Una blusa pasa volando junto a mi rostro, su puntería es casi impresionante, e incluso, preocupante.
-un poco más a la izquierda y me hubieras sacado un ojo- me recuesto completamente en su cama.
-perdón, no fue apropósito- se disculpa, escucho como deja caer algo más en la maleta y me levanto para observar su equipaje.
-¿Por qué tanta ropa?, ¿sabes que solo va a ser una semana, verdad?
Me lanza una de esas miradas asesinas que te obligan a cerrar la boca y cuestionarte seriamente lo que acabas de decir, como si hubiese sido algún pecado.
-¿acaso tengo que recordarte que tú eres el que me ha dicho que meta todo eso ahí? ¿Es enserio, Xander? ¿Para qué tendría que llevar el vestido de gala azul Marino?, es demasiado formal.
-¿recuerdas que te dije que tenía algo que hacer por allá? Entre esas cosas esta un evento al que fui invitado y me gustaría que fueses conmigo.
-¿Un evento?- deja de doblar la ropa y voltea a verme con confusión- ¿Qué “evento”, Xander?, yo no recuerdo ninguna invitación, y por si se te olvida, antes de ser tu novia soy tu asistente personal, secretaria, mano derecha, llámalo como quieras, el caso es que, las invitaciones a eventos o cualquier otra cosa pasan por mi primero.
-pues esta no, me la enviaron por mi correo personal.
-¿Qué clase de evento es que te la enviaron a tu correo personal?
-un evento, después te daré más detalles.
Poco convencida termina aceptando y sigue acomodando su maleta, ya aburrido decido levantarme y rodearla por la espalda en un abrazo.
-será una linda semana, te lo prometo.
Se da la vuelta y pasa sus manos por mi nuca, dejando un efímero beso en la comisura de mis labios.
-confío en ti, Xander, no hace falta que me prometas nada.
Poco a poco los besos comienzan a subir de tono, y lo que había empezado como algo inocente, terminó volviéndose en un juego para ver quien tomaba el control de la situación. Primero fue su blusa lo que desapareció, sus manos recorrían mi pecho mientras quitaba los botones de mi camisa.
-¡Mariana ¿estás en casa sí o no?!- la puerta de la habitación se abre y se cierra tan deprisa que no me da tiempo de asimilar lo que ha pasado- ¡Oh, mierda, no! ¿Por qué justo hoy? ¿¡Por qué a mí!? Todo sale de la mierda hoy.
-¡Santiago, te he dicho que toques antes de entrar! ¿Qué te ocurre?- le grita enojada.
-¡oh!, perdóneme usted, su alteza real, pero por si no lo habías notado ¡he estado pegando gritos por toda la casa desde que entre!, y no respondías, ya veo porque- dice desde el otro lado de la puerta.
-¡Santiago!
-ay ya, cálmate, tampoco es como que hubiese querido ver eso, no estaba en mis planes, ¿ya se terminaron de vestir?, ¿ahora si puedo pasar?
-si, puedes.
-perfecto- entra muy enojado- ahora necesito un favor tuyo, ¿me podrías explicar cómo es eso de que te vas de viaje durante una semana y no me lo habías dicho hasta ahora?, ¡No puedo quedarme en la casa de Xander!, es decir, ¿la señora Lucia sabe eso?- voltea a verme expectante.
-ella… si, si sabe,- me aclaro la garganta e intento no trabarme- ¿estas incómodo con quedarte allá? Va a estar Alicia, por lo que tendrás compañía, y Lucia los ayudara en lo que necesiten.
-si… lo sé- se ve un poco incómodo, ¿habrá ocurrido algo?- solo pensé que sería mejor que me quedara aquí, ya sabes, aprender a ser independiente, jaja…- ríe nervioso.
-Santi, no corazón, te vas a quedar en casa de Xander, así cualquier emergencia la Señora Lucia me podrá avisar- le dice Mariana con dulzura.
-Pero….
-Santi, por favor, también va a estar Alicia, podrán… no sé, ver películas o hablar, no estarás aburrido.
-¿segura no me puedo quedar? Incluso podría regresarme con mamá durante esta semana… entiendo que ya paso el mes, y que solo me iba a quedar ese tiempo, pero….
Mariana se lo queda viendo con confusión.
-no me molesta que te quedes más tiempo conmigo, puedes quedarte incluso un año si quieres, eres mi hermanito, y has mejorado en clases, pero no te uqedaras solo, no comprendo porque no te quieres quedar donde Xander, ¿todo está bien?, ¿Alicia y tú discutieron o algo similar?
-ah, no, no, todo bien, solo no quería incomodarlos- sonríe animadamente.
Mariana parece creerle y asiente, yo por mi parte, no le creo, algo pasó entre esos dos niños, pero, no es de mi incumbencia tampoco, ellos sabrán arreglar lo que sea que haya ocurrido.
-tranquilo, no incomodaras, además, cualquier cosa que necesites, también tienes mi número, puedes escribirme o llamarme y ya está- él asiente y sonríe.
-gracias, bueno… creo que debería ir recogiendo lo que necesito….
-te lo agradecería mucho- le sonríe Mariana.
-¿crees que vaya a estar bien?
-Mariana, se quedó con Lucia, va a estar bien- le respondo con calma.
-sí, eso lo sé, pero no me refería a eso, sé que con la señora Lucia está en buenas manos, lo que intento decir es que se veía extraño, como si estuviese triste o nervioso, no sé, es que… yo… tú… ¿tú no notaste algo extraño?
-¿yo? No, para nada, yo lo vi normal, quizás solo te lo imaginaste porque estas preocupada y no podrás estar cerca de él, sí, eso debe ser- intento acomodarme y mantenerme relajado para no preocuparla, si es verdad que Santiago estaba un poco triste, y cuando fui a despedirme de Alicia se veía mal, como si hubiese llorado toda la noche, según ella fue por una maratón de películas que la hicieron llorar.
-¿de verdad lo crees? Es que Santi está creciendo, no digo que este mal, no, es fantástico, pero siento que ya no me necesita como antes, que ya no habla conmigo como lo solía hacer, ¿y si de verdad algo le está ocurriendo?- no puedo evitar reírme, sé que probablemente se lo tome a mal, pero es inevitable- ¡Xander! Esto es serio, no te burles de mí.
-no me estoy burlando, amor- la abrazo- es solo que yo pase por lo mismo, y me da gracia ver que no soy el único, es decir, todo hermano mayor tiene esa inseguridad, creo que hasta Mateo suele sentirse así a veces.