Mariana
Esto no me está pasando, esto no está pasando, ¡esto no puede pasar!
¿Por qué hace eso?
Esto va en contra de todo lo que me planteo
Una relación con algún miembro de la oficina está estrictamente prohibida, y sobre todo si se trata de tu jefe
Esa es la regla principal y aun así la hemos pasado por alto, la hemos pisoteado y menospreciado
¿Cómo se supone que pueda verlo a la cara con lo que me ha dicho?
“no quiero que esto termine… dame una oportunidad”
Esas palabras no han dejado de surcar mi mente en todo el día, me da vergüenza verlo a la cara
¿Cómo debería de actuar ahora?
Xander es un gran hombre, amable, dedicado y atento con aquellos que quiere, pero por sobre esas cosas sigue siendo mi jefe
Bien sé que desde un principio corría con el riesgo de perder todo profesionalismo con esto y aun así tomé la decisión de ayudarlo
¿Exactamente porque? ¿Por el dinero?, no lo creo
Si decidí ayudarlo fue porque me necesitaba y aunque no fuera por la causa más noble ni sincera lo hice, aun así yo necesitaba algo a cambio
En primer lugar… ¿Por qué dejé que me convenciera tan fácil?
¿Por qué aquella noche cuando surgió esa inesperada propuesta de su parte no fui firme con mi “NO” dé al principio?
¿Qué fue aquello que me incentivó a ceder cuando ya estaba tan decidida en mí “No”?
Quizás fue su mirada, me suplico que lo ayudara, incluso dijo que iba a hacer lo que yo quisiera y hasta ahora eso es lo que ha hecho
Incluso soportó como todo un caballero el pequeño incidente del ramo, no estaba obligado a hacerlo e incluso pudo haberme exigido alguna especie de explicación hacia aquello que ni yo logro entender aun, y no lo hizo, solo lo pasó por alto
Todo el día estuve evitando verlo a la cara, sentía una gran vergüenza al hacerlo, aun así eso no evitó que él me viera
Observaba atentamente cada movimiento que hacía mientras yo solo quería encogerme y desaparecer
Y el camino a casa de la Señora Verónica no fue la excepción
-Mariana
-¿sí?
-¿segura que puedes?- volteo a verlo confundida- ya me ves, eso es un avance
-yo…
-me dijiste que querías terminar con esto, si es lo que quieres lo comprenderé, sabes que no quiero obligarte a nada
-estoy bien, no puedo faltarle a esos niños, por como lo dijo tu madre ellos están emocionados, voy a confiar en ti durante el tiempo que esto dure
-gracias
-está bien, ¿Cuántos años tienen?- pregunto para desviar el tema
No me mal interpreten, Xander ha sido muy amable conmigo no puedo simplemente darle la espalda, si necesita mi ayuda haré lo que pueda, solo es por eso
-Moisés tiene 7, Sofía 8 y Mariano 10, te van a caer bien esos niños, el único que podría causarte algún problema es el más grande, Mariano
-¿Por qué crees eso?
-Mariano es… difícil, debe encontrar algo en ti que le agrade para tratarte bien
-¿disculpa? ¿Y qué hay de malo en mí?- lo miro mal
-no me mal interpretes- busca corregir lo que acaba de decir- eres hermosa y amable pero él es complicado, solo… tenle paciencia
-no entiendo que tan difícil puede ser un niño de 10 años- me cruzo de brazos y me quedo viendo el paisaje por la ventana
-¿tú eres nuestra tía?- Dice el niño más pequeño, Moisés
-tu cabello es lindo- le sigue Sofía
-sus ojos también lo son Sofi
-eres muy linda tía, ¿Cómo te llamas?
-Mariana- le sonrío amable a ambos niños
-tu nombre es bonito
-su nombre es común- habla Mariano que se había mantenido callado todo este tiempo y un poco alejado sin dejar de ver a sus dos hermanitos
-pero bonito- le dice Sofía- ¿tú no querías conocerla también?
-yo estoy aquí porque no los quería dejar solos, pero si no me necesitan me voy, tía Alicia ¿hay panecillos?
-no se mocoso ¿vamos a ver?
-no me llames mocoso
-pero eso es lo que eres- lo abraza y el niño se ríe- un pequeño mocoso
-Alicia…- dice entre risas el niño
-tía Alicia para ti pequeño, ahora vamos por esos panecillos
-te dije que era difícil- susurra Xander a mi oído ganándose una mala mirada de mi parte
-tía ven, vamos a jugar- ambos niños me sujetan de las manos y me arrastran hasta su habitación
-tío Xander ¿puedes poner el juego de pelea por favor?
Xander camina hasta la televisión para encenderla junto con la consola y colocarles el juego a los niños que se sientan en la orilla de la cama
-tía no soy muy buena es este juego pero lo intento ¿juegas conmigo primero?- asiento y me siento junto a los niños
Juego con los dos turnándonos por el control junto con Xander
Al igual que dejábamos que nos ganaran, ver sus sonrisas las veces que ganan es muy lindo
-¿Qué juegan?- entra Mariano mientras se come un panecillo- este juego es fácil
-¿ah sí? ¿Por qué no vienes a jugar pues?- le digo al pequeño
-pues si iré a jugar- Moisés le extiende el control y Moisés se sienta en la cama
Jugamos dos veces y las dos veces lo deje ganar
Se veía feliz o eso creía yo
-¿ves? Muy fácil, tanto que es aburrido- muy bien, intenté ser amable con este niño pero él no colabora, es muy grosero
-bien, juguemos otra vez mocoso
-tu no me puedes decir mocoso
-¿te gustaría hacer una pequeña apuesta?, si yo gano te puedo decir mocoso
-pero si yo gano yo te podré decir Mocosa- hago mi mayor esfuerzo para no reírme, podrá ser un niño difícil pero se ve muy adorable cuando se enoja y es difícil tomarlo enserio
-me parece justo
El juego vuelve a iniciar pero esta vez no lo dejo ganar
-otra vez, ganaste por suerte- repetimos el juego y el resultado es el mismo
No conforme y sin aceptar que yo he ganado jugamos una última partida, durante un momento me desconcentro y veo al niño