La tensión del ambiente es tan rara, que trato de acostumbrarme a lo que está pasando. Es extraño, ayer estaba muriendo de miedo sin saber qué hacer con mi vida. Y ahora, estúpidamente me encontraba trabajando en….Una empresa de modelos, si una jodida empresa de modelos. Ni siquiera, tenía el suficiente autoestima como para terminar de creérmelo.
Otro dato curioso, había terminado trabajando de nuevo enfrentada a Ana Smith, su mundo en algún momento me pareció tan inalcanzable, que ahora quiero reírme. Si bien, se siente bien y aliviador, saber que tendré un sueldo propio y quizás un futuro más estable. Pero internamente me pregunto si realmente estoy a la altura que debería como para estar trabajando de modelo, es difícil y yo soy torpe honestamente no veo ningún tipo de conexión en esto… ¿Qué demonios tenía mi madre en mente cuando se propuso esa idea? O peor ¿Por qué Kate Ross había aceptado?
—Bueno, Clara. Ahora harán algo contigo, un poco de maquillaje y Lujan, traerá tu ropa. —Aviso Rodrigo sin sacar los ojos de su cámara. —Oh joder, que buena foto he sacado.
Se fue, hablando solo a su cámara. Lo mire con una ceja levantada ante tal extraña y graciosa situación. Ahora, se supone que debía relajarme pero entonces veía al resto de las chicas trabajar. Dudo, que en algún momento pudiera llegar a ser así de buena. Suspirando de frustración, gire sobre silla pero me espante cuando choque con alguien,
El rubio adelante mío me miraba con curiosidad, su semblante de chico simpático y no psicópata, me hizo tranquilizar un poco, logrando poder respirar bien después de que aparezca –Según yo- De la nada. Conocía su rostro y en realidad no hacía falta que se presente, aunque poniéndolo de esa forma la acosadora parecía yo, pero era imposible no conocer a Scott Lewis. Uno de los modelos, más codiciados de Florida.
— ¡Hola! —Su saludo fue simpático y simple, casi tanto como lo habían descrito a él, Scott no dejaba impresión a nadie ni aunque lo intentaran. —Soy Scott Lewis ¿Clary Black no?
Solo en este momento me permito sentirme sorprendida, no me esperaba que el supiera mi nombre. Scott parece un chico tan irreal, que cuando lo tienes en frente parece imposible creer que en verdad es el.
—Eh, si soy. Mucho gusto. —Saludo, robándole una sonrisa de respuesta. Entonces, como en las pesadillas. Veo como la figura de curvas interminables, mejor conocida como Ana Smith se acerca a nosotros con una sonrisa divertida.
—Wow, reunión de perdedores. —Dice, mirándonos de arriba abajo. —Hola, Scott.
El la mira, con el seño fruncido.
— ¿Se te perdió algo, Ana?
—Además de la dignidad, los modales…. —Enumero subiendo mis cejas hacia la pelirroja, escucho una risita que parece ser de Scott, ella nos observa con una mirada que parece ser amenazante, sostengo cuando digo que no le sale en lo absoluto.
—La humanidad… —Continuo Scott, relamí mis labios los cuales sostenían una sonrisa.
—Por mi pueden irse al demonio. —Respondió Ana, poniendo sus ojos en blanco y alejándose de nosotros. Scott y yo compartimos una carcajada, cosa que se me hizo demasiado extraño, es decir nunca vi a Scott como alguien inalcanzable, pues una parte de mi sabía que mi madre tarde o temprano me terminaría involucrando en la empresa. No fingiré, sorpresa al respecto. Pero quizás si tenía ciertos prejuicios sobre los chicos como Scott, hay una larga lista de celebridades que cuando se encienden las cámaras son súper simpáticas y cuando se apagan, son otra cosa totalmente opuesta.
Debería aprender a eliminar esos prejuicios si en realidad deseaba conservar el empleo.
Le dediqué una sonrisa a Scott, cuando Rodrigo se acercó a mí de nuevo con su enorme cámara apuntándome como si fuera a dispararme con ella. Levanté una ceja tratando de adivinar lo que quería hacer hasta que dejo de intimidarme para empezar a hablar.
—Quiero que empiecen a hacer unas fotos juntos, luego harán por separado. Tu ya estas acostumbrado, pero quiero ver que tal Clary en este asunto, quiero ver cuánto trabajo nos…Tomara.
—Yo también quiero averiguarlo. —Acota Ana de fondo, cierro los ojos y cuento hasta tres para no ir a meterle un puñetazo en la cara.
Scott es quien pasa primero a hacer las fotos, lo hace con mucha naturalidad que empiezo a entender porqué es el mejor modelo de la empresa Ross. Y también entiendo porque todo el mundo lo ama.
Por mi lado, me tiemblan las piernas y me dan ganas de hacer pis. Pero no hay tiempo para eso, Rodrigo me llama para que pase adelanté.
Vale, Dios lamento mucho no haber ido a la iglesia de pequeña... si me ayudas lo intentaré la semana que viene.
Paso al frente, Scott da una palmadita en mi hombro y sonríe.
—Lo harás bien...
Creó que por la forma en la que se acercó solo falta que me diga bro, aún así le sonrio por su intento de tranquilizarme.
Lo que hago luego es simplemente un desastre, primero porque no sé como pararme adecuadamente. Intentar imitar las poses de Scott sería demasiado en vano.
—Sigues encorbada—Murmura Rodrigo mirando la cámara con el ceño fruncido, me pongo tensa. —Levanta un poco tu rostro...No, así no. Mira un poco a la izquierd..No, derecha ese perfil te queda mejor. Bueno, tu postura sigue incorrecta.
—Quizás porque es la primera vez que hago esto.—Me defiendo.
Rodrigo asiente de mala haga, también hago una mueca y aunque realmente intento poner lo mejor parece no ser suficiente. El suelta un quejido alto y suspira rendido.
—Tomemos un descanso.
Lo estoy haciendo del asco. Poniendo mis ojos en blanco, salgo del estudio sin decir absolutamente nada. Recuesto mi espalda en una pared algo lejana, cierro los ojos y maldigo.
—Joder, Clary. ¿Por que no aceptaste ser narcotraficante cuando Matt molestaba con eso?
Entonces la voz de alguien más se hizo presente asustandome por completo.