Aprendiendo a ser femenina

capítulo treinta

30| Escupiendo verdades





 

Abro mis ojos cuando terminan de maquillarme, me miro al espejo y si bien mi rostro permanece serio por dentro estoy muy conforme con lo que veo, asiento en aprobación  y dejó que la maquiladora pueda seguir haciendo su trabajo.  A mi lado, Scott parece muy  tranquilo mientras mira su celular.

—Las expectativas para hoy en realidad son muy altas.  —Dice, sin dejar de teclear no sé que en su celular. Esbozo una sonrisa burlona hacia él, en realidad a Scott  si le importan los chismes.

—Debería estar nerviosa,  sin embargo creo que tenerte a mi lado es un buen consuelo después de todo.

Aquello era cierto, Scott tenía experiencias en entrevistas y eso me transmitía cierta sensación de tranquilidad, aún así también estaba un poco inquieta.  

—Solo imagina que estás jugando con tu amiga a ser una súper estrella y que ella es la entrevistadora, prohibido demostrar que te intimidan. Al fin y al cabo el poder sobre todo lo tienes tú. 

—Si, es eso lo que me da miedo.
 

Deslizo  mis manos por mis piernas, Scott no sabe nada  de lo que ha pasado. Ni de que casi estuve a punto de liarme con Liam, ni tampoco que me rechazo segundos después. Y aquel rechazo no había sido un "No, ahora no."  Había sido más bien un "Ni ahora ni nunca"  ahogué un suspiro de frustración, prefería hacerles creer que estaba nerviosa por la entrevista y no en realidad que me estaba sintiendo patética.

Ahora, entendía bastante porque Jennie no quiso decirle nada de lo que sentía a Scott antes de irse.

—¿Sabías que Jenny se ha ido? —Pregunte, sin querer  pasarme de la raya. Scott  se mostró confundido  a mi lado.— Digo ¿Sabes quién es Jenny? Para empezar.
 

El hecho  de que tarde en responder, había sido demasiada respuesta incluso sin necesidad de que dijera nada más. Quizás después de todo, Jenny había tomado la decisión correcta.

—La chica  de recepción ¿Verdad? Si la recuerdo ¿Y por qué se ha ido?

—Se fue a la universidad, parece que aquel era su sueño.

Scott asintió, con una leve sonrisa formada en su rostro.

—Que bueno, si ese es su sueño me alegro mucho por ella. Nunca nos conocimos demasiado, en realidad. 

Bueno, basta de tocar el tema. Agredecia que ella no estuviera escuchando,  porque sabía lo mucho que le dolería entonces.  Me distraje  cuando mi móvil empezó a vibrar en mis manos, mire como me había entrado un WhatsApp de un número que no tenía agregado y abrí la conversación.
 

"¿Podemos hablar antes de que salgas? Me gustaría aclarar unas cosas, soy Noah."

Hice una mueca, más de disgusto que de otra cosa. Pero todavía faltaban cómo media hora y si me sentía bastante  intrigada por cualquier cosa que Noah tuviese para decir.  Relami mis labios antes de responder, sin embargo finalmente termine aceptando.

Al fin y al cabo, no había pasado nada entre él y yo.

Y también me di cuenta de que lo que llegué a sentir por Liam, había sido quizás un poquito más intenso  de cualquier cosa que haya sentido por Noah en su momento. ¡Joder!  ¿Que no, generalmente las protagonistas de los cuentos siempre terminan liándose con cualquiera  de los dos chicos en los que está interesado?  Eso no me había pasado.

No pasaría tampoco.

Pensé en las palabras de Ana, en aquel "Me termine acostando con su mejor amigo"  ¿Debería sacar mi enojo y decepción de la misma forma?   ¿Acaso estaría bien, si de pronto se me presentara una mínima posibilidad de estar con Noah?

Mmmm, interesante.  Pero a su vez, sabia que no podía caer tan bajo. Tenía que tener un poco  de respeto por mi, teniendo en cuenta que lo mío con Liam ni siquiera había sido tan intenso como me hubiese gustado.

 

—Hey. —Salude a Noah, cuando finalmente llegué junto a él y me di cuenta de lo distinto que era a su hermano. Mientras Liam tenía un cabello castaño oscuro, más tirando a un negro. El de Noah podría pasar desapercibido  por un rubio,  peinado de una forma bastante rebelde. No solo en eso eran distintos si no también en su modo de vestir.

 

—Hola, siento llamarte de repente.

Cuando lo observe todavía mejor, pude ver restos de un ojo morado. Incluso verlo me transmitió cierta sensación de dolor.

—Da igual, en realidad. ¿Pasó algo?

—Quería disculparme porque sé  que sabes todo lo que yo...Bueno, sabes que siempre he sido un jodido imbécil con intenciones bastante miserables.  Espero que aceptes mi disculpas, y quizás solo esté haciendo esto porque ahora estoy cagado de miedo  y me ha agarrado  ese brote de sinceridad,  quería que tuvieras tus disculpas antes de que se termine.

Parecía sincero, lo miré un poco confundida pero acepté sus disculpas porque  aunque si me molesto no había llegado a lastimarme. Desearía sin embargo,  sentir lo mismo respecto a su hermano.

—Si, está bien. Ya ha pasado.  Pero mírate ¿Acaso viste un fantasma? Es como si fueras a desmayarse en cualquier momento.

—No, no no… yo… creo que...Bueno, deje embarazada a una chica con la que estuve.
 

Ouch. Bueno, vaquero. Todos tienen su último round,  y tal parece que ha llegado una criatura dispuesta a terminar con aquel lado gilipollas de Noah, en parte me alegraba, pero al mismo tiempo el temor en sus ojos me hizo dudar muchas veces de lo que tenía que decir.

—¿felicidades?

Su rostro pálido, tragó saliva  y asintió. También despeinó un poco su cabello. Supe entonces que aquella posiblemente sería la última vez que vería a Noah Brown.

—Gracias, suerte en tu entrevista.

Asentí, lo saludé con la mano y volví al estudio donde Scott me estaba esperando. Aquello había sido demasiado extraño. Me senté junto a quien había empezado a denominar  como mi gemelo perdido y esperamos a que las presentadoras anuncien nuestra presentación.

 



#4467 en Novela romántica
#1257 en Chick lit

En el texto hay: drama, romance, humor

Editado: 30.12.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.