Capítulo 4: Encubriéndome

Una de las cuestiones que más me gusta y que más me parecen interesantes es saber que mi novia a trabajo tan duro que tiene su propio carro para que podamos viajar.

—Estás lista — digo mientras pongo el carro en marcha.

—Sí.

Tomamos viaje para la playa, necesitamos un fin de semana solos y para tener sexo como conejos. Esto lo hacemos cada tres meses como una forma de reforzar nuestra relación. No todo en la vida son besos y regalos, necesitamos trabajar en lazos de compromisos y también en nuestros mismos. 

Conecto mi teléfono para activar mi sistema de música y escuchar una canción que tengo en particular,”En algún lugar “de la banda Dunca Dhu. Sin duda su letra y su música siempre me inspiran, más al saber que somos personas que tienen sin duda una personalidad y una meta en nuestras vidas. 

—Amor ve esto, —dice Yoselin mientras ve un estado en Instagram.

El estado se ve a Roberto con diferentes diputados del país, sin duda él siempre supo que trabajaría con ladrones y corruptos, me pregunto si sabrá en el negocio turbio que estoy. Por el momento lo mantengo en secreto con Lazaro, que es un maldito bocón. 

Llegamos al hotel en donde nos hospedamos, pero en ese momento decido darle una sorpresa a Yoselin.

—Bienvenidos, nombre de su reservación — dice amablemente la recepcionista.

—Sí, a nombre de Jacobo Lopez, pero quiero que nos dé la habitación más lujosa para mí y para mi querida novia —digo muy seguro.

—Espera , ¿Qué haces?

—Darte lo que te mereces — digo.

En ese momento saco mi tarjeta y pido que lo cobren. Ese dinero del negocio me servirá para darle a ella lo que se merece. Es una gran mujer y este sacrificio vale la pena.

—Siempre confiaste en mí y que era inteligente y ese es el fruto de mi trabajo. Tuve un buen negocio y aparte pagaron bien por la asesoría y lo mejor es que tengo ese proyecto para un año— digo.

Yoselin se quedó impactada por lo que dije y también muy impresionada, lo único que no sabe es que tengo negocio ilícito y no la quiero implicar a ella. 

Subimos a nuestro cuarto que se ve muy lujoso y también es bastante llamativo. La cama se ve cómoda, una televisión de última generación y también un vino de los huertos más finos del país.

—Esto es grandioso — dice Yoselin.

—Merecemos esto al menos una vez en la vida — digo.

En ese momento ella y yo nos besamos. Comienzo a quitarme la ropa y ella igual, así que no tengo necesidad de decirles que ocurre. 

Tres días después … 

Tras nuestro viaje de vacaciones volvemos a la ciudad para estar tranquilos y por el momento nadie sabe que renuncie a mi trabajo como operador de llamadas. Así que he tenido que ir a la oficina para hacer cálculos junto con Lazaro.

—Lavar todo esto es difícil y lo sabes — dice.

—Sí, pero es eso o morir en el intento — respondo.

—Ni con nuestros dos negocios podemos hacer esto.

Tiene razón y tengo la mejor idea que podemos hacer. 

—Has pensado en los esquemas piramidales.

—Oye, no es necesario timar a la gente.

—Me refiero a que podemos invertir este dinero en crear un sistema de intercambio de divisas y con eso también incitar a la gente que compre el servicio y eso no es todo …

—Veo que ese cerebro sirve de todas formas — dice el sujeto que nos supervisa.

—Sabes, deberíamos poner una campana para saber de tu presencia — digo de forma burlona.

—Sigue con tu idea y quizás te dé luz verde para que puedas hacerlo.

—La gente se cree cualquier tontería para saber ganar dinero. Haremos el programa de intercambio de divisas y también comprarán cientos de productos piratas o de mala calidad, lo venderás como una marca exclusiva y la gente tendrá que venderlos o comprarlo, así que no hay pierde en ese momento.

—Suena a que es una estafa.

—Lo es, pero el problema de las personas que hacen eso es saber que serán timadas y venderemos eso como solución mágica.

—Eres inteligente — dice el sujeto.

—Mejor aún. El sistema de divisas será manipulado para que la gente invierta y vaya ganando y lo programarán para que la gente tenga 10 aciertos y luego 15 perdidas, así el dinero lo recuperamos en cuanto lo tengamos— digo.

—Eres un maldito, pero vale la pena así que le hablaré a nuestros hackers convencionales y mandaré gente a comprar productos de baja calidad y diseñaremos nuestro logotipo personal. Además de abrir la empresa y también hablaré con diputados para que abran empresas ficticias y nadie nos rastree.

—Me parece estupendo — digo feliz.

—Estás loco, pero valdrá la pena — dice Lazaro.