-no lo hagas por favor, quédate y cuando llegue le preguntas como le fue
-si mi hermana se entera de lo que vas a hacer no te va a perdonar nunca
-no se va a enterar, y no me quedaré mucho tiempo, solo lo suficiente para ver que no va a pasar nada malo
-es preferible que te quedes, escucha a tu hermana
-por favor no vayas, podemos ver una película ¿verdad Santiago?-el asiente rápidamente dándole la razón a Alicia- ¿ves? No necesitas ir, ven acá hermano ven- agarra mi brazo y me guía hasta sentarme en el mueble- veamos una película ¿sí?
-no, ya te dije que voy a ir al Club Centurión y…
-y mi hermana se va a cabrear como nunca lo ha hecho antes si te descubre
-corrección, si nos descubre- los señalo
-¿nos?- dicen los dos al mismo tiempo que se ven confundidos
-Xander por favor regresemos… Centurión es… tengo tiempo sin ir para allá y no quiero
-a. se supone que estoy castigado, b. soy menor de edad, no me dejaran entrar y c. ¡Se supone que estoy castigado! ¿Quieres que Mariana me asesine?
-a. lo sé, b. yo me encargo de eso y c. ¡No me grites que me pones nervioso! Ella no te puede matar si no te descubre, no nos va a descubrir ¿bien? Ambos tranquilícense que me ponen más nervioso de lo que ya estoy
-ja ¿y por qué habrías de estar nervioso?- dice con sarcasmo Alicia- solo estas yendo al Club Centurión para poder espiarlos, eso no te convierte en una clase de acosador raro para nada- veo a mi hermana desde el espejo retrovisor y esta cruzada de brazos conteniendo las ganas de saltar y decapitarme, conozco esa mirada juzgadora- y como si fuera poco estas arrastrando a un niño de 17 años contra su voluntad a todo esto, si no me equivoco a esto se le conoce como secuestro
-no lo estoy secuestrando, él solo nos va a acompañar y si lo estuviera secuestrando eso te convertiría en mi cómplice, ve que ya tienes 20 y tú también podrías ir presa
Estaciono el auto cerca del Club en la acera que le sigue, por suerte mi auto no es el único estacionado en este lugar y pasa desapercibido
-ahí está, nos va a ver- dice Santiago agachándose innecesariamente
-no te va a ver mientras los vidrios estén arriba- lo tranquilizo y Alicia comienza a reír
-¿tanto miedo le tienes?
-si supieras no te estarías riendo
-ya entraron- les digo a los dos niños y me bajo siendo seguidos por ellos
-¿Cómo piensas hacerme entrar?
-este Club es de la familia hacer que entres es lo de menos, por lo que te deberías de preocupar es que ella nos vea
-vaya… gracias por calmar mis nervios, ¿te han dicho que excelente en eso?
-sí- Santiago remira los ojos y no es para menos, cuando Alicia se lo propone puede ser una completa molestia- hay ya ven acá- rodea su cuello con su brazo- si nos llega a descubrir el único que estará en problemas será él- me señala- nosotros podemos hacernos pasar por víctimas, después de todo él nos arrastró hasta este lugar, ella no se molestará contigo pero con Xander… ya es un caso muy distinto
Tiene razón… si nos descubre será mi fin, no el de ellos
-¿asustado hermanito?
-no, y deja ya la mala energía por fuera, no va a descubrirme, digo, descubrirnos
-sí, estas asustado
-ya, entren
Sin preguntarnos nada los dos guardias nos dejan entrar
-¿la ven?- pregunta Alicia
-no…- le responde Santiago
-no creo que estén aquí abajo, lo más probable es que hayan subido
-ahora que lo dices debes tener razón, arriba es más tranquilo y agradable pero… también es más exclusivo, no va a haber mucha gente y será más difícil ocultarnos
-lo se Alicia… pero no vamos a regresar estando ya aquí
Subimos las escaleras y al entrar nos dirigimos a una mesa apartada
-¿los viste?
-sí, ya los vi- le respondo a Alicia
-yo me quiero ir…
-no, y ya deja de ser tan llorón
-pero tú tampoco querías venir ¿ahora por qué te quieres quedar?
-es que ver a Mateo me hace hervir la sangre, ya estoy aquí, veamos que tan bien le va
-te odio
-cállate y siéntate, no queremos que nos vea
Al principio la vi incomoda pero ya después se fue soltando, hablaban, reían y yo me retorcía en mi asiento
Esta supuesta “no cita” iba muy bien, quizás demasiado
-esto me está volviendo loco- digo al aire
-pues yo tengo que admitir que es divertido verte así- dice gracioso Santiago y Alicia se ríe- además la comida aquí es deliciosa
-Xander ya son las 11 creo que deberíamos regresar antes que ella, si llega a su casa y no ve a Santiago ahí, si podría estar en problemas
-solo un poco más y nos vamos ¿está bien?
-no, no está bien ya se están levantando, escóndanse
-¿¡cómo!?
-solo que no te vea el rostro, voltéate
Todos vemos hacia otro lado dándoles la espalda hasta que salen
-ya, ya, los dos arriba tenemos que irnos ahora
-no vamos a llegar a tiempo
-justo ahora estoy rompiendo más de una regla de tránsito, claro que vamos a llegar a tiempo
-¡Xander! Nos vas a matar
-tranquilízate Alicia ya vamos cerca
-¡Mentiroso! veo mi vida pasar frente a mis ojos, y fue muy triste y lamentable, ¡hermana te amo! Y perdón por robarte 20 dólares de tu billetera
Comienza a sonar un teléfono y veo desde el retrovisor a los dos adolescentes en el asiento de atrás
Santiago suelta el teléfono hacia un lado y Alicia lo agarra
-¡Carajo! Invoque al demonio ¿Por qué la nombre?
-Santiago respóndele, si no lo haces va a pensar que algo está sucediendo
-¿es Mariana?- les pregunto
-sí, es ella- me responde Alicia
-¡niño! Reacciona y respóndele
-¡bien! Bien ya voy
Agarra el teléfono entre sus manos y contesta
-¿H-Hola?