April ©

16 | Mercado negro

     Mis brazos estaban extendidos, apuntando hacia el blanco de tiro con forma de humano. El protector de orejas tapaba mis oídos y mis ojos estaban protegidos por unas gafas transparentes.

     Disparé y la bala tocó el cuello. Fallé.

     Me quité las gafas con fastidio y miré a Liza. Su cabello rubio estaba recogido en una cola de caballo y sus brazos estaban tensos en el aire apuntando a su objetivo. Disparó varias veces seguidas a la vez que su mirada se contraía.

     Era imposible no acordarme de Evan cuando la miraba. Ella bajó los brazos con las manos aun aprisionando la pistola. Elevó el lado izquierdo de su boca, satisfecha de su trabajo.

     —¿Cómo es que lo haces? —me atreví a preguntarle. Liza puso sus ojos en mí.

     —Con la pistola —dijo levantando el arma.

     Reí con falsedad.

     —Qué graciosa —dije y ella se limitó a sonreír.

     Caminó hasta donde yo estaba, quedándose al lado mío.

     —Tienes que confiar en tus sentidos. Así como lo hiciste cuando le disparaste a Emma.

     —Claro, estaba mucho más cerca de ella y sabía que no iba a fallar.

     Hubo silencio y fijé mi vista en el blanco de tiro de Liza.

     —¿Cómo aprendiste a disparar?

     —Ethan me enseñó.

     —¿Fue después de lo que le pasó a Drake?

     —Un año después. Tenía dieciséis para ese entonces.

     —Ya habías conocido a Evan, ¿verdad?

     —Sí —asintió.

     —¿Cómo se conocieron? —me arriesgué a saber —. Lo único que me contaba de ti era lo muy hermosa que eres y lo muy enamorado que estaba de ti.

     —¿Él nunca te contó cómo me conoció? —sacudí la cabeza —. ¿Por qué? —pareció interesada.

     —Discreción, supongo.

     Liza asintió elevando una comisura de su boca.

     —Yo estaba entrenando con Jackson la primera vez que lo vi —contó y yo la observé con atención, interesada en el tema —. Ethan estaba con él, nos presentó y 
después de ese momento, nos conocimos, bromeábamos, entrenábamos juntos y... Nos enamoramos.

     Me di cuenta de que estaba sonriendo cuando Liza terminó de contar la historia. Me los imaginaba riendo, hablando, entrenando. Ella derribándolo la mayoría de veces con su encanto y Evan besándola después.

     Joder, jamás quisiera perder a una persona con la desearía tener un futuro. Y pensar en ese ser especial, la mirada de Ethan cruzó por mi cabeza.

     —Y dime, ¿estará pasando algo entre mi hermano y tú? —preguntó Liza con una 
sonrisa de complicidad.

     Sentí mis mejillas enrojecerse en cuanto insinuó que yo tenía algo con Ethan. Tragué sin quitar la mirada de ella.

     —Vamos, April, soy prácticamente viuda pero no ciega.

     Me sentí tan horrible cuando expresó ese comentario. No me imaginaba lo que ella estaría sintiendo, sufriendo. Mis ojos se humedecieron al imaginarme lo sola que Liza se estaría sintiendo sin Evan.

     Si de alguna forma pudiera regresarlo a la vida, lo haría; haría lo que fuera con tal de que Liza no sufriera. Porque ya no solo se trataba de mí, del amor que yo le tenía a Evan. Ya no se trataba de lo mucho que lo necesitara, no solo yo estaba en la vida de Evan. No solo yo lo amaba.

     Maldición.

     —He visto cómo te mira, April —habló con voz suave a la vez que se cruzaba de brazos —. Y he visto como lo miras después de lo que pasó con los Vansers. Conozco la mirada de un hombre enamorado, créeme.

     Llené mis pulmones de aire al mismo tiempo que movía todo mi cabello a un lado.

     —No tengas vergüenza de hablar lo que sea conmigo —agregó y decidí hablar.

     —Desde que sucedió lo de los Vansers, pasó... Algo entre nosotros. Y... No he dejado de preguntarme por qué le gusto, o cuándo empecé a atraerle para que tuviera el valor de besarme.

     La sonrisa de Liza fue ascendiendo.

     —Deberías preguntarle —me sugirió. Yo la miré rendida.

     —¿Por qué haces eso?

     —¿Qué cosa? —preguntó inocente.

     —Eso. Estar sugiriéndome hablar con él cuando posiblemente tienes la respuesta.

     —Lo hago porque sé que tu harías lo mismo conmigo si se tratara de Evan.

     —¿Estás segura?

     —Te lo digo de chica que tiene un hermano mayor a chica que tiene un hermano mayor.

     La miré de soslayo y respiré hondo, acto seguido la observé con una expresión segura en mi rostro.

     —Enséñame a disparar mejor.

     Liza sonrió y sacudió la cabeza con ironía.

     —Construiste una bonita amistad con Liza —comentó Erick.




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