Ese día nació una nueva persona, que terminó de cerrar un ciclo se su vida, para comenzar otro "mejor".
Una mujer, 30 años, con una vida a la que se le podría llamar " Normal ", sana y con una familia a su lado, pero que no encontraba sentido a lo que hacía.
-¿Para qué tengo manos, si nadie aprecia todo el trabajo que hago con ellas?- Preguntó Helena
-Ya nacimos con ellas, mi amor- Le respondió Juan, su marido.
-¿Para que puedo ver, si nadie me mira, o me toma en cuenta?
-Porque sin la vista en este momento no me podrías ver, o ir a trabajar y todo lo demás
-¿Y para qué te tengo que ver?, si no me prestas atención, ¿Qué hice yo para que en la vida me pase esto? -Juan la miró a Helena, y la empezó a sacudir de los hombros, intentando despertarla de lo que él llamaba trance, para que reaccione y se dé cuenta de los delirios que estaba diciendo.
-Escuchate Helena, ¿Que estás diciendo?
-Digo lo que mi corazón piensa - hizo una pausa- Decime, ¿Vos estás feliz con la vida que tenés?
- Sí, tengo todo lo que necesito, una casa amplia, un buen trabajo, te tengo a vos
.
-Inconscientemente pusiste en orden a las cosas que queres, y como sabía, a mi me dejaste a lo último
-Pero yo...- Juan no sabia que decir, porque sabia que lo que decía Helena era verdad
-No te culpo, yo tampoco siento. Solo vivo
-¿A qué te referís con eso? - La miró extraño a su mujer
- Es tan difícil de entender lo que te digo, no siento Juan, no siento- Gritó- Hablo pero no me escuchan, veo pero no me miran, toco pero no siento, ¿Para que tengo todo esto, si no lo puedo usar?
-Helena estás mal, tenes que ir a un psicólogo, que te escuche y que te diga lo que te pasa-Su mujer lo miró como un niño mira a un dulce.
- ¿Y ella realmente me va a escuchar, o va a hacer como los demás?
-Ella te va a escuchar- La abrazó fuertemente- Ella te va a escuchar.
Los días iban pasando, Juan se la pasaba todos los días "Echándole una miradita a la televisión o al celular", aunque nunca se separaba de ellos, porque según él, le daban vida, pero realmente no lo hacían, solo se la iban sacando poco a poco de su cuerpo.
Helena iba semanalmente a la psicóloga, donde le contaba todo aquello que su cuerpo le decía. "Noto una mejora en tu situación, tus sentimientos y pensamientos cambiaron... Vas en una buena dirección" Le decia su médica. Al pasar los meses, Helena iba abriendo mas su corazón y mostraba los primeros "Síntomas" de sentimientos.
-Juan ¿Vos me ves mejor?- Interrogó a su esposo
-¿Vos te ves mejor?
-Sí, pero no se si mi situación cambió, sigo pensando que nadie me escucha, hasta podría pensar que la doctora Gracie solo hace que me oye porque ese es su trabajo, y solo me engaña diciendo que voy mejorando- Se quedó pensativa y luego dijo- ¿Por qué le prestan más atención a esas máquinas que a mi? -Señaló la televisión, que estaba prendida ya que Juan la estaba mirando
-Acostumbrate a eso porque nunca va a cambiar, la tecnología es parte de nuestra vida.
-Pero yo no vivo a través de ellos, ¿Por qué los demás si?
-Porque sí Helena, no podes encontrar las respuestas de todo, solo hace lo que sentis
-Si yo no siento, ¿Qué hago?
- Aprender a vivir con la idea de qué no todos tenemos el mismo modo hacer las cosas como vos
Ese día Helena hizo un click, si el mundo no se adaptaría a lo que ella quería, ella se iba a adaptar a él. Empezó a comportarse como su esposo lo hacía, y así comenzó a tener una vida "Normal", según lo que Juan decía que era ordinario; convirtiéndose en una seguidora de la "Vida tecnológica y sentimental".
Fue así como una mujer que iba renegada de todo lo que no podía hacer y que siempre nadaba contra la corriente , se dejó tentar por el mundo que tenia a su alrededor.