Aprendiendo a ser femenina

Capítulo diecisiete

   

No puedo decir que Ana haya hecho un mal trabajo o intentado atentar con mi vida porque para nada fue así. En realidad, me había dejado muy decente si no desperdiciara tiempo de su vida tirando veneno por ahí, posiblemente sería algo bueno algo más de lo que ya es.

 

—Gracias. —Vuelvo a decir, ella se encoge de hombros y guarda el maquillaje en sus lugares correspondientes. 

—No lo hago por ti.  

—No me cabe duda. — Dije riendo. -- Pero la intención basta, así que… Da igual.

Me levanté del asiento, el efecto del calmante había desaparecido y eso solo empeoraba la situación. 

Cerré mis ojos restándole importancia, aunque mi pie dolía había sido por una buena causa y me gustaría volver a vivir la experiencia del Skate park, sin pensarlo mucho había decidido regresar cuando me sienta un poco mejor.

Pero ahora, lo importante era enfocarme. Rodrigo  quedó completamente fascinado  cuando me vio y me regaló una sonrisa.

—¡Ah, pero mira! Si sigues con vida y todo. —Aplaudio mirándome.—Enhora buena querida niña revoltosa. Ahora, a sus puestos.
 

Me reí, caminé despacio y me puse en donde me indicaron. Esta vez no  empecé posando junto a Scott, la mayoría de las veces es más fácil cuando él estaba a mi lado porque ya tenía todo calculado  no como yo.  Rodrigo, ya había dejado de intimidarme por lo que aquella presión del principio había desaparecido o mejor dicho, disminuido. Ahora la persona más insoportable del estudio era simplemente yo misma.
 

—No dejas que la cámara te coma, cómete tu la cámara. —Sugirió Rodrigo, no entendi así que junté mis cejas.

—No como plástico ¿No sería mejor una hamburguesa?

 

—Dios...—Da una mirada en blanco.—Que no le  tengas miedo, tontita.

No tuve miedo cuando me expuse en el skate park frente a esos desconocidos, era jodida cámara por el amor de Dios. Si, era consciente de eso pero también de que detrás de eso se encontraban cientos y miles de personas.

Aún así, aguanté. 

Mostré lo mejor de mi como si realmente supiera lo que estoy haciendo, quizás después de todo mi miedo no sea visto en las fotografías. Lo hice de una forma que en realidad hasta a mi me sorprendió.

—Wow, leona.—Dijo Rodrigo en voz alta.— ¿Sabes?  Soy bisexual pero por ti me haría cien por cierto hetero, creo.

Eché una risa y seguí haciendo fotos, luego Scott se sumó conmigo. Lo bueno de esto es que podíamos hablar durante la producción.

—Entonces Scott ¿Tienes  novia?  —Pregunté descaradamente. Vale  quizás tendría que tener un poco más de cuidado.

—¿Acaso estás interesada en mi? —Se rio— ¿Qué fue lo primero que pensaste cuando me viste?

—Lo primero, bueno de hecho  yo pensaba que eras un vampiro.  —Lance con sinceridad. Si vieran realmente lo rubio y pálido que es Scott se que compartirían mi pensamiento.
 

—Un vampiro, que guay. Aunque no serviría para tener poderes. —Dijo un poco distraído.—No tengo novia, y no me gusta ninguna chica por el momento creo que tuve suficiente con mi ex.

 

—Tu ex...—Murmure. 

—Ocurrió antes de ser famoso, así que nadie sabe en realidad.  O mejor dicho, pocas personas lo saben.

—No sigas si no quieres….

Me parece que estaba entrando en un terreno peligroso,  y que no era un simple chisme. Detrás de la cámara Rodrigo  grito:

—¡Yo sí quiero!

Soltamos una risa y seguimos trabajando, no force a Scott para seguir hablando del tema. Lo bueno es que estaba soltero, quizás Jenny podría intentar acercarse a él de todos modos.

Terreno peligroso, Clara.

 

|•••|


 

—¿Entonces tu madre todavía no sabe la verdad?



 


Solté un bufido por la pregunta de Matt y mire el techo de la habitación. Tenía mis brazos cruzados. Matt si sabía cómo me había caído en realidad, y también Drake y Cassie.  Además ellos nadie más.
 

—No, Matt no es como si estuviera ocultando cadáveres simplemente no me apetece decirle y ya. Enloquecería  si se entera lo del skate  park,  ya me la imagino en realidad….

—Sé que no es grave, pero me pareció extraño porque siempre le habías contado todo.

Era cierto pero ahora las cosas habían cambiado y ya no confiaba tanto en mi madre, tampoco confiaba en su desaprobación.   Agradecía lo que ella había hecho por mí, pero no aguantaría soportar más críticas sobre lo que hacía o todo eso.

 

—Oye ¿Esa remera no es mía?  —Preguntó, ceñudo.  Esboce una sonrisa tranquila y sentí una salvación caer cuando el timbre de la casa sonó.

Arrastrando mi pie, me apresure para abrir la puerta.

—¡Admite que me queda mejor que a ti! —Le grité abriendo la puerta.

Me avergüence luego, al darme cuenta de que Noah era el que estaba ahí afuera con su típica pose  de chico perfecto que hace querer que tome su rostro y lo llene de besos ... .Por Dios ¿¡Qué diablos digo!?
 

—Ah-Hola.—Murmuró.—Drake ha salido pero dijo que llegaría pronto.

—Bueno, quizás mejor así puedo pasar un poco de tiempo contigo.
 

¿Estaba alucinando o era cierto?  ¿Noah queriendo pasar tiempo conmigo?  Accedí atontada y le abrí la puerta dejando que pase.

—Felicidades por tu trabajo en la empresa Ross, eres una increíble modelo.

Me reí nerviosa.

—Nada fuera de lo normal, ya sabes.

Noah estaba siguiendo mis pasos, mientras que Matt estaba  con los pies subidos en el sillón me miró confundido  y también a Noah descaradamente.
 

—¿Ah?  —Dijo, torpemente.

—Noah, este es Matt mi mejor amigo. Matthew  Noah, amigo de Drake.

Qué horrible era dar presentaciones horrible e incómodo.

—sí claro, él es él que… —Abrió sus ojos, recomponiendose.—El que es amigo de Drake. 

Estaba por decir "El que te gusta" lo conozco como la Palma de mi mano y entendía el porqué de su nerviosismo, casi la caga. Afortunadamente era menos tonto que lento.

 



#19108 en Novela romántica
#3282 en Chick lit

En el texto hay: drama, romance, humor

Editado: 30.12.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.