Aprendiendo a quererte

Capitulo 3

Mariana

Voy tarde, voy tarde, se me olvido por completo que Santiago venia

-Disculpe pero podría conducir un poco más rápido, es que tengo prisa- le digo al Señor del taxi aunque eso parece molestarlo

-Señorita voy tan rápido como se me es permitido, a no ser que quiera morir por exceso de velocidad o que nos llevemos a otro carro por delante  le recomiendo que se siente tranquila y me deje hacer mi maldito trabajo en paz- la vena de su frente comienza a palpitar y yo no vuelvo a abrir mi boca, simplemente hago lo que me dijo, me senté tranquila y lo dejé conducir

Cuando el taxi para en frente de mi casa me apresuro a pagar y bajo como alma que lleva el diablo, pero no lo veo, no veo a mi hermanito

Ay Dios si se regresó estoy muerta, mi mamá me va a matar por dejarlo afuera esperando

Busco mis llaves y mi teléfono, cuando tengo ambas cosas en mano marco al teléfono de mi hermanito mientras abro la puerta, pero no me contesta ¡maldita sea!

Al entrar lo primero que llama mi atención es el televisor encendido y pienso lo peor

Alguien ha entrado a mi casa

Pero todo está normal, no hay rastro de que se hayan robado algo

Me acerco a la tele y la apago cuando un ruido en la cocina junto con un “maldita sea” llama mi atención

Agarro lo primero que veo, que es una foto enmarcada para defenderme, suena ridículo lo sé, y se preguntaran ¿Cómo una foto podría protegerme? Pues yo me las arreglaré

Camino lo más sigilosamente que los tacones me permiten y cuando estoy por atacar a la persona que está irrumpiendo en mi refrigerador se da la vuelta haciendo que me paralice en mi lugar

-hermana llegaste, pensé que te habías olvidado de mi- dice Santiago mientras coloca los frascos de salsa y mayonesa sobre el mesón, sus ojos se dirigen a mis manos para luego verme con confusión- ¿Qué pensabas hacer con eso?

-nada- digo y rápidamente intento ocultar la foto tras mi espalda

-¿¡me ibas a atacar!?

-¿y que esperabas que hiciera?, llego a mi casa y escucho un ruido extraño en mi cocina ¿y si era un ladrón?, la única opción que me quedaba era tomar el objeto más cercano que por cierto era este y golpearlo

-¿pensaste que eso te iba a salvar?

-si le daba con el filo si, después de todo es madera, un momento la que debe estar haciendo las preguntas soy yo, ¿Cómo entraste en primer lugar?

-tienes el mismo fetiche de mamá de estar dejando una copia de las llaves en la casita para aves- es verdad… se me había olvidado

-está bien, pero ¿Qué hacías en la cocina?

-preparando la cena, al ver que no llegabas decidí hacer la cena porque imaginé que llegarías cansada y no quería causarte problemas

-eres el mejor hermano del mundo, ven aquí- me acerco a él y lo abrazo

-Mariana sabes que no me gustan los abrazos suéltame

-no lo haré- lo abrazo con más fuerza

-me estas apretando, no puedo respirar

-está bien, te suelto- le dejo un beso en el cachete y lo suelto

-gracias

-¿y que cocinaste?

-pasta con carne

-rico, vete a sentar yo sirvo, ya hiciste mucho por mi

-¿eso significa que tu lavas los trastes?

-jaja no

-pero dijiste que ya hice mucho por ti

-y como tu dijiste yo llegue cansada del trabajo, unos cuantos platos y ollas sucias no son nada para un adolescente

-está bien- dice resignado- voy a colocar una peli para ver mientras comemos

-¿no pierdes la maña verdad?

-nop, ¿te gustaría una de los Avengers?

-solo si es Infinity Wars

-hecho, si la traje

 

-Santiago ¿y las clases?

-todo bien, como siempre

-¿ya hiciste la tarea?, mañana tienes que ir a la escuela

-si la hice

-Santiago…

-ya te dije que si

-¿quieres que revise tus cuadernos?

-bien…- suspira resignado- no la he hecho

-¿y qué esperas?

-nada- se levanta y se va al cuarto

Después de ducharme y ponerme mi pijama voy a ver cómo le va a Santiago con la tarea

-¿puedo pasar?- digo mientras me asomo

-ya estas casi adentro

-es cierto- termino de entrar y me siento en la orilla de la cama- ¿quieres que te ayude?

-¿no estas ocupada?

-para tu suerte ahorita no, entonces ¿te ayudo?

-por favor

 

-¡Santiaguito! Apúrate el taxi ya está afuera

-¡voy!

Ya en el taxi le doy las indicaciones al señor de donde nos debe dejar

-¿tienes todo?

-si

-¿lápiz?

-si

-¿cuadernos?

-si

-¿tu teléfono?

-Mariana tengo todo ¿ya puedes relajarte por favor?

-está bien tienes razón, perdón

Después de un rato el taxi se detiene frente a la escuela secundaria de Santiago

-presta atención en las clases y no te metas en problemas

-Sí, lo intentaré- se baja del taxi y se aleja

Antes de que el hombre arranque lo detengo, ¡diablos no le di las llaves!

-discúlpeme por favor no tardaré mucho, espéreme

Salgo corriendo del taxi y antes de que Santiago cruce el portón lo llamo

-¡Santi!- el voltea a verme y yo termino de llagar hasta donde esta- Santi las llaves, toma- le doy la copia de las llaves de la casa y le dejo un beso en la frente- suerte hermanito

-espera

-¿Qué pasó?

-sé que te gusta esos lentes, pero no combinan con tu ropa Mari, cambiemos- Santiaguito me quita mis lentes y me coloca los que él tiene, unos lentes de sol oscuros- mejor, hoy tu utilizas esos y yo estos- se coloca los míos- ¿Qué tal me veo?

-como un nerd- le digo a lo que él se ríe

-entonces soy el nerd más guapo de este lugar

-de eso no tengo dudas- el Señor del taxi hace sonar el Claxon haciendo que los dos lo veamos

-será mejor que te vayas o el señor del taxi te matará




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