Aprendiendo a Amar

Parte 12

—. ¿Se pondrán a vender uniformes? O como es la cosa, porque esto me parece una broma.

—. ¡Karl! No digas eso que tú me habías prometido volver a estudiar.

—. Madre, yo sé lo que hice, pero considero que estoy muy adulto para eso, no puedo volver a una escuela donde pueda ser yo inclusive un maestro.

—. Cariño la escuela nacional tiene una jornada de noche para quienes quieran estudiar al no haber podido terminar su ciclo, estás inscrito y esta noche empiezas, así que no salgas tarde del trabajo, te me pasaras directo a la escuela y yo te estaré esperando allá para presentarte al decano.

—. Melo, esto es una locura cariño, yo ya no estoy en edad para estudiar.

La tome de las mejillas plasmando un corto beso en un intento de poder convencerla, pero Melody estaba firme en su decisión que solo repitió mi acción para terminar por negar lo que le había comentado.

—. Nunca es tarde para cambiar y salir adelante, vamos hazlo por Karo.

—. ¿Tengo opción para apelar esta decisión?

—. No, únicamente serán tres años los que vas a estudiar, el programa es de dos años en uno, ser cumplido te ayudara a obtener el cartón de bachiller por lo mínimo.

—. ¿Qué me das a cambio? Digo, no es que me entusiasme pasar del trabajo cansado a un aula de clase y volver a casa hasta que sabe hora.

—. Si te portas bien te daré buenas recompensas que te motiven a estudiar.

La sonrisa que broto de sus labios me hizo negar un poco ¿Mi novia me está seduciendo? No sabía que Melody tenía tal picardía en hablar así frente a mi madre, antes me regañaba por los comentarios lanzados que le daba, puedo decir que mi niña tierna e inocente a veces se desaparece, aunque bueno no me quejo.

—. Acepto si yo elijo la recompensa.

—. Entonces así será, tú eliges la recompensa.

Sus brazos pasaron por mis hombros dejándonos al juntar un tierno beso, el cual se fue volviendo cada vez más intenso al escuchar que mi madre saldría con su amiga a dar un paseo con Karolina; Melody y yo quedamos solos en la casa, se tenía que aprovechar el momento.

Mis manos empezaron a recorrer por debajo de su camiseta de enfermera conforme el beso se llegaba a poner cada vez más salvaje entre nosotros, termine por quedar sentado en el sillón y con Melody sobre mí con cada una de sus piernas a cada lado de mi cintura, mis labios bajaron por su cuello en el cual aspire su olor, su esencia la que tanto amaba, recibiendo como respuestas sonidos placenteros al dejarle marcas con mis labios.  Quitarle la camiseta fue cuestión de segundos, al igual que deshacerme del incómodo sostén que estorbaba mi vista, mis besos exploraban todo su torso, cada parte de su piel quedo marcada por mí.

De un momento a otro la giré dejándola en el sillón donde consumaríamos nuestro amor, deshacernos del resto de ropa fue con algo de torpeza, aunque teníamos nuestra necesidad carnal, los besos intensos y que nuestros cuerpos no se separaban nos hacían retrasar, al final al tenerla de piernas abiertas para mí pude empezar con el proceso de antojar; si le empecé a realizar su respectivo trabajo en sus partes sensibles.

Mi hombría no demoró mucho en despertar y colocarse totalmente erecta, con un beso al estar los dos preparados, fue que decidí tomar la iniciativa de ingresar en su interior, el regocijo de Melody y que sus gemidos me pidieran más me volvía loco, los movimientos salvajes lograban hacer que mi piel se erizara; esta mujer me sacaba de mis casillas.

Dos rondas más resolvimos en la cama, puedo afirmar que ha sido una de mis mejores mañanas, no quería que las horas siguieran pasando porque debía trabajar, pero al ver que las doce marcaron me toco empezar a seguir la rutina ¿Por qué no podía faltar para quedarme con mi novia? Bueno, eso mismo le dije a Melody, pero esta me dijo que debía ser cumplido, así le gustaba más, a lo que como negarme a esta mujer.

Estaba terminando de vestirme cuando la vi entrar con mi hija, quien estaba dormida en sus brazos, me acerque a ambas depositándoles un beso a cada una en la frente, mientras con mi cabeza señale la sala a mi mujer dándole a entender que es allí donde la esperaría, al salir solo vi a mi madre empacándome el almuerzo.

—. ¿La pasaron bien?

—. Más que bien diría yo.

Sonreí para caminar a los asientos tomando uno, al ver que metió dos portas de comida en mi maleta junto a una bolsa con el uniforme me di cuenta de que la cuestión de la escuela iba en serio, Dios, yo en verdad no me lo creo ¿Volver a estudiar? Aunque sea con adultos me da pavor recordar, yo no deje la escuela por rebeldía, sino por el acoso escolar que sufría. Las mujeres de ese tiempo estaban locas, lo cual dejaba que sus novios siempre me quisieran golpear, dizque por entrometerme en su relación.

Por eso es que nunca Mayson y yo nos llevamos bien, él era el típico chico popular de la escuela, era dos cursos más altos, pero todas las chicas del instituto querían estar conmigo, puedo sonar exagerado, lo sé, pero la pinta de chico malo las atraía, era bastante frío y reservado con lo mío, por eso no tengo más amigos que el único que estaba conmigo; Jhonny.

Que inclusive recuerdo que la última vez que tuve una fuerte pelea con él fue a pocos días de mi graduación de quinto, por poco y no termino el curso por su jodida culpa, recuerdo que esa fue la vez que fui yo el que lo mando al hospital, de pasar de “bromas de niños” a ir por poco preso y ganarme su odio fue lo que más me acuerdo de mi último ciclo escolar, porque como he dicho antes deje la escuela al acabar la primaria.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.