April ©

10 | Tatuado en mí

     Subía las escaleras del edificio en donde se reunían los Dominis. Mis pasos resonaban debido al eco que había en el lugar y no podía evitar sentirme un poco nerviosa. De seguro Ethan me gritaría en frente de todos diciéndome que había mucho trabajo que hacer, o reclamándome porque no me había visto en un par de días. La pistola hacia presión en mi espalda baja, dándome valor para hacerle frente a Ethan y encontrar las respuestas que he estado buscando desde la muerte de Evan.

     Entré a aquella habitación en donde todos me dieron la bienvenida con aplausos y gritos esa noche. Cuando estuve dentro, me di cuenta de que había muchas personas. Todos dirigieron su mirada hacia mí, y yo busqué con la mía la de Ethan. El líder estaba en el fondo de la pieza, acompañado de Elliott, Jackson y aquella chica rubia de ojos azules. Su mandíbula se tensó mientras me miraba fijamente. Yo no me dejé intimidar, sostuve su mirada a medida que me iba acercando a ellos.

     La chica que se situaba a su lado, estaba mirándome. Su expresión era de sorpresa, intriga, confusa y como si estuviera viendo lo más increíble en toda su vida. Como si no pudiera creer lo que estaba observando. Pero después, su expresión se convirtió en ¿vergüenza? ¿timidez? ¿lástima?

     —¿Qué haces aquí? —me preguntó Ethan al yo estar en frente de él —. Tú ya no perteneces a los Dominis. Estás fuera.

     Abrí los ojos y alcé las cejas mostrándome sorprendida e indignada. Esto tenía que ser una jodida broma.

     —Duraste tres días sin venir, ¿y qué se yo qué diablos estabas haciendo mientras no estabas?

     —Si crees que yo estaba traicionándolos, estás muy equivocado. Y no, yo pertenezco a los Dominis. Yo no me ensucié las manos de sangre inocente para que me eches como si nada. Si te molestó no verme en tres jodidos días sinceramente que no me importa. Si hoy estoy aquí parada frente a ti dándote la cara, es por mi hermano Evan.

     La chica rubia tenía los ojos bien abiertos y las cejas alzadas, sorprendida. Dirigió su mirada a Ethan asustada, Jackson tenía una pequeña sonrisa dibujada en su rostro mientras me miraba de arriba abajo, y Elliott solo miraba a Ethan. Los demás mantenían su mirada en nosotros.

     —Así que, si no te molesta, tú y yo necesitamos hablar.

     Ethan tenía el entrecejo arrugado con los ojos un poco achicados y buscando alguna señal de arrepentimiento en mí. ¿El problema? Que no estoy para nada arrepentida de lo que dije. Ethan dio un paso hacia mí y su aliento azotó mi oído.

     —Ten más respeto y más cuidado al hablarme. Puedo ser muy buena persona con mis compañeros, pero no tolero que nadie me hable así.

     —Pues entonces, no me trates como la basura que no soy —lo encaré.

     El chico de cabello negro retrocedió un paso y a la vez que no despegaba sus ojos de mí yo también le sostenía la mirada, le ordenó a todos los que sobraban en la habitación marcharse. La única que se quedó fue la rubia, que después de darme una mirada serena, pasó por mi lado y se sentó en un sofá que había pegado a una pared.

     —Necesito que me digas todo acerca de Evan. Sus personas más cercanas, qué hacía cuando estaba con ustedes, si tenía enemigos, todo —le dije en voz alta e Ethan soltó una risotada.

     —¿Quién te crees que eres para darme órdenes y por qué yo tendría que decirte alguna cosa de Evan?

     —Porque, créeme, yo no tengo nada más que buscar aquí, y porque tú eres quien tenía toda la información de Evan, al que él rendía cuentas. Eres el líder y estás al tanto de todo lo que pasa a tu alrededor y del de tus seguidores.

     —Me alegra que te quede claro quién soy, tal vez así no te atreves a hablarme como lo hiciste antes.

     No dije nada, solo me vi tentada a poner los ojos en blanco cuando dijo eso. Él solo se limitó a cruzar por mi lado para sentarse en el brazo del sillón acompañando a la chica.

     —¿Y qué harás después de saber todo de Evan? —me preguntó el líder. Los dos me miraban con mucha atención esperando mi importante y épica respuesta.

     —Después de tener toda su información, buscaré al responsable de su muerte y le haré lo mismo que le hizo a mi hermano.

     La rubia abrió los ojos y se levantó mirándome con sorpresa y... ¿esperanzada? ¿Qué diablos le sucede a esta chica? Un momento está sorprendida, después asustada y ahora me mira como si yo fuese la respuesta, la clave, su salvación. Me miraba como si yo fuese el mismo Jesús con todos los ángeles cantando, con Dios agarrado de la mano y con las siete trompetas sonando para llevarla al cielo.

     Me percaté de que sus ojos se aguaron y arrugué el entrecejo. Decidió salir al notar que yo me di cuenta de que estaba a punto de llorar. La seguí con la mirada hasta que desapareció.

     —Disculpa a mi hermana Liza —¿Liza? —. Ella... era novia de Evan.

     Abrí los ojos hasta mas no poder al escuchar semejante noticia. Con que era ella, era muy hermosa. Por un momento me sentí orgullosa de mi hermano. ¿Qué habrá hecho para conseguir una chica así? De pronto recordé sus ojos aguados. Imagino cómo se siente al perder a la persona que ama. Sentí pena por ella, de seguro se sentía impotente. Y entonces decidí que trataría de conocerla más después.




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