Aprendiendo a Olvidar

Capítulo XXIII

Abigail se despertó por segunda vez en su nueva habitación y sintió de nuevo el lado de la cama vacío. Se acordó de la traición de Alejandro y sus ojos se le empezaron a anegársele en lágrimas.

En esos dos largos días había llegado a la sórdida conclusión de que no le dolía el engaño que había sido su supuesto matrimonio, la venganza de Alejandro hacia su padre le importaba muy poco. Lo que le lastimaba, era que le mintiera y le hiciera creer que la amaba.

Qué bueno era aprovecharse de la estúpida de Abigail. De acostarse con ella para matar el aburrimiento. Como se habrá reído de ella de todas las veces que le dijo que lo amaba, o cuando le contaba sus cosas por más tontas que fueran pero lo hacía porque creía que le importaba. La estúpida de Abby, enamorada de su esposo. Que ingenua había sido.

Pero eso se acababa ese mismo día. Debía suprimir sus emociones al máximo y solo centrarse en la vida que crecía dentro de ella.

Se levantó esa mañana y desayunó sola en su habitación. Alec había insistido en verla en esos dos días pero ella se rehusó por completo. No quería verlo más. Le dolía como nunca. Había momentos en donde quería irse, sin importarle nada, solo alejarse de él. Pero al acordarse de que su hijo merecía lo mejor y tomar su camino sola y sin recursos no iba a serlo. Podría hacerle daño a su bebé.

Y ella no se lo podría perdonar.

Las noches eran largas y dolorosas. Para pensar y dejarse refugiar en su dolor. Casi no dormía y se despertaba con desánimo. Las pocas horas que dormía era un regalo valioso, pues ahí estaban momentos de olvidos, sin sueños. Momentos que recibía ansiosa, pues la alertagaban de todo.

En esas noches de largas esperas, había formulado tres máximas para de ahora en adelante, solo tendría que resistir el tiempo de su hermano en la India y cuando volviese le pediría que la sacase de allí. Que se la llevara muy lejos para ser feliz con su niño. Pero por lo momentos tendría que aguantar y por eso empezó a regimentar su vida de otra forma.

Ya no lloraría.

Ya nadie la vería como la niña tonta.

Ya no amaría.

Porque ya no sentía nada.

Cuando estaba sola en la habitación pensando en todo lo que había pasado, su puerta sonó. Ella suponía que era Alec. Era el único que batía la puerta hasta que casi la tiraba. Se acercó a ella para decirle que se fuera, pero se llevó la sorpresa de que no era su esposo, sino Sebastián.

— ¿Qué haces aquí? —Espetó enojada. Ella jamás se había portado proterva con él. Pero como él también sabía del engaño se merecía toda su furia.

—Quería hablar contigo. —dijo impertérrito. Tenía su rostro totalmente neutro.

—Pues yo no quiero hablar contigo. Por favor déjenme en paz.

—Abigail lamento mucho lo que ocurrió pero no me trates así, por favor. Te tengo mucho cariño y no me gusta que estemos así. —se notaba triste.

— ¿Qué importa ya? Si ya el daño está hecho. —hablaba exasperada. Se refugiaba en su furia que era lo que le permitía estar de pie.

—Abigail debes calmarte, eso no le hace bien al bebé. —pidió Sebastián.

Ella respiró profundamente y acogió la sugerencia de Sebastián. Su hijo era más importante que una discusión. —Por favor, retírate.

—Antes déjame hablar contigo. Luego me iré y no tendrás que saber de mí.

Ella asintió, era una opción, por lo menos le dio la elección a escoger. —Está bien.

—Vamos al jardín. Sé que tienes días que no sales de tu habitación, por favor.

Él la tomó del brazo y la sacó del cuarto, la llevó al jardín y ella se sentó en un banco junto a Sebastián. Mientras que Alejandro veía todo desde su ventana.

🌸🌸🌸

Alejandro desde que su esposa se enteró de todo. No podía dormir, comer u otras necesidades humanas. La muerte parecía un mejor destino que seguir viendo como la mujer que amaba, odiarlo con cada fibra de su ser. Pero no desistiría, él era el padre de la criatura que se formaba en su vientre y no podía desentenderse así.

La miraba a lo lejos y se dio cuenta que no se le notaba el dolor. Era una máscara fría e indiferente donde no mostraba sus sentimientos. ¿Dónde estaba aquella mujer dulce y amorosa de la que se enamoró?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.