompañar a Christian hasta su habitación y esperar a que se durmiera me encontré con Dahiana en mi habitación.

—Era verdad lo que dijo Diane, marcaste tu habitación. —me río viendo las letras negras que resaltan en la pared blanca.

—Si, bueno, tenía 14 quería hacer una pequeña remodelación.

—¿Qué tienes para mí?

Entro al armario y sacó la caja en la que había echado todo lo que tenía sin estrenar.

—Todo es de tu talla, hay lencería, blusas, tops deportivos.

—Gracias —dijo tomando la caja y dándome un corto abrazo.

—No hay de que Da.

Salió de mi habitación y me dejé caer de espaldas a la cama.

Ver a Christian tan desmoronando, tan herido fue… no tengo palabras para describirlo, su punto débil siempre ha sido la relación de sus padres, estar en el punto de saber que cuando vuelva las cosas no van a ser iguales, que por el contrario van a ser completamente diferentes es aterrador, lo sé porque he pasado por ello, no es la primera vez que el señor Christian se va de casa, pero no tarda más de una semana en volver. Esa era la diferencia, pero ahora no sé iría a un hotel se iba a un departamento y había firmado los papeles de divorcio, oficialmente Tara y él estaban divorciados, y la custodia de Christian la tenía por lo que había podido entender: Tara. Sabía que Christian no hubiera podido decidir con quién se iría a vivir si hubiera dependido de él, pero eso no quitaba que no fuera a ser difícil tener que pasar una que otra noche en el departamento de su padre si él quería, porque para él estar con él uno o con el otro era un tipo de traición hacia alguno de los dos y no quería que ninguno se sintiera mal, o que sintiera que ya no quería pasar tiempo con él. Conocía a Christian, lo conozco, sé que aunque a veces parezca un tipo duro en el fondo es frágil, creo que esa fue una de las razones por las que me enamore de él, porque yo fui y soy una de las pocas personas con las que de verdad ha podido abrirse y decir la verdad, una de las pocas personas a las que le ha dicho cómo se siente en verdad.

Tocan a la puerta de mi habitación y me siento.

—Pase —digo y la puerta se abre, es Nick.

—¿Todo bien?

—Si, solo… no quiere preocupar a Esteban hasta que se haya recuperado más del accidente, y… te hice caso, le dije que no quería que la carrera de alguno de los dos acabará porque no soportamos estar en la misma habitación, y le dije que podía contar conmigo… además lo conozco y sé que está mal Nick, bastante mal. Y solo tiene a Esteban, y sin Esteban… es difícil para él.

—Es afortunado de tener a alguien como tu en su vida.

—No lo sé, pero sí sé que debemos ir al aeropuerto en media hora. —digo viendo la hora en el reloj de mi muñeca.

—Si, mamá irá a buscarnos a Dahiana y a mí, dijo que podíamos llevarte.

—No es necesario, Mike irá a recogerme.

—OK, ¿pasa algo más? Te ves tensa.

—Es que creo que Clare me odia.

—Espera… ¿Crees que mi mamá te odia? ¿Por qué?

—Porque me fui y te deje por una carta que te deje debajo de la puerta.

—Eh, buen punto, pero no, no te odia, le caes bien, en realidad está feliz de que hayamos vuelto, ella fue la que me dijo que te dijera que te podíamos llevar a casa.

—Oh, OK… Creí que me odiaba, bueno, irme así como así sin dar explicaciones… yo me odiaría.

—Estás siendo muy dura contigo misma, tenías razones para hacer lo que hiciste.

—Eso no quita que estuvo mal.

—Pues no, pero te quita la culpa, o algo así —dice riendo.

—¿Estás seguro de que no tiene problema conmigo? ¿Le dijiste que me voy en dos semanas a Barcelona y que en ese momento terminamos lo nuestro?

—Eeh ¿No?

—Nick —lo miré con pánico —Obviamente me odiara cuando se lo digas, o cuando yo se lo diga.

—Bueno no he querido recordar eso, ¿OK? No quiero estar recordando a cada rato que mi novia me va a dejar para volver al otro lado del mundo. —dice frustrado.

—Nick…

—No Sophia, es que así son las cosas, no hay forma de endulzar la situación, eso es lo que va a pasar y acepto que al comienzo no me importo eso, y que en lo único que pensé fue en pasar estás semanas contigo, pero… —niega con la cabeza —No es tan fácil solo llegar, volver, tener sexo, dormir juntos, levantarme corriendo a verte en cuanto escucho que gritas, ver películas juntos y saber que eso se acabara en cuestión de que ¿15 días?

—doce, doce días.

—Exacto, te vas en eso, y yo me quedo, e intento seguir con mi vida.

—Nick, no puedo quedarme, lo sabes, firme el contrato, te dije que firme y que debía volver a Barcelona en tres semanas, en realidad prácticamente cuatro semanas.

—Una semana más o una menos ¿Qué más da?

—Son siete días más juntos, eso da.

—Sabes que no quería decir eso. Aprecio esos días más…

—Chicos ¿Listos? Ya nos vamos —dice Diane en la puerta.

—Si, ya estamos listos. —Digo levantándome y recogiendo mi cartera y el abrigo.

—Bien, vámonos.

Bajamos las escaleras y abajo nos esperan Dahiana Esteban y Christian.

Las maletas ya están en la camioneta de Diane. Así que solo falta despedirnos. Diane baja con Elliott.

—Chicos, sé que Diane ya se los dijo, pero igualmente lo diré, son bienvenidos siempre que quieran venir.

—Gracias Elliott —dice Dahiana dándole un corto abrazo.

Nick asiente con la cabeza y le estrecha la mano.

—Y Nicholas, Sophia es como una hija para mí aunque no lo parezca en muchas ocasiones, así que si le haces algo a mi hija, si derrama una sola lágrima por tu culpa yo mismo te parto la cara. —No puedo evitar sonreír ante lo que le dijo a Nick, en especial porque no le ha querido soltar la mano y debe estar apretándole más de lo necesario.

—No se preocupe señor Cruz, nunca le haría daño a Sophia.

—Eso espero —dice soltando la mano y mirándolo amenazadoramente. Me mira y abre sus brazos y lo abrazo. —Recuerda que está siempre será tu casa Sophia




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