Aprendiendo a ser un Zorro Dragón

CAPÍTULO 15

Habían pasado seis días desde que Oscas había propuesto una batalla con su dragón campeón y, por una parte, estaba agradecido que sea él a quien debo dar una paliza. Lo que me decía que me quedaba ocho antes de la batalla, tiempo en el cual debía concentrarme en recuperar el movimiento de mis patas.

Era extraño mirar mi actual vida y como está ha sido desde que tengo memoria. Lo cual no sabría decir si desde que desperté en este nuevo mundo o desde el mundo que deje, donde sin duda, no me estaría pasando todo lo que me estaba pasando.

Caminar en cuatro patas, tener pelaje, manejar el elemento al que temía, convivir con dragones que manejan los otros tres elementos, ser un elegido que descubrió que es un error y tener a una dragona dormida a mi lado la cual no ha parado en morderme las orejas, lo que me despertó y me hizo ver que su madre me estaba mirando con ganas de matarme al ver la situación.

—Buenos días líder Milett —saludé con una sonrisa —¿Cómo amaneció hoy?

Alely se acercó más y en un abrazo algo tierno, se acomodó encima de mí y continuó mordiendo mi oreja mientras decía mi nombre.

—Es todo lo que parece, menos lo que se imagina —atiné a decir al ver como la poca paciencia de Milett terminaba para intentar atacarnos.

—¡Despierta de una vez Alely! —Una buena cantidad de agua nos cayó encima. A mi estremeciéndome y a Alely despertándola suavemente. Parecía estar acostumbrada a esa forma de despertar.

—Después voy, quiero dormir, mi estar muy cansada —media dormida, volvió a recostarse ante el cansancio.

Había pasado toda la noche intentando sanarme de los graves daños que recibí tras el ataque de Oscas y mis caídas. Termino rendida cuando ya no pudo más y por ultimo termino dormida a mi lado.

—¡Despierta de una vez Alely y ve a traer los desayunos!

Alely se levantó y se marchó aún somnolienta mientras que me quedaba a solas con Milett, la cual aún me miraba con desconfianza y preocupación.

—¿Cómo siguen tus patas Brydres?

Me quedé en silencio mientras las miraba, pero en un intento de moverlas, un chirrido de dolor salió de mi hocico dándole una respuesta a la dragona de pelaje blanco.

—No muy bien. Alely se esforzó mucho anoche, pero me recupero muy lentamente. Oscas intento realmente romperlas y volverlas inútiles.

—Hay una forma de que te recuperes antes del encuentro, pero será doloroso —indicó Milett preocupada —. Puede que cause más daños al acelerarlo.

—¿Acelerarlo? —Pregunte extrañado por sus palabras.

—El fuego arcoíris puede ayudar a recuperarse más rápido, ayuda que a que el cuerpo acelere su método de recuperación, más no los ayuda a sanar por completo. En tu caso, es posible que te ayude a sanar, pero si la sanación se hace con tus patas en ese estado y no es corregido, es posible que sane de mala forma.

—Es un riesgo demasiado alto, a menos que haya una solución para esa solución —dije pensando en la mejor forma de aprovecharme de ello.

—¿Solución para otra solución? —Preguntó Milett y Alely quien había llegado.

Mientras comíamos les comenté cuál era mi plan para la solución que teníamos. La idea me venía de cierto personaje que había visto en televisión y tenía una habilidad de sanación rápida.

Aunque la duda apareció en sus miradas, estaban dispuestas a correr el riesgo y ese era, curarme y tener tiempo suficiente para un entrenamiento intensivo con Rafago.

Lo que no pude imaginarme fue el dolor que me causó el duro tratamiento.

Las mejores sanadoras y de confianza, empezaron a acomodar mis patas, lo cual me provocaba un intenso dolor. Aunque eran unos cortos movimientos en la cueva y más allá de esta, se extendían mis gemidos de sufrimiento.

—Creo que hemos terminado. La líder Milett revisará y seguirá con el tratamiento —Arlet era de las que siempre estaba supervisando mis curaciones y la compañía se empezó a volver más amena en los tres días en el que estuvo a mi lado.

Aunque en parte es gracias a que ya no soy el Brydres que ella había conocido o bueno, el que todos pensaban que era. Mi memoria humana me llevó a una comprensión más allá de lo que al principio tenía.

El mundo de los dragones aún tenía esos rasgos de una civilización que hasta para mí era antigua. La función de los elegidos había sido más que el cuidar el valle y dirigirla, había sido el ingenio para que todos ellos sobrevivieran de lo que sea que quiera la naturaleza, la misma que antes no se defendía y solo esperaba paciente a que nos matáramos.

Milett comprendía la mayoría de mis palabras que describían al mundo en el que vivía, otras más le eran desconocidas. Me volvió a recordar algunas cosas sobre lo que conllevaba tener estos recuerdos, entre ellos, estaba lo de las armas.

Sabía perfectamente que sea lo que nos haya pasado, nos habían retrocedido en el tiempo, donde ni la electricidad, ni la pólvora estaba dentro de nuestro alcance. Deseaba que así se mantuviera, después de todo algo que no había desaparecido a pesar de nuestro cambio físico.




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