Eramos dos contra uno, todo parecía indicar que ganaríamos, sin embargo ella utilizaba magia negra lo que a veces valía por diez brujos.
Me aliviaba tener a Elliot de compañero y que el supiera que éramos almas gemelas, pero aún así temía que no pudieramos ganar.
Elliot hizo una gran burbuja a nuestro al rededor, era como un escudo pero más complicado de realizar, no por nada era el mejor de la clase. Lo malo de eso es que consumía la energía de un brujo y más aún de un aprendiz
- Tu atacas, yo defiendo
Asentí y lancé un hechizo a Amanda que hizo que se tambaleara, luego otro que la tiró al suelo. Mi compañero aprovechó la oportunidad para descansar y la burbuja desapareció
- ¿ estás bien?- pregunté, lo cual fue un error pues la villana aprovechó para lanzar un hechizo a mi brazo, el cual comenzó a sangrar como si me hubiera cortado un poco
Elliot volvió en sí rapidamente y la burbuja volvió a cubrirnos. Amanda y yo lanzamos hechizos durante un largo rato, ella no podía defenderse y atacar al mismo tiempo, por lo que estaba más lastimada que yo. Aún así yo tenía lastimadas mis rodillas y ambos brazos
- Amanda basta, no tienes que hacer esto- le dije ya cansada- puedo decir que tu encontraste el espejo y te darán lo que sea que quieras
- ¿ Aún no lo entiendes? Quién resuelve el misterio iría a las clases de brujos, tendría mayor acceso a la magia negra
No me entusiasmaba nada poder usar magia negra, pero si ser una bruja de verdad.
- Puedo decir que tú hallaste el espejo y podrías...
- No, tu libro estúpido diría la verdad y allí es donde los del consejo se fijarán quién lo encontró. El libro no puede mentir, Minos solo sabe que te ayudé, el podría haber contado que yo utilicé magia negra sin embargo a ninguno de ustedes se les ha ocurrido contarsélo, por lo que él no lo sabrá jamás
Comenzó a reírse como bruja malvada y aproveché ese momento para lanzar un último hechizo a su estómago. Cayó dormida al suelo. La intención del encantamiento era solo dormirla, no le hice daño, asíque tranquilos
Mi compañero hizo desaparecer la burbuja y se acostó en el suelo. Sostener escudos o burbujas tan grandes durante mucho tiempo podía hacer que un brujo se desmayara y un aprendiz... quién sabe
- ¿ Estás bien?
- Sorprendentemente si- respondió sonriendo- mi físico perfecto puede resistir este tipo de cosas
- Veo que tu vanidad jamás se ha ido
Me acerqué a Amanda para asegurarme de que no despertara y noté que una soga envolvió su cuerpo
- Creo que la magia negra la ha reconocido
- Nunca entendí eso de las sogas- dije confundida
- Como sabes la magia negra tiene vida propia y reconoce a quiénes la utilizan. Las sogas son consecuencias de utilizar mapas con magia negra y al parecer, vio que nosotros seguíamos la ruta de uno en el laberinto. Cuando nos convertimos en aves en aquel lugar, era la forma de nuestras almas verdaderas, las águilas simbolizan libertad y valentía. La magia negra nos soltó al ver eso y ambos somos águilas porque somos...
- Almas gemelas- le interrumpí- ¿ Entonces lo sabías?
- No me había dado cuenta hasta ahora. ¿ Porque no me lo habías dicho?
Me quedé en silencio un momento hasta que me animé a responder:
- Porque no quería confundirte, tú estabas con Patricia y casi morimos y... de todas maneras ya no importa, debemos volver a casa
Iba a tomar mi varita, la cual dejé en el suelo, e irme lo más pronto posible pero Elliot me abrazó. También lo abracé, me sentía cómoda en sus brazos, quería quedarme así siempre
- Ángela...- susurró a mi oído
- ¿ Si?
- Te quiero
Esas palabras podían debilitar a cualquiera. A cualquiera le hacía feliz oírlas, a menos que supieras que no eran ciertas
- ¿ Y Patricia?
Elliot me miró a los ojos. Me quedé viendo esos hermosos ojos celestes sin poder apartar la vista de su mirada, como saben a mi me encantan los colores y en ese momento su mirada tenía los colores más bonitos que yo hubiera visto
- Jamás he estado enamorado de Patricia
- ¿ Eso quiere decir que de mi si?
- Si, estoy enamorado de ti desde la primera vez que te vi. Eras una niña adorable, algo despeinada pero muy bonita
Solté una risa nerviosa. Nos conocíamos desde hacía mucho tiempo, recordaba al pequeño Elliot muy diferente a cómo era ahora, antes era muy callado y tímido. Ahora es... bueno, ya saben
- ¿ No me dirás que sientes ?
Notaba que se moría por saber lo que yo sentía, tenía una mirada de suplica que me daba mucha ternura
- Pienso que eres un idiota
Me miró extrañado y no pude evitar sonreír
- Un idiota que consiguió enamorarme
Bien, si. Esto era muy cursi pero me sentía feliz y sabía que él también se sentía de la misma manera. Me besó lentamente de una manera muy tierna y dulce, mientras acariciaba mi cabello y yo rodeaba su cuello con mis brazos. A pesar de todo lo que habíamos pasado anteriormente, ese día había sido muy especial para mi
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Editado: 24.05.2018