Aprendiendo a ser femenina

Capítulo siete

 


Estoy más tranquila para el segundo día de trabajo a pesar de que he dormido poco luego de todo lo ocurrido anoche, eso de verme en redes sociales había sido tan nuevo para mí que no pude evitar reactivar mi cuenta de Twitter para ver los comentarios al menos algo me había quedado claro.

Donde toque a Scott, me quedo calva.

Me sorprendí cuando mi puerta se abrió a las siete menos cinco de la mañana, en realidad más bien me asusté.

—¡Me cago en su....! —Cerre la boca cuando mi hermana entro por la habitación con una cara que a cualquier persona en el mundo podría darle miedo. Becky tiene trece años, y está en esa etapa de la vida donde cree que toda el mundo la odia mientras que mi hermana más pequeña tiene seis años y lo que más le preocupa es ensuciarse todo el tiempo y dormir bien.

Convirtiéndose así en la más normal de la familia, claro.

—¡Eres amiga de Scott Lewis! —Chillo, apuntandome con su móvil. Mierda y es que había olvidado por completo el fanatismo de Becky por el rubio, mordi mi labio siendo consciente el mar de preguntas que lloveria entonces.— ¿¡Desde hace cuánto!? ¿¡Como no me lo dijiste!? ¿¡Lo invitara a casa!? ¿¡Es guapo como en las fotos!?

Estado actual: Mareada

—Vale primero, buenos días. —Digo en tono de diversión. —Segundo, nos conocimos porque ahora trabajo con él en la empresa, cosas de mamá. ¿Cual era la otra pregunta? Solo recuerdo que preguntaste si es igual de guapo y si, tranquila no usan photoshop.

—Joder. —Murmura molesta, levanto una ceja curiosa porque no se que parte la ha enfadado.—Significa que la bruja de Ana Smith también es guapa en realidad.

Me río cuando entiendo y me encojo de hombros, claro desgraciadamente si lo es.

—No entiendo porqué es eso lo que te molesta.

—Porque no quiero que Scott se enamore de Ana. —Dice poniendo los ojos en blanco. —Si eso pasa, ocurrirá una catástrofe.

Ay, esto me recuerda a cuando estaba enamorada de Harry Styles y el había empezado a salir con Taylor Swift recuerdo que Cassie y yo, lloramos como dos semanas seguidas. La única diferencia es que no existían posibilidades de que vea a Harry Styles en persona, en cambio Scott era más una estrella local.

—Oye, hazme un favor. —Habla de nuevo llamando mi atención, levanto mi mirada hacia ella laeando mi cabeza. —¿Crees que podrías averiguar de que marca son sus boxers?

¡Ay Dios!

—¡Becky! —Chille— No veré sus boxers.

Mi mini versión arqueo sus cejas, y nego en desacuerdo.

—Eso dices ahora.

—Bueno venga, que conversación más bonita ahora ¿Podrías irte? Tengo que cambiarme para trabajar.

—¿No te ducharás?

Por Dios, ni mi madre llegó a tanto.

—¡Claro que lo hice! Anoche, cuando volví de los bolos con Cassie y Matt.

—De acuerdo, pero al menos sacate la baba de la cara.

 

Al llegar a la empresa pude notar como todo estaba diez mil veces más revoltoso que ayer, levanté las cejas con curiosidad mientras miraba a las personas ir de un lado para otro lindo momento para compararlos con hormigas. Me acerco, a la recepción donde una chica de cabello cobrizo corto esta mirando todo igual que yo.

—¡Hola! ¿Mañana transitada?

Ella se vuelve hacia mi con una sonrisa agradable, no recuerdo de haberla visto ayer pero parece simpática. A decir verdad, poco me acuerdo de lo que hago desde las ocho hasta las dos de la tarde que es cuando mi cerebro comienza a funcionar mejor.

—Hay una fiesta el fin de semana en la empresa y están todos como locos. —Me explica. —Pero esto se vuelve normal, ocurre una vez por mes. ¿Clary Black, cierto? —Asiento.—Soy Jenny Turner, mucho gusto.

—Igualmente... —Sonrio. —Así que finalmente vere desde adentro las famosas fiestas de la empresa Ross, increíble.

Si bien conocía de estas por palabras de madre, hasta hace un tiempo no estaba tan autorizada a salir de fiestas sobre todo porque todavía seguía estudiando. Y no tenían que ser mi máxima preocupación, ahora era libre como un pajarito.

—Claro, posiblemente tengas que desfilar también.

Y al pajarito lo han bajado de un hondazo.

—¿¡Que qué!? —Exclamo, como si me hubieran lanzado un balde de agua fría.— Oye no, yo apenas si puedo caminar con estos zapatos. Tu no me has visto con tacos ¡Parezco un puto pingüino! Y no uno tierno, porque si lo son yo soy como uno que...Da mucho miedo.

Alerta paranoia de pronto, pero en realidad si había sido una sorpresa. No recordaba que me habían dicho nada sobre desfiles yo había creído que solo era para fotos y ya, creo que de la nada me puse pálida.

—Oye, tranquila. Solo es una posibilidad. No te preocupes, quizás hagan desfilar a Ana.

Dios te oiga amiguita.

Entonces vemos como unas bolsas con piernas aparecen caminando en la sala, detrás de esas bolsas Kate Ross se asoma sacando lo delirante de la situación.

—¡Hola, necesito ayuda!

Jenny es quien va, yo no lo hago porque repito cerebro lento y flojo. Acomoda las bolsas a un costado mientras se acerca a saludar con una amabilidad característica.

—¡Clary! Que bueno que te veo, las sesiones de hoy comenzarán a las diez siento no haberte avisado.

Ay, mi siesta.

—No hay problema.

Mentirosa.

—De todas formas necesito tu ayuda, no he podido encontrar a Liam lo he llamado pero no atiende, no se porque tiene un móvil encima si no lo usa. En fin ¿Si lo vez puedes decirme que vaya a mi oficina? Necesito que este presente.

Que divertido hablar con Liam ¿No?

—Claro, lo haré.

—Muchas gracias, cielo. Y gracias por la ayuda Jenny ¡Las veo luego!

Nunca me había puesto a pensar en la demanda que organizar este tipo de cosas organizaba pero cuando pasaba mi madre nunca estaba en casa durante todo el día.

—Liam siempre hace lo mismo, desaparece durante estas cosas porque no le gustan. —Dice Jenny sacándole de mis pensamientos.

Suspiro, sacudiendo mi cabeza.



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En el texto hay: drama, romance, humor

Editado: 30.12.2021

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