Aprendiendo a quererte

Capitulo 5

Mariana

-¿así que fue verdad lo que me dijiste anoche? ¿Vas a salir?

-ya te dije que si- corro hacia mi habitación buscando mi cartera

-entonces te dijo que fueras su novia

-no, bueno si pero no, es una especie de contrato, yo lo ayudo a mentirle a su familia y el aumenta mi salario

-bueno ese “él” ya está afuera, ¡vaya! Sabía que tiene dinero pero no tanto

-voy, voy- agarro mi cartera de mano que resulta estaba sobre la mesa y corro hacia la puerta

-bueno, eso a mí me suena a cita aunque me lo quieras negar

-que no lo es, es un contrato

-bien pero ¿puedo salir?

-¡ya te dije que no!

-¿Estas lista?- me pregunta a la vez que toca mi hombro, su tacto me tensa y me incomoda, y solo pensar que actuar como su “novia” involucra el hecho de que me tenga que agarrar por lo menos la mano me hace pensar ¿Cómo podré soportar tanto?, si suena a que estoy exagerando demás pero… es raro, él es mi jefe

-si Señor Xander-  volteo rápidamente

-así que tú eres el tipo que quiere…- no lo terminar y le doy un golpe en la cabeza, si lo conozco lo suficiente, y ¡vaya que lo conozco! Dirá cualquier estupidez- ay… mi nombre es Santiago un placer conocerlo

-Xander, igualmente

-bien Santi recuerda, no traigas a gente desconocida a mi casa, no salgas de la casa, y por lo que más quieras no hagas fiesta en mi casa- le recuerdo lo que le dije anoche

-¿fiesta de día? Tranquila no lo haré, nos vemos en la noche

-Mariana, realmente regresas mañana

-¿Qué?- volteo a verlo molesta- ¿Cómo que mañana?

-si, después de la boda es la fiesta y por lo tanto no regresas hoy

-¿¡Por qué no mencionaste eso ayer!?

-se me olvidó

-se te olvidó, ¿¡se te olvidó!?- comienzo a hiperventilar, tengo a un niño menor de edad en mi casa ¡al que tengo que cuidar! Y a él simplemente se le olvidó

-tranquila hermana, estaré bien, tu ve y divierte, yo te prometo que no haré nada que te moleste

-¿ves? Es un buen chico no tiene problema- eso dices tú pero yo conozco a mi hermano, pero… ya acepte a hacer esto, no me puedo echar para atrás y ya

-está bien, está bien, iré solo porque ya me comprometí

-genial entonces… ¿piensas ir vestida así?

-jajaja oh vaya, prácticamente dijo que te ves mal Mari- juro que no sé a quién debería golpear, a mi hermano por bocón o a mi jefe por idiota

¿Qué hay de malo con lo que tengo?, me veo bien y me siento bien

-no me veas así, en ningún momento dije que te ves mal

-pero lo insinuaste- dice mi hermano

-haber Santiago tu cállate que nadie te esta preguntado, y usted- apunto a mi jefe con el dedo- lo voy a ayudar con su “pequeña” mentira y ¿aun así tiene el descaro de insinuar que me veo mal?, este es el mejor vestido que tengo y no dejare que…

-no me refiero a eso- me interrumpe- si te ves bien, pero un vestido largo y tacones así de altos no son convenientes para una boda en la playa

Justo en este momento estoy a nada de golpearlo, ya es la segunda cosa que me tuvo que haber dicho ayer y no lo hizo

-Señor ahora le vuelvo a preguntar, ¿¡por qué no me lo dijo anoche!?- le grito molesta

Piensa en las palabras que decir y juro que si me vuelve a decir que se le olvido lo mato, no me importa que sea mi jefe, ¡lo mato!

-yo lo arreglo ¿está bien?- inhalo y exhalo varias veces hasta calmarme, al menos de algo sirvió no haberme planchado los cabellos, la humedad no lo va a abombar y mi esfuerzo no se iría por la borda

Termino cediendo, porque él es el que tiene que arreglarlo, él fue el que no dijo nada

-está bien, vámonos, si no recuerdo mal tiene que ir a hacer un trabajo, Santiago pórtate bien, te amo- lo abrazo y le dejo un beso en la cabeza- nos vemos mañana y cualquier cosa me llamas

-tranquila estaré bien, solo saldré un rato en la tarde y me regreso

-está bien, cuídate

-ya deja de dar tantas vueltas y vete- comienza a darme pequeños empujones alentándome a caminar

-bien- camino hasta el carro del Señor Xander

Me detengo frente a la puerta del copiloto y me quedo viendo la ventana, si me subo al carro ya no abra marcha atrás y no podré huir

¿De verdad lo haré?

-¿vas a subir?- me pregunta mientras sostiene la puerta para que yo pueda entrar

Tomo una bocanada grande de aire y me subo al auto, ya no hay marcha atrás

Veo por la ventana a los edificios ir y venir, a la gente caminar despreocupada y relajada solo por ser sábado, y veo el lugar donde trabajo

Un momento ¿Qué hacemos aquí?

Volteo a ver al Señor Xander confundida

-Señor ¿pensé que tenía que ir a revisar la mercancía nueva?

-ya no- voltea a verme- tenemos que arreglarte adecuadamente

-¿y por qué vinimos para acá?

-ya vas a ver

 

-Señor ya es la quinta caja que abre ¿Qué está buscando? Podría ayudarlo

-no es necesario ya lo encontré, toma- me extiende un vestido color azul rey, con descote en V pronunciado, es muy bonito

-prometo devolverlo

-no es necesario, considéralo un regalo junto a esto- me da unas sandalias bajas color negro con brillos

-no, no puedo solo quedármelos y ya

-si puedes, considéralo como un bono

-está bien, gracias- digo rendida

-ahora ven, hay que ir a otro lugar

-¿y su trabajo?

-ya no importa, después arreglo eso

 

-¿este es el otro lugar?- pregunto viendo la peluquería Spa

-si- camina decidido hasta entrar y no me queda de otra más que seguirlo

-hola Xander, esta mañana vino tu hermana y fue raro ver que no la acompañaste, ¿Qué se te ofrece?

-hola Nancy, vine para que ayudes a esta mujer- me toma por los hombros y me coloca en frente, ¿ayudarme?- quiero que la hagas lucir espectacular y cuando terminen ¿podrías llevarla al cuarto para que se cambie?




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