¡Moja bragas a la vista!
Capítulo 1.
Mi prima y yo reímos viendo un video en YouTube, estábamos tan aburridas que nos pusimos a ver videos de bromas, de esos en los que asustan a la gente.
Nadie se encuentra en la casa de Julieta— a excepción de ella y yo, obvio— mi prima, ya que sus padres están trabajando y sus hermanos también. Ella es la hermana menor teniendo 16 años y es la única nena entre 4 hermanos varones. Así que imagínate a algún chico viniendo a querer decirles que su hermanita es hermosa, ¡Jáh! Nadie ni siquiera se atreve.
El video es interrumpido por un mensaje, veo que se trata de "Ysrael" el amigo de mis primos, no llego a leer sobre qué se trata pero ella detiene el video para contestarle. Se levanta mirando su celular y se dirige a la puerta para abrir.
Una silueta masculina atraviesa por la puerta y ambos me miran con una sonrisa. Mi prima, me sonríe coqueta ya que yo siempre he dicho que él es hermoso pero sólo para molestarla, a ella no le parece atractivo, pero Ysrael tiene un hermano mayor , Jeremías, y Julieta se encuentra totalmente perdida por él, ni siquiera la entiendo siendo que entre ellos dos el más guapo es Ysrael.
Pero ya qué cada una con sus gustos.
Noto que está algo cambiado, con músculos, y su corte de cabello le favorece bastante ya que antes tenía un cabello largo horrible que no me parecía atractivo, pero presentándose de esta manera, wow, me impresiono al verlo.
— Hola señorita— Se acerca a mí ofreciéndome la mano como saludo.
Le miro directamente a los ojos ya que hasta su voz suena diferente.
— Hola— Estrecho mi mano con la suya.
Me sonríe coqueto al ver cómo lo observo, su sonrisa es hermosa, ¿Desde cuándo que es tan hermoso así?
— Tanto tiempo— Dice sentándose a mi lado.
Es verdad, ha pasado tanto tiempo que ahora estoy incrédula al ver este cambio en él.
— Sí— Concuerdo—, hasta te ves algo... diferente.
—¿Más sexy?— Sus ojos escanean los míos y yo asiento— también te noto algo cambiada.
— Ah, sí, debe ser porque ya no tengo 13 años— Ya que fue a esa edad que dejamos de vernos pues él había desaparecido luego de que su madre haya fallecido y contando todo este tiempo, han pasado 4 años desde la última vez que nos vimos —¿Qué tal todo en ese tiempo?
Julieta se sienta en el otro sofá frustrada de que Ysra haya ocupado su lugar al lado mío y lo fulmina con la mirada, me río de ella y también recibo una mirada asesina de paso.
Ysrael la mira y se ríe levemente, su mirada vuelve a mi, trago saliva porque obtengo su completa atención ya que se acerca más y coloca su brazo detrás, por el sofá para de esa manera estar más pegado a mi.
— Todo bien por estos tiempos, ¿Y qué hay de ti? ¿Algún novio por ahí?— Su mirada es tan atenta que me deja desconcertada.
Estoy segura, que con estos años él ha pasado por tantas cosas que lo volvieron un experto en seducción, porque si no fuera así, entonces mi respiración no se encontraría alocada con tan solo una mirada de su parte, no cualquier mirada, estoy segura, que es una mirada de esas en las que te invitan a hacer cosas sucias...
— Yo— Me aclaro la garganta ya que mi voz sonó horrible—, no he tenido novio aún.
—¿Ya te han besado antes?
¿Qué clase de pregunta es esta?
Vergüenza decir que no, entonces sólo hago un gesto negando y él sonríe complacido.
Se aleja de mi y yo le miro a Julieta, ella se encuentra mirándolo con el ceño fruncido y con asco.
—¿Por qué le coqueteas a mi prima?
— ¿Se encuentra David?— Pregunta riendo dejando claro que no respondería a eso.
—¿Por qué eres tan idiota? Sabes que no debes meterte con ella— Julieta dice con voz alterada pues había ignorado a su pregunta.
— Me dijo que dejara este dinero aquí ya que se acerca su cumpleaños y festejaremos en familia.
— Te cortaré las bolas si la lastimas— Se cruza de brazos.
Ysrael suspira frustrado.
Saca un sobre y se acerca hasta la mesa donde se encuentra la televisión, deja ahí mismo y cuando gira, me mira.
—¿Vendrás este jueves?— Hoy era domingo.
— Obvio, es el cumple de David.
— Entonces nos vemos ahí— Antes de ir me da un beso en la mejilla y se aleja.
Todo pasa tan rápido que me deja muda.
Miro a la puerta por donde se ha retirado ¡No me jodas! Ahora voy a pensar todo el tiempo en él.
— Ni se te ocurra ilusionarte— Se desploma a mi lado sin despegar la vista de su teléfono.
Vuelve a mi mente su mirada y suspiro.
—¡Aa! Ahora sí estoy diciendo sin mentirte ¡Es hermoso!
Sus dedos, que se encontraban sobre su teléfono deslizándose, se detienen.
Gira y me mira, yo hago lo mismo y nos miramos a los ojos.
—¿En serio te parece atractivo? ¿En serio, en serio, en serio?— Pregunta seriamente.
La verdad antes no me llamaba la atención, siendo honesta a los trece años ni siquiera se me pasaba por la mente tener algo con algún chico.
Pero, creo que he crecido bastante (tengo 17 años) y me doy cuenta que sí, no sé qué es lo que haya provocado en mí pero de lo que estoy segura es que esa mirada y esa sonrisa no deja de repetirse en mi mente.