Aprendiendo a ser femenina

Capítulo dieciocho

Estaba molesta por una serie de eventos desafortunados, porque vamos aquellos ya eran normales en mi vida.  

 

Aún así no estaba solo molesta por el episodio de Noah, también estaba molesta porque estaba a solo un día de la fiesta de la empresa y no tenía humor para fiestas, a todo esto sumemosle que me vino. Seria buena noticia ¡Si tan solo tuviera una vida sexual activa!  

Solté un suspiro de frustración y vi a la Clary del espejo, moví un poco mi pie que había empezado de a poco a dejar de doler.  Al menos, no haría el ridículo en aquella fiesta.

Mi móvil  sonó, mostrando un mensaje de Matt. Era de unas pocas personas que no sabía la existencia de WhatsApp  o mejor dicho, no quería conocer de ella.
 

"¿Vamos al Skate park en un rato?"
 

Interesante propuesta a la cual no podía resistirme,  Matt era mi diablito sobre mi hombro.  Aquel que me animaba incluso en las decisiones más estúpidas.

"Si no hay inconvenientes, si."

Mi madre estaba un poco tensa, si le decís que saldría entonces me llenaría de cuestionarios. Aunque una parte de ella estaba más aliviada cuando iba  con Matthew  a cualquier sitio. 

"Silbame cualquier cosa"

Reí por su respuesta y fui al baño, me dediqué a sacarme el maquillaje del rostro y sonreí satisfecha cuando vi de nuevo el espejo. Ahí está, la Clary que me gusta pero todos tratan de ocultar.

No hice mucho hincapié en mis pensamientos, arregle apenas mi cabello y me puse un buzo de abrigo con el logo de un juego de video que desconocía, en realidad aquella prenda era un aporte de Drake solo que él no sabía.
 

Cuando bajé me llevé una sorpresa al darme cuenta de que en realidad mi madre no estaba sola, había una señora riendo con ella mientras tomaban té. Levanté una ceja y ella me sonrió al verme.

—¡Hija!  Ven aquí, me gustaría presentarte a Avery.

Mire a la señora llena de curiosidad, ella se extendió hacia mi para saludarme.

—Ah, he visto esto antes en algún lado….—Dije achinando los ojos— ¡No jodas!  Ella es la abuela millonaria desconocida que viene a decirme que gobierno una nación pequeña.

No se de donde salió aquella emoción o acto de estupidez podría quizás, culpar a mis hormonas alborotadas en caso de que mi pensamiento esté equivocado.

La señora, se rió sonoramente.

—Ella es muy divertida, Susan.—Le hablo a mi madre. -- Mucho gusto,  cariño. Me presento soy Avery y seré tu asesora de imagen.

¿Qué qué?

¿Qué sigue ahora, se rompe a las doce el hechizo?
 

—Creo que no lo he entendido, disculpe.

Había entendido, pero simplemente hubiese preferido no escucharlo. Mordí mi labio impaciente cuando mi madre volvió a hablar.

—Ella te ayudará a producirte para mañana, y para todos los eventos importantes de ahora en más.

Cerré mis ojos, aguantando soltar algún insulto. Estaba acostumbrada a la idea de que las intenciones de mi madre no eran malas, sin embargo se le había metido una idea a la cabeza era como si quisiera cambiarme por completo.

—Tengo algo que hacer hoy, no me robara mucho tiempo.




 

—¿Qué?
 

—Mama, este último tiempo tú tomaste decisiones sobre mi y yo las he respetado—En realidad, quería hablar sobre más cosas pero me limité a mantenerme en silencio. —Mañana lo haré ¿De acuerdo? Haré lo que me pidas, pero necesito irme ahora.
 

Estaba un poco cansada de aquella situación, mi madre me pedía cosas pero luego de que ya había tomado la decisión sobre lo que haría. Era frustrante.
 

—¿Con quién irás?

 

—Matt.

—Está bien.—Accedió.—No vuelvas tarde.
 

Tome mi móvil para avisarle a Matt  que iría, me despedí de aquella señora y de mi madre rápidamente y salí con muchísimas ganas de mi casa. Puse los ojos en blanco  cuando me di cuenta de que mis zapatillas estaban cubiertas de tierra, seguro les daría de qué hablar por un buen rato.


 

"Me halaga que Susan piense que soy un buen ejemplo."

Leí el texto que había enviado Matt y me reí, por supuesto ella pensaba que era un Ángel caído del cielo enviado únicamente a protegerme. Negué, se había perdido de mucho en realidad.
 

"Porque no sabe lo de la vez que nos encerraron en el convento  o cuando pasamos una noche durmiendo en una comisaría por meternos en lugares que no debíamos."

Le debía muchas anécdotas  a mi madre, pero se que solo empeoraría las cosas si le contara todo. La confianza en ella se había esfumado desde hacía un tiempo.



 

"Nuestra culpa no fue, aquellos lugares estaban increíbles para fotos!!"

 

Me reí, pensar al momento de tomar Decisiones no era para nada lo nuestro, seguí caminando mirando mi celular cuando choque con el cuerpo de alguien, solté un quejido por el golpe y levante mi vista para disculparme.
 

—¿Tú?  —Pregunto achinando sus ojos.


 

Di una mirada en blanco, lo único que me faltaba ahora es que Liam esté aquí metido en mi camino como ya había comenzado a ser costumbre ¿Acaso él también pensaría lo mismo de mi?

No le di importancia.
 

—Hola. —Hable sin saber qué decir.—Adiós.
 

Estaba dispuesta a seguir mi camino, al fin y al cabo no había sido nada importante. Sin embargo frene en seco cuando me di cuenta de que Liam seguía mis pasos, no podía ser bueno.
 

—¿Por qué estás haciendo eso?  —Pregunte quejandome.—Eres molesto. 

—Intercambiamos papeles hoy, yo seré quien te moleste y tu quien se queja. Siempre es al revés.

—¡Yo no te molesto!  —Me defendí.

—Me acosa.—Corrigió, pero seguía sin estar de acuerdo.

—Deseria tener como la mitad de tu ego.—Confesé poniendo los ojos en blanco.—Voy a algo importante.

—Genial ¿Puedo ir?

Vaya, aquel chico sí que era extraño. Fuera de la empresa parecía una persona completamente distinta.  Me preguntaba si era por algo en específico. 



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En el texto hay: drama, romance, humor

Editado: 30.12.2021

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