Aprendices de Politicos

Capítulo 17: Creciendo lentamente

Tras las diferentes noticias que ocurrieron. Empiezo a tomar los próximos movimientos con respecto a la situación política. El país entero está desconcertado con respecto a la situación que se vive actualmente, todo el mundo canta la muerte de Zarceño como una victoria pequeña para la justicia y está el resto de hipócritas, doble moralista de las redes sociales.

 

Tras diferentes horas esperando una llamada en la oficina de Zarceño, ya no tengo nada que hacer porque mi jefe murió, pero sin duda alguna puedo ser reasignado, pero es momento de poner un poco de orden y saber como ejercer el poder.

 

Revisando el correo electrónico comienzo a ver el nombre del departamento de dotación de personal informándome que mi acta y la fecha de ceremonia para ser nombrado oficialmente como un ministro de gobernación.

 

Le escribo un mensaje a Yoselin que hable sobre una cena romántica en el mejor lugar de carne asada de la ciudad, porque sin duda alguna esto merece ser celebrado en grande.

 

Ese mismo día en la noche…

 

Veo a mi hermosa Yoselin con su hermosa blusa escotada, mostrando esos pechos que me encanta, sus dulces labios rojos y su cola de caballo espectacular. Mi esposa siempre tan hermosa como siempre. 

 

—Dime, ¿qué sorpresa me tienes? — dice ella Yoselin.

—Una gran noticia, pero antes estaré pidiendo el vino más caro para celebrar y que nos traigan caviar — digo.

 

El mesero procede a traernos, al igual que un buen pedazo de carne bien cocido y con sus guarniciones. Antes de dar el primer bocado le doy la noticia:

 

—Amor —digo.

Ella me mira con mucha pasión.

—Saluda al nuevo ministro de gobernación — digo. 

—¡Qué!

—Sí. Tienes al nuevo ministro que se encargará de velar él tema de seguridad y administración y regulaciones varias — digo.

—¿Cómo lo lograste?— dice.

—Zarceño antes de morir, hice eso por mí — digo.

—Al menos logro hacer algo grandioso y ya sé que planeas hacer — dice ella de forma pícara.

—Abrir empresas de seguridad y como siempre simulación —digo.

Ese momento ambos estábamos felices ambos, tendríamos más asegurada nuestra vida de aquí a un futuro, solo debes ser un sirviente de los políticos. Todo esto esta pasando de maravilla.

 

1 año después … 

 

Ha pasado un año desde los sucesos ocurridos por miembros de los carteles. El ministro Jacobo lleva un año en el puesto y no se ha preocupado por nada por la seguridad y bienestar de la población en general. Se le ha acusado en diferentes ocasiones como miembros de la conocida “La lavandería” quienes se dedican al lavado de dinero y desviar fondos de instituciones gubernamentales para poder enriquecerse ilícitamente. A pesar de todo esto, Jacobo se niega rotundamente a dejar el cargo, ya que ha realizado diferentes arrestos por medio de la policía y fuerzas especiales contra el narcotráfico, obtuvieron al Caimán quienes es uno de los más buscados, por el momento no se ha decidido su extradición a los Estados Unidos en dónde sería juzgado por lavado de dinero.

 

—Quiero el divorcio— dice Yoselin.

—Espera, ¡qué! — digo.

—Ya no eres ese hombre el cual yo amé, te has vuelto deseoso de poder— dice ella.

—Amor, solo he estado ocupado y no he dejado de amarte. Todo lo que hemos construido — digo.

—Hemos construido todo a base de engaños, a base de personas que han perdido la vida— dice ella.

—Te vas porque tienes miedo — digo algo enojado.

—No, una cosa es hacer esto por diversión, pero ahora estás quitándole la comida a la gente. Robando, haciendo dinero y sabes que yo te ayudé porque me excitaba como lo hacíamos, ese deseo de hacer algo malo, pero no a costa de la gente —dice Yoselin.

—¿Qué harás sin mí? Pague tu maestría, tenías un trabajo y no te darán nada, porque eres la esposa o exesposa del ministro de gobernación. Te relacionarán con corrupción y el dinero está a mi nombre. Estas sin nada —digo.

—Fírmame el maldito divorcio y yo me encargo de mi vida — dice enojada.

 

Saliendo de la oficina y azotando la puerta, posiblemente llorando. Ella no entiende mi visión, ya no soy aquel inútil miembro de servicio al cliente que aguantaba maltratos por gente estúpida, ya soy lo que yo quiero ser. Uno de los mejores políticos del país y con mucho dinero, necesito más y puedo tener cualquier mujer y con cualquiera puedo tener sexo, eso no es problema.

 

De mi cajón especial saco mi equipo para preparar cocaína. Inhalo un poco para olvidar los malos momentos y olvidarme que la mujer que amo me piensa abandonar en un momento cumbre de mi carrera, no entiende el poder.

En ese momento, mientras trataba de digerir mi situación actual, recibo una llamada.

 

—Diga.

—Señor Jacobo, le habla el director de la morgue.




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