Aprendiendo a amar

Capítulo 7

Theo

—Felicidades por lo de hoy, Brown.

—Gracias, Wheeler.

—Iremos a beber algo, ven con nosotros.

—No puede—interrumpe Almira—. Tiene que ir por Sophie.

Y la mención de ella me trae de regreso a la realidad. Carajo.

—¿No se llamaba Giselle tu chica? —cuestiona Wheeler—. Que semental, Theo. Procura que el ganado no se junte. Puedo aceptar el rechazo. Diviértete. —ríe.

—Gracias.

Entro en mi oficina, busco mi celular en la chaqueta y lo enciendo. Encuentro tres llamadas perdidas de Nina y varios mensajes.

—No puede ser.

—Hablé con Nina hace un momento—informa Almira—. ¿En serio, Theo? Tendrías que haberla recogido hace cuatro horas.

—¿Crees que no lo sé? Ahórrate el regaño. El tiempo se pasó volando—marco a Nina—. No vengas con tus reproches. Te dije que apestaba como padre.

—Y también me dijiste que te ocuparías de ella hasta que hallaran una familia. Si la asistente social se entera de que te olvidaste de recoger a tu hija de la escuela y no avisaste, te la sacan y la enviaran directo a un orfanato.

Ignoro a mi asistente y me concentro en la llamada a Nina, ella responde y no está nada feliz.

—Espero que llames para decirme que estás en el hospital o ahí te dejaré yo.

—Lo siento. Estuve reunido, el tiempo pasó volando y no…

—Ahórrate las explicaciones. Estamos en el centro comercial tomando un helado. Te enviaré la ubicación.

—Nina…

La llamada finaliza. Okay, está enojada y tiene muchos motivos para estarlo.

Agarro mi chaqueta, las llaves de mi vehículo y dejo la oficina ignorando a Almira y sus regaños. No necesito que me diga que metí la pata porque lo tengo claro.

Malik me intercepta a mitad de camino, lo esquivo diciendo que tengo prisa y sigo mi caminando sin tener en cuenta lo que dijo. Me da igual lo que pueda decirme.

Una vez en mi vehículo, maldigo mi olvido de Sophie. ¿Cómo pude ser tan descuidado e irresponsable?

Siempre he criticado a los padres que no prestan atención a sus hijos o se olvidan de ellos y hoy estoy siendo uno de esos.

Nina ha sido buena y amable. No puedo aprovecharme de su buena voluntad. Ella tiene una vida y ya tiene suficiente con su sobrino como para ocuparse también de Sophie.

Esto comprueba que como padre soy pésimo y dar a Sophie en adopción es la mejor decisión que puedo tomar.

Al llegar al centro comercial que me indicó Nina en el mensaje, subo las escaleras mecánicas y busco la heladería.

Hay muchas personas dando vueltas y es por eso que detesto venir al centro comercial. Suelo comprar todo por internet o Almira se ocupa por mí.

Ni modo, me toca lidiar con esto por olvidarme de recoger a mi recién aparecida hija de la escuela.

Diviso a Nina sentada comiendo un helado, ver su lengua lamiendo el helado me parece una escena erótica y no sé porque, ella no es mi tipo de mujer y sexo no falta en mi vida.

Ignoro esos pensamientos y me acerco con pasos firmes. No veo a los niños.

—Nina.

Ella alza la mirada.

—Por fin. Pensaba que habías huido.

—Lo lamento. Fue un día muy largo. Planeé pedirle a Almira que la recogiera por mí, pero me olvidé de avisarle y luego pensé que lo había hecho…

—Ahórrate las explicaciones. Con admitir tu error, decir que lo lamentas y que no volverá a ocurrir es suficiente, al menos que vuelvas a hacerlo en un futuro.  

—Lo prometo.

Deja la taza de helado sobre la mesa, se levanta y se cruza de brazos. No puedo evitar notar que lleva una remera ajustada que marcan sus pechos, no son grandes ni pequeños, se levantan un poco con la acción de los brazos y aparto la mirada.

—Sophie y Tyler están en los juegos—me señala el enorme castillo y veo a los niños lanzarse del tobogán—. Me sorprendió que Tyler quisiera ir, no suelen gustarle los juegos. Sophie tiene buen poder de convección.

—Eso lo heredó de mí supongo.

—Menos mal que no heredó lo antipático y no se olvide de buscar a sus hijos cuando los tenga.

—¿Vas a seguir reclamándome eso? Para la próxima no me hagas favores.

—Sigo enojada contigo, pero lo dejaré pasar esta vez. Entiendo que no estás acostumbrado a pensar en otra persona que no seas tú y no es fácil acostumbrarse.

Creo que Nina acaba de llamarme egoísta y me enojaría si no fuera porque estoy en malos términos con ella.

Miro la hora pensando en agarrar a Sophie, ir a casa y ponerme a trabajar, pero después de olvidarla en la escuela y verla jugando, me doy cuenta de que no puedo hacer eso.

Nina ya tiene un mal concepto de mí y no quiero empeorarlo. No entiendo porque me importa lo que ella opine, pues apenas la conozco y suele darme igual lo que las personas digan u opinen de mí.



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En el texto hay: romance, millonario, padre e hija

Editado: 25.03.2022

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