Aprendices de Politicos

Capítulo 8: La historia detrás del inicio

(Este capítulo será desde la perspectiva de Yoselin)

 

Dos años antes … 

 

Como siempre, he pasado muchas dificultades en la vida. No estudie en los mejores colegios, no estuve presente en muchas clases, era una joven mujer que hacía lo de costumbre en la época estudiantil: recibir clases, ligar chicos guapos y uno que otro feo, ir con mis amigas de compras, compartir chismes y luego tener sexo para experimentar los placeres de la vida.

 

El bachillerato no fue diferente, lo que me cambio de por vida fue el hecho de enfrentar una de las noticias más dolorosas. Recuerdo el día de mi graduación, lo llamo el punto de inicio de un cambio irreverente en mi vida. De ser una chica con actitud negativa y liberal a ser la mujer que soy ahora mismo. 

 

Mi padre y yo siempre hemos sido unidos desde que tengo memoria, me enseño a como cuidarme de los hombres y ante todo no cometer errores, ha como hacer una vida sin dificultades. Fue un gran maestro en mi vida.

 

Recuerdo que me acompaño a mi examen de universidad, a pesar de que no podía costeármela, yo encontré trabajo como agente de servicio al cliente mientras optaba por algo mejor y él como buen administrador retirado, vivía de su jubilación y viajaba por el país con mamá.

 

Ese día, ese maldito día, jamás debió de llegar. El día en que perdí todo. La segunda semana de enero, recuerdo exactamente esa semana y ha sido la peor, mi padre tuvo que ir a su revisión de salud en el departamento de bienestar de jubilados, todo iba bien hasta la entrega de otros resultados.

 

—Señor, tiene cáncer — dice el doctor.

 

Nos quedamos paralizados.

 

—Disculpe — dice padre atónico.

—Sabemos lo difícil que es enfrentar esto, pero tiene cáncer de hígado en una etapa avanzada— dice.

 

No puedo contener mis lágrimas.

 

—¿Cuánto tiempo le queda? — digo muy pero muy preocupada.

—Son …

—No quiero saberlo — dice padre interrumpiendo.

—¡Papá!

—No, si tengo que irme de este mundo será en su momento , ahora solo quiero pasar el tiempo con mis seres queridos — dice mientras me abraza.

 

El resto de los meses fue difícil, mi mamá y hermanas no podía contener la noticia. El dinero de la jubilación se iría en su tratamiento médico, pero la medicina es sumamente cara, así que todo mi salario se iba en su tratamiento.

 

Todas las noches eran incómodas para mí, porque cada vez que pasaba al cuarto lo miraba allí, acostado como si nada pasará. Mi madre se ponía en la sala con nuestro álbum de fotos a llorar sin parar.

 

Incluso yo pará poder sobrellevar este duro golpe de vida con este suceso tuve que hacer horas extras y lograr pagar los gastos de la casa y medicina. Lo más terrible fue saber que lo llevamos a los centros de salud de oncología que están abiertos para cualquier persona y no pudieron ayudarnos porque no contaban con recursos y esto debido a la maldita corrupción.

 

No teníamos otra elección más que esperar la inevitable muerte de mi padre. Pero lo más interesante que ocurrió, no sé si fue el destino o algo por el estilo. Mientras sufría internamente y emocionalmente por lo sucedido a padre; la universidad me ayudo a distraerme y fijarme la meta más clara que podía; ayudar a los necesitados.

 

Conocí a varias personas involucradas en diferentes trabajos y empresas, pero estaba mi compañera que se vacía muy bien; tenía un bolso, carro propio, vivía en una zona algo lujosa de la ciudad. Estaba en mi clase, así que podía saludarla y aprender de ella y como llego tan lejos.

 

Mientras caminaba por el pasillo para entrar a mi clase, pude darme cuenta de que ocurrió lo inevitable.

 

—Lo siento, pasa primero.

—Parece que somos compañeros —digo.

—Sí, te sientas con nosotros— dice amablemente.

—No, quizás en otra clase — respondo.

—Soy Jacobo— dice.

 

Me siento con mi compañera llena de ambición y lujos por aprender, su nombre era Valeria y decidí aprender mucho de ella. Los meses se fueron de forma rápida y sin dificultades. Valeria y yo entablamos una buena amistad, aprendí mucho de sus experiencias laborales y con los hombres , pero muchas cosas cambiaron a final de año.

 

Valeria sería ascendida en su trabajo, pero no confiaba en ninguno de los trabajadores que hay en su departamento. Así que decidió darme la oportunidad de hacer una pasantía completa en la mayor entidad financiera del país. 

 

Ese día tenía algo que celebrar y quería compartir la noticia con la persona que me importa. Llegando a casa de la universidad y antes de alistarme al trabajo, voy directo al cuarto de padre.

 

—Papá, te tengo noticias— digo.

—¡Mamá!

—Hija — me dice llorando y abrazando.

—¿Dónde está papá?




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