Aniversarios horribles
23/02/24
Mi alarma comienza a sonar y la apagó, veo un momento el celular y me fijo en la fecha, esa fecha. ¿Cómo no me di cuenta?
Me entra una arcada y me levanto corriendo al baño, devuelvo todo lo que comí la noche anterior, me enjuagó la boca y vuelvo a la cama.
Quiero que esté día acabe ya, no quiero salir de la cama, no quiero enfrentarme a este día. No quiero.
¿Qué esperaban?
Sé que mi abuela odia que falte a clases si no tengo una puta excusa médica pero, no puedo, no quiero.
Me tapo con las mantas, y miró hacia el techo ¿Debo levantarme? Si, debo hacerlo, pero no quiero.
¿Por qué no quiero? Porque este es un día de mierda en el que no quiero ver la luz del día.
Una hora después en la que no he podido pensar en nada más que en Nicholas, si he estado pensando en él para no pensar en otras cosas.
Tocan a mi puerta, no contestó. No quiero hablar con nadie, no quiero ver a nadie.
— ¡Sophia, se te hace tarde para la escuela!- dice mi abuela enfadada al otro lado de la puerta.
Los ojos comienzan a humecersenme y hundo la cara en la almohada, doy un grito ahogado y vuelvo a estar boca arriba mirando el techo.
Un jodido año y no soy capaz de levantarme de la cama.
Un jodido año desde que salí corriendo de esa casa de playa hasta llegar a un pub y poder llamar a Esteban, y de repente llegan a mi preguntas que nunca me plantee ¿A quien hubiera llamado si Esteban no hubiera estado en Barcelona? ¿A Christian? ¿A mi abuela?
No, no sé a quien hubiera llamado, no me imagino llamando a otra persona, y a pesar de que Esteban no hubiera estado en la ciudad creo, no, estoy segura de que lo habría llamado igualmente, porque él hubiera sabido a quién llamar. ¿Pero ahora? No, hoy no sé a quién llamar, hoy no tengo ni puta gana de hablar con alguien.
Vuelven a tocar a mi puerta y me siento con la espalda recostada en la cabecera de la cama.
— ¿Sophia? Si sigues durmiendo estarás castigada por una semana.- amenaza mi abuela— sal de esa habitación en este momento o te saco ¿Entendiste?
No, no lo hice, mi capacidad cerebral no existe hoy, no puedo pensar y siendo sincera prefiero pasar una semana castigada a salir de la cama… Escucho el timbre y se me hace extraño ¿Quién carajo viene a las 7:00 am a esta casa?
Escucho voces acercándose.
— ¿No deberías estar en la escuela?
— Si, y ella también.
No sé de quién es la voz, la escucho muy lejana. Malditas paredes reforzadas.
Cuando Te follan no dices lo mismo.
Es diferente.
Miró fijamente hacia delante.
Las lágrimas no salen, pero los ojos me arden. Quiero llorar, pero no puedo.
Abren la puerta de mi habitación y por ella entra Christian
¿Que mierda?
Por alguna razón no hablo, no me muevo, solo lo miro y los ojos se me comienzan a nublar, los cierro tratando de contener las lágrimas y de un momento a otro siento los brazos de Christian rodearme. Abro los ojos y empiezo a sollozar. No sé que sucede, solo sé que tener a Christian aquí me hace sentir segura de cierta manera. Siento su perfume, ese que me volvía loca, ese por el que ya no siento nada, no me gusta, no me disgusta, solo está ahí, ya no puedo llamar a Christian como mi novio, tampoco como mi amigo, Pero sé que le duele, sé que a él también le duele porque a pesar de todo también era su hijo, y yo… yo era su novia, yo era “el amor de su vida” eso me lo dijo cuando lo ví por primera vez después de lo sucedido.
No le creí, no lo hice, no me importó cuántas veces Esteban me dijo que no estaba bien, que él también sufría, ahora… ahora en sus brazos comienzo a hacerlo.
No sé en qué momento terminó dormida en su regazo, solo que cuando despierto él me está acariciando el cabello con delicadeza, levantó un poco la cabeza para verlo a la cara, tiene una que otra lágrima cayendo por sus mejillas, las quito y eso lo hace reaccionar.
— Hola.
— Hola.- contestó volviendo a poner mi cabeza en su hombro.
— Ve a ducharte, te llevaré a un lugar.
— No quiero salir.
— No es una pregunta Soph.
— No tienes potestad en mi.
— No dejaré que te quedes aquí todo el día, ve.- ordena y no me queda de otra, lo conozco, estoy vulnerable y si no hago lo que dice es capaz de llevarme a la ducha y abrir el agua fría.
No seria la primera vez.
Por eso lo hago.
Después de darme una ducha rápida me meto a al vestidor y saco unos vaqueros anchos con una camiseta negra corta. Me pongo unas zapatillas y salgo atandome el cabello en un moño desenfadado en lo alto de la cabeza.
—Vamos —se levanya y abre la puerta esperando a que salga.
—¿A dónde vamos?
—Es una sorpresa Sophia.
—Nunca he sido fan de las sorpresas.
—Lo sé, pero creo que es necesario hacer esto.
—¿Que cosa?
—Lo sabrás cuándo lleguemos.
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Hola! No se imaginan cuanto me ilusiona por fin compartir algo con ustedes, admito que aun no tengo un nuevo capitulo, pero que ya lo estoy escribiendo y es un gran avance por el momento, intentare tener el nuevo capitulo listo para maximo el 24 de junio, aunque de ser posible espero que para la proxima semana este terminado.
Muchas gracias por las mas de 2300 lecturas que hmos alcanzado gracias a usedes.
Este extra es del mismo año en que termino el anterior capitulo, ha pasado un año de lo que le ocurrio a Sophia, como es obvio no esta terminado aunque espero poder compartir con ustedes un lindo final para ese día en el que Sophia y Christian se apoyen mutuamente y se ayuden a cerrar tantas heridas abiertas.