Aprendices de Politicos

Capítulo 7: Siguiendo con un imperio

Llegando a la iglesia está a punto de empezar las palabras. Me siento en la primera banca comunal en dónde está la familia de Yoselin, apenas me dio tiempo de ponerme una corbata. La misa es por el aniversario de un año de la muerte de Yoselin. 

 

Recuerdo esos días de universidad. Cuando Yoselin entro a la universidad fue muy duro, hablaba con pocas personas y con el tiempo fuimos queriéndonos, trabajamos juntos en lo que nos asignaban; no contaba nada relacionado con su familia y apenas hablaba sobre sí misma porque tenía que ir a trabajar. 

 

Ella trabajó para una tienda de mayoreo como vendedora y lo único que se es que su padre fue muy bueno con ella, a diferencia del mío. Al finalizar la misa nos reunimos en un restaurante con la familia de Yoselin para hablar y ponernos al día y también para recordar buenos momentos con su padre. 

 

Nunca lo pude conocer, pero por lo que supe, fue un gran padre que apoyo a sus hijas hasta el último momento.Yoselin es la hermana mayor y tuvo que hacerse responsable de sus dos hermanitas, que apenas cursaban básicos y la educación primaria, una de las razones por la cual quiero a esta mujer es por el hecho de que se ha esforzado y ha demostrado de lo que es capaz por el bien suyo y de su propia familia.

 

Terminando la reunión me despido de ella con un enorme beso, ambos sabemos cuanto nos deseamos. Es una pena saber que ella no sabe en lo que estoy involucrado, es muy feo, esto no quiero que piense que soy un delincuente, además de la gran cara de hipócrita cuando yo hacía repudios a la gente que pisaba los gobiernos y ahora soy un defraudador que trabaja para dos amos.

 

De camino a casa pienso en mi situación actual. Trabajar para políticos o para el narcotráfico, aunque no hay mucha diferencia. Pero decepcionar a uno de los dos es llevarme al mismo camino que es la muerte. Tengo las imágenes mentales de mi jefe siendo torturado emocionalmente, eso sin mencionar de que él está en una encrucijada. No he visto nada en las noticias o redes sociales sobre su paradero; arruinarle su vida es sin duda mi mejor venganza porque no tenía el corazón de asesinarlo.

 

Al llegar a casa y entrar por la puerta veo a mi padre sentado. Esto me suena a problemas.

 

—Papá, ¿Qué haces sentado?

—Esperándote para darte la pero regañada de la historia — dice enojado.

—¿Por qué?

—Me enteré de tu drama en el departamento de salud.

—Sí, bueno ni modo. Se hizo lo posible.

—Esa actitud me enoja de ti, piensas que toda la vida tendrás trabajo seguro. El trabajo gubernamental es la mejor opción para tu futuro y para el que tengas con tu esposa — dice mi padre.

 

Sé que trata de ayudarme, pero todos sabemos que eres una marioneta o un simple lameculos de los jefes que tienen poder.

 

—Tendremos esta conversación otra vez. Ya te dije, deja de vivir en ese sueño idiota de que estaré en una institución gubernamental — digo.

—Estoy haciendo lo imposible, mover montañas por ti y por tu hermana — dice.

—Lo sé, pero dire algo padre. No te pedí que lo hicieras —digo. 

—Eso duele escuchar.

—Duele. Pero no pasaremos de lo mismo, mientras pidas ayuda a idiotas que no tienen un poder, embriágate lo que quieras con ellos. Eso no pasará de una mesa llena de tragos y estúpidos que quieren arreglar el país con alcohol— digo.

 

Subo a mi cuarto un poco molesto de la situación actual. No tengo tiempo de pensar en unos ancianos habladores, debo pensar en como salir de esta situación, sé que huir no es una opción para mí porque me encontrarán en algún momento. 

 

Recibo una llamada de Yoselin. 

 

—Hola amor.

—Hola, ¿Todo bien en casa?

—Nada que no tengas en que preocuparte. Solo problemas con padre.

—Típico.

—Dime, ¿Por qué llamaste? Y espero no te estés preocupando por ello.

—Sí, un poco, has estado muy alejado de mí.

—Claro que no, he estado pensando en ti. Me ha quitado el tiempo mi última asesoría y lo mejor de todo es que ya tengo otro cliente. Sé que no hemos tenido tiempo, pero oye, estamos trabajando por nuestros sueños. 

—Tienes razón— dice un poco dudosa.

—Sabes que somos abiertos y puedes preguntarme lo que quieras — digo para calamar su ansiedad.

—¿Tienes una amante?

—Amor, nunca pienses eso. Lo que vale la pena lo tengo conmigo y estoy feliz con eso. No hay nadie más que yo necesite, solo tú eres mi mundo y no pienses en ello—digo.

—Lo siento, es que la situación y tus acciones me hicieron dudar.

—Mañana en tu hora de almuerzo nos reuniremos. Vamos a pasar tiempo como en la universidad y te pedía un hot dog con todo y tú solo pedías.

Ambos reímos.

—Tienes razón — dice feliz.

 

Ambos colgamos y estamos listos para mañana. Recostarme en la cama para pensar en lo que haré mañana. Tengo que hacer cierres contables y además de eso dar respuestas a mis jefes de lo que hice con su dinero, por suerte el banco no ha dado sospechas y también considero que debemos considerar lo de los préstamos bancarios y así ir disfrazando el dinero, cada vez la situación se vuelve más y más compleja.




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