Después de un día entero en la escuela para humanos ya necesitaba un respiro y no me importaba que fuera en un laberinto oscuro y escalofríante. Si se preguntan si es que sé cómo llegar, pues... si, lo sé. A veces iba ahí a pensar, ese lugar siempre me había dado curiosidad, aunque por supuesto nunca había pasado de la entrada. Y allí estaba de vuelta... en esa puerta gigante, abierta y con una espesa niebla adentro. El aire era sombrío y yo podía sentir la tensión de mis compañeros de aventura, sobre todo de Elliot. Me resultaba extraño que le temiera a la oscuridad, siendo él un chico tan seguro de sí mismo
- ¿ Están listos?- pregunto Amanda con una sonrisa, supongo que para tranquilizarnos. Para ella era más fácil, simplemente debía quedarse ahí e indicarnos
- Algo así- respondí
- Estoy listo- respondió Ellliot decidido
Amanda extendió el mapa en el suelo, apenas podía verse debido a la neblina del lugar. Lancé un hechizo de luz y mi varita iluminó lo que parecía ser el mapa de un lugar sin salida. La salida, curiosamente, era inmensa y se hallaba en el centro del laberinto, ¿ a dónde llevaba? Ninguno lo sabía
- ¡ Oratio!
Luego de que Amanda lo dijera, nuestras mentes estaban comunicadas. Podíamos oír todo lo que el otro dijera gracias al hechizo de comunicación.
- Si es que no vuelven... ¿ quieren que haga algo por ustedes?
Una sensacion de pánico me abrumó de repente. Hasta ahora no había pensado que pasaría si no volvía, sabía que era peligroso, pero no me había planteado que podría no volver jamás. ¿ Y si no volvía a ver a mis padres? ¿ y si moría en ese lugar? Las brujas eran mortales, por si ustedes no lo sabían. De pronto comencé a marearme, todo daba vueltas, veía todo negro... hasta que mis ojos se cerraron y caí al suelo.
Desperté en un lugar completamente oscuro sin entender lo que había pasado. Lancé un hechizo de iluminación y pude ver un largo pasillo delante de mí, las paredes tenían solores vivos, incluso parecía que hablaban. Había puertas en determinados lugares pero decidí no abrirlas por las dudas. Comencé a observar los colores vivos de mi varita para tranquilizarme, pero no funcionaba.
- ¿ Hola?- sentí la voz de Amanda en mi cabeza
- ¡ Hola!- grité desesperada. No sabía donde estaba y escuchar una voz familiar me aliviaba un poco
- Ángela no te asustes, pero creo que el laberinto te ha llevado dentro de él
¿ Qué? Eso no tenía sentido, había estado muchas veces en esa puerta y eso nunca había pasado. Jamás me había llevado hacia adentro. Caí en la cuenta de que Elliot no estaba conmigo y tampoco creía que estuviera con Amanda
- ¿ Y Elliot?
- Al parecer el laberinto también se lo ha llevado. Tengo una teoría: Para obtener más luz tal vez debas encontrarte con Elliot
- ¿ Porque con él?- no pude evitar preguntar.
- No lo sé, tal vez tenga que ver con lo que deben encontrar: El animal más noble ¿ recuerdas?
Yo seguía sin entender. ¿ Porque con Elliot? ¿ Porque el laberinto no se llevó a Amanda también? ¿ Que sucedía?
Decidí seguir caminando hacía adelante.
- Amanda sólo veo un pasillo largo y tres puertas: Una roja, una azul y una amarilla
- Debes entrar por la roja
Así seguí las indicaciones de Amanda por distintas puertas y pasillos interminables, lo peor de todo es que había un silencio sepulcral en aquel lugar que podía atemorizar a cualquiera. Al abrir una puerta color verde me encontré con Elliot y me sobresalté. Noté que no tenía varita
- Es bueno tener algo de luz, que Amanda me guiara sin que yo pudiera darle detalles era bastante díficil
- ¡ He logrado juntarlos!
- Ahora debes ayudarnos a salir- dije en un tono no muy amable, no me gustaba nada ese lugar. Estaba aterrada
- ¿ Tienes miedo?
- No- respondí bruscamente a la pregunta de mi compañero
- Creo que yo ya no estoy asustado, puedo protegerte de lo que sea
Lo miré mal y seguí mi camino ignorando su comentario. Su confianza, por lo visto, había regresado
- A la derecha, a la izquierda, puerta azul, puerta grande, puerta en forma de insecto...
Y así, Amanda nos seguía indicando el camino hasta que llegamos al centro del laberinto. Lo habíamos logrado pero yo no lo entendía, miles de brujos no habían podido salir de allí...¿ cómo es que para nosotros había sido tan fácil? Era díficil de creer
Había un cartel con luz mágica que decía salida y una flecha que señalaba a un pozo en medio de una habitación gigante o al menos parecía gigante en la oscuridad
- No creo que esa sea la salida- me comentó Elliot y fue una de las pocas veces en las que estuve de acuerdo con él.
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Editado: 24.05.2018