Aprendiendo a Amar

Parte 8

Al llegar a la sección de verduras visualice el puesto donde se ponía mi madre el cual estaba vació, me acerque a una mujer, era Elena fiel amiga de mi madre quien no dudo en preguntar por el estado de salud de mi vieja, aproveche mientras le comunicaba la situación en hacerle la compra a ella cuando sentí los brazos de Melody sobre mi cintura como si se quisiera esconder, me pareció raro a decir verdad, pero como no si se quería esconder del tal Pablo que no dudo en acercarse a nosotros formando un escándalo.

—. ¿Con qué con este fue que me reemplazaste he? Por favor este tarado no me llega ni a los tobillos Melody.

—. ¿Disculpa? ¿Quién te crees tú para hablarme así?

—. No seas metido, que estoy hablando con la dueña del circo, no con el payaso mayor.

—. Pablo deja en paz a mi novio, déjame en paz ya a mi también.

—. ¿Con qué este enano es el dichoso Pablo cariño? Por favor, el que no me llega a los tobillos eres tú, no sabes lo que es tratar bien a una mujer.

Agarré la cintura de Melody de sorpresa para plasmar un casto beso en sus labios, sintiendo aquella mirada de odio de parte del hombre que estaba en frente, si me había atrevido a besarla, pero había sido más un impulso para demostrar mi superioridad sobre ese hombre, al separarnos lo volví a mirar burlón mientras mi contraria tomaba y pagaba tímidamente las verduras.

—. Te diré una sola cosa enano, a mi mujer no la vas a tocar, ni te le vas a acercar ¿Entendido?

Me le acerqué para mirarlo fijamente observando que su cabeza quedaba por debajo de mi cuello aun, era más alto y corpulento que ese hombre quien solo empujo mi hombro antes de irse tirando la típica amenaza de una persona dolida “me las pagaras” a lo que solo arquee mi ceja negando.

—. ¿En serio ese sujeto fue tu novio?

—.  Si y no me lo recuerdes…

—. Ahora tienes un mejor novio.

Sus mejillas sonrojadas me dieron a entender que no había caído mal la idea, simplemente no decidí comentar nada más para tomar su mano y seguir nuestro recorrido, dejando la plaza de mercado atrás e ir donde vendían utensilios, ropa, demás elementos para bebe, debíamos comprarle un par de cositas a Karolina.

Al ir caminando agarrado de manos a Melody un pequeño coche llamo mi atención, seguro en la medida del tiempo cuando Karolina tenga tres años amaría jugar con él cuando ya supiera caminar un poco más, me acerque para ver el precio el cual estaba bastante elevado ¿200 dólares? Solo por ser importado, mi tristeza creo que fue muy evidente.

—. ¿Lo quieres comprar para Karolina, Karl?

—. Si, pero solo mira el precio, tendría que trabajar muchos años para comprarlo si solo en la obra de salario nos dan lo valorizado en diez dólares, y eso al hacer el cambio en nuestra moneda para las compras en el mercado no es que quede mucho.

 —. Si gustas yo te ayudo a comprarlo.

—. Oh no, yo veré como ahorro y se lo compro yo mismo, igual Karolina no es que lo vaya a usar por ahora, la indicación dice que es para mayores de tres años.

—. ¿Por qué te da pena aceptarme mis regalos?

—. No me da pena, y no es porque no quiera aceptar tus buenos gestos Melody, pero tú también tienes responsabilidades por lo que siento que no es justo.

La mire para suspirar y antes de que hablara en un reproche volví a estampar un nuevo beso en aquellos jugosos labios, debo aceptar que los ame con solo haberlos tocado una vez, la sensación era distinta a como antes había sentido al besar los labios de cualquier chica, con Melody era distintos.

No sé si realmente esto debía estar bien, es decir, ella es la enfermera de mi madre y no deseo sentirme un aprovechado de la situación, porque en otro momento de la vida estoy seguro de que no habríamos congeniado por nuestros distintos mundos, aunque es claro que ninguno de los dos se queja por dicho afecto… no queda demás decir que aún se siente ese sentimiento de rareza, como si de un amor juvenil se tratara, esos que tenía uno en ocasiones en los colegios y parecía un tonto enamorado. Bueno, así me sentía yo en estos momentos con Melody, como un chico tonto y enamorado, estaba claro que tenía mi vida hecha en un par patadas de repente, por lo que se podría decir que podría estar “jugando” con los sentimientos de esta bella enfermera, pero siendo sincero… creo para no decir que estoy seguro de que me encuentro actualmente enamorado de ella.

Al volver a casa el camino se sintió más largo al convivir con el silencio, llegamos faltando un cuarto para las doce, por lo que tomé asiento para poder almorzar la deliciosa sopa que había preparado mi madre, mientras vi que Melody se tomo la molestia de ir a organizar todo lo necesario para el trabajo, me hizo sentir especial en verdad, como si llevásemos ya muchos años de matrimonio.

—. Sabía yo que la salida los iba a unir un poco más, tenía mis sospechas, pero ahora no tengo ninguna.

—. ¿Qué tipo de sospechas madre?

—. Que Melody estaba gustando de ti, al igual que ella te gusta.

—. Madre aún considero que es muy pronto, además no sé lo que es tener una relación estable.

—. Karl, ya es momento que aprendas a amar de verdad, así como lo estás haciendo poco a poco con tu hija, debes hacerlo con tu vida, allí es donde Melody entraría, serian una muy linda pareja.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.