Aprendiendo a ser femenina

Capítulo quince


—Bueno, se supone que esto funciona de la siguiente manera….

 

 

 

 

¿Alguna  vez vieron esas historias de payasos asesinos?  Pues me veo como uno de ellos en este instante, nunca pensé que usar maquillaje sería tan difícil. En los tutoriales de youtube se veía tan sencillo que hasta me lo creí.

 

—¡Ahj, olvídalo!  —Deje el polvo compacto a un costado, tendría que lavarme rápido la cara antes de que alguien más me vea así.  Sosteniendo la idea de que prefería mi rostro al natural.  O si no, prefería que alguien más me maquille.

¿Y con estas pintas querían que salga a desfilar?  Si, quizás para un concurso de Hallowen.


Lave mi rostro y decidí por ahora dejarlo al natural, después de todo tenía la tarde libre y no necesitaba realmente preocuparme mucho por cómo me vería.

 

Necesitaba salir un poco.


Agarré el skate que estaba guardado en mi armario y le avisé a los  gritos a Drake que era el único que estaba en casa que saldría, hace bastante tiempo que no me dedicaba un poco de tiempo. 

¿Alguna vez escucharon esa frase de uno siempre vuelve a los lugares que amo? Bueno, me parecía una estupidez aunque era un tanto cierto.

El viaje a aquel skate park improvisado no duró mucho, en realidad. Mi casa quedaba bastante cerca de todo, eso  era algo bueno. Lo primero que hice al llegar al lugar fue escuchar sky is the límit de Biggie y vi algunos rostros pero ninguno me resultó familiar.

 

 

Preferi mantenerme al margen para no molestar, me subí a mi patineta y comencé a hacer esos trucos que Drake alguna vez llegó a enseñarme pero luego tuve que aprender por mi cuenta.  Algunas  personas usaban el gimnasio para descargar sus frustraciones y lo que sea, yo antes solía usar esto como método de descarga.


Demasiado floja para ir al gimnasio
Pero  no tanto como para elegir una patineta.


—¡Oye!  —Gritó uno de ellos, genial. No estaba de humor para lidear con brabucones, nunca lo había hecho  y esta no era una linda edad para comenzar.

Volteé  hacia el sujeto que me llamó levantando una ceja con curiosidad, preparada para según yo cualquier cosa.

 

—¿Te gustaría sumarte a la competencia?  Es un poco aburrido ver siempre los mismos rostros, será bueno tener algo nuevo.


¿Qué demonios estaba pasando?  Dije que estaba preparada para todo pero no para eso, nunca en la vida había competido en nada.  Lo miré sin saber que decir.

—No soy profesional…

—Si, ninguno de nosotros. —Suspiro.— Bueno, si quieres puedes sumarte.

—Está bien, será interesante.

A diferencia de muchas veces no me sentí obligada esta vez a dar una respuesta, al contrario era algo que me dieron ganas de hacer. 

 


—Genial ¿Cómo te llamas?

¿Debería decir mi nombre entero? Mejor no.

—Isabelle.

Me salió decir mi segundo nombre que pocos conocían y rara vez usaba, por alguna razón me pareció mejor que decirles mi verdadero nombre. No es que ya me esté creyendo una súper celebridad pero estaba bien encontrarse de repente en un lugar donde nadie te conoce y nadie te obliga a hacer algo que no te apetece.

—Genial, bienvenida. Mi nombre es Seth.


Asenti  y me llevo con el resto, también había mujeres ahí haciéndome sentir un poco más segura, Seth explicó a todos las reglas básicas  de la competencia , extrañamente no estaba nerviosa. Después de todo solo seria para pasar el rato.

Por suerte empezaron dos chicos que se veían que tenían experiencia, ambos eran muy buenos y manejaban la tabla como Dioses. ¡Menos mal que no eran profesionales, eh! Fueron seis los que compitieron antes de que mi turno llegue, Seth se acercó de nuevo a mi con unos papeles en sus manos.


—¿Lista?


Demonios ¿En qué me estaba metiendo?


—Si.

Agarre la tabla y comencé a competir con uno de esos chicos, hice todos los trucos que recordé en el momento y por un segundo sentí como si estuviera  volando. Fue increíble, y no sé  por cuánto tiempo estuvimos así pero después de un largo rato  mis pies fallaron y terminé cayendo. La carrera frenó,  lo había visto antes el primero en caer era el que perdía.

 

—¿Te encuentras bien? —Pregunto el chico que estaba compitiendo conmigo, en realidad no me habia dado cuenta  de que me dolía como mil demonios mi pie hasta que pise.

—No te preocupes, estoy bien. —Menti.— Pero será mejor que me vaya a mi casa.

 

—De acuerdo, bien jugado por cierto. Eres muy buena. Regresa cuando quieras.

 

—Seguramente lo haré.

A eso no lo decía por compromiso  en realidad me había gustado estar ahí y quería volver. Me despedí de ellos y fui caminando tratando de ocultar mi pie destrozado.

A mis espaldas, sentí que alguien pregunto:

—¿No es ella la nueva súper modelo?

 

 


(•••)

 

 


—¿¡Qué demonios pasó contigo!?

 

 

 

 

Drake me miró con preocupación, tenía mi pie sobre un almohadón y estaba acostada.  Posiblemente me había lesionado o algo así por la forma en la que caí, a Drake le contaría la verdadera historia pero no se la diría a mi madre, de ninguna manera.

 

 

—Fui a un skate park, completo y me caí. Pero no le digas a mamá ¿De acuerdo? Enloquecería.

Me miró con desconfianza pero suspiro, fue a la cocina y regresó  con hielo.

—Gracias. —Murmure. —Se sintió increíble estar ahí, y todos fueron amables conmigo. Hace mucho no me sentía cómoda estando en un lugar.

 

—¿Ni siquiera en tu nuevo trabajo verdad? —Negue.—Pero he visto el resultado, realmente lo haces genial. No entiendo que es lo que te molesta.

 


—Me molesta tener que forzar demasiado mi personalidad solo para encajar, para no molestar a mamá  a Kate o a quien sea. Se que soy un desastre con piernas largas, pero tampoco se siente bonito que te lo recuerden cada dos segundos.



#19094 en Novela romántica
#3280 en Chick lit

En el texto hay: drama, romance, humor

Editado: 30.12.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.