El puente de Marie
Cristina
Bueno, plan uno.
Hilary River debe salir de ahí, no soy tan cruel para coquetear con ella al frente. Lo que menos quería era que ella creyera que me burlaba de sus sentimientos.
Así que me arrimo a la columna que está junto a unas gradas para el segundo piso y miro a ambos. Conversan por unos minutos y cuando no hay cambio me siento en las gradas. Cabeceo un par de veces porque me estoy aburriendo de verlos, pero cuando voy a dormirme ella se levanta y se va.
¡Por fin señor!
Me levanto pero estoy tan distraída en ver como ella se aleja que no me fijo en que falta una grada más y en menos de un segundo se me sale el corazón y aterrizo en el piso. Por suerte la música suena fuerte, de lo contrario todos me hubieran regresado a ver por tremendo sonido.
Cierro los ojos tratando de aguantar el dolor en mi trasero. Auch, Auch, Auch, de todo lo que pude golpearme... ¿tuvo que ser eso? Ayy, qué dolor. Pude caer de rodillas pero no, tuve que irme hacia atrás.
¿En qué clase de malévolo mundo estaba?
-¿Estás bien?
Alzo la mirada y veo a McFly viéndome extrañado-¡Genial! Seguro ha oído el golpe-se acerca sacándose la chaqueta y se arrodilla frente a mí. Quiero preguntarle para que me la da, porque no tenía frío pero me sonrojo cuando la pone sobre mis piernas.
¡Joder! ¡Pero si me estaba viendo todo!
Consternada por eso, me sonrojo y tapo mejor mis piernas con la chaqueta-¡Qué vergüenza! En este momento de verdad creo que debí quedarme en la habitación. Tal vez incluso era una seña para no salir porque iba a pasar esto-Su mano se me es ofrecida y la tomo sin verlo.
Joder, mi dignidad ha desaparecido. Ni siquiera recuerdo que bragas traía.
Espero que hayan sido unas normales, por favor. Por mi escasa reputación que me queda, si es que me quedaba pisca alguna.
-G-gracias-murmuro cuando estamos levantados.
No alzo la mirada, no creo que pudiera volver a verlo. Además tenía que tomar nota, debía usar vestidos más largos para evitar esto.
Aunque tal vez no las vio por completo, porque el vestido se hundió y pudo haberme salvado pero al haberse subido seguro que se veía más del límite permitido de mis piernas.
Agh, la situación la viera como la viera seguía siendo bochornosa.
Mete sus manos en los bolsillos mientras yo aprieto la chaqueta con todas mis fuerzas.
-Te estaba buscando y resulta que asomas.
-Entonces ha sido por tu culpa que me he caído.
-Existen los deseos conectados, pero eso no tiene nada que ver con que seas torpe con los pies.
-No soy torpe-me cruzo de brazos-solo no vi que había una grada más.
Sonríe de lado.
-Torpe, ciega ¿qué más da?-abro la boca ofendida y él se ríe cuando le arrojo la chaqueta.
-Eres un idiota.
-¿Por ayudarte?-pregunta y gruño empezando a subir las gradas-Espera, ¿qué haces? ¿Ahora quieres rodar de más arriba?
Me sonrojo pero no dejo de subir cuando se ríe. Reverendo idiota. Y de cómo lo buscaba, ahora no quería verlo. Solo quería sentarme y quejarme del dolor. Porque sí, aún me dolía.
Oigo sus pasos y cuando veo que hay una enredadera para pasar, sonrío caminando más rápido. Él entra y aprovecho para soltar las hojas en su cara.
Él se queja y yo río.
-¿Qué tienes con golpearme la cara?-pregunta.
-¿Qué tienes con asomar en mis vergonzosos momentos?
Enmarca una ceja divertido y camina acercándose. Entrecierro los ojos y retrocedo disimuladamente pero me trolea re feo cuando pasa a mi lado ignorándome y se arrima al barandal.
Ah...me he asustado para nada.
Me quedo quieta cuando él vuelve a hablar.
-Esto es lindo, quien diría que un montón de luces daría vida en medio de la oscuridad.
Parpadeo y me doy la vuelta para ver la ciudad. Es cierto, no es lo mismo ver las cosas en la noche que en el día, así como tampoco era lo mismo cuando veías el mundo de cabeza que como normalmente lo ves.
Me quedo embobada y voy hacia el barandal para arrimarme. Sonrío cuando veo cómo la ciudad de verdad es hermosa. Las luces, todo ello se ve maravilloso, de alguna manera es mágico.
Mamá tenía razón cuando dijo que París era más hermoso en la noche que en el día. Tenía la magia de hacerte soñar.
Su luna de miel fue aquí, y fue cuando él pidió un deseo, dijo que deseo ser feliz junto a ella.
Tal vez los deseos también se caducan.
Siento que mis ojos se aguan y sonrío cuando una lágrima cae por mi mejilla. Río y niego la cabeza tratando de controlarme. No puedo llorar por boberías.
-¿Estás bien?
-Sí-le miro sonriendo de manera dulce-lo estoy.
Me mira tratando de descifrar que pasó pero solo lo ignoro y muevo la cabeza conforme a la música. Sonrío calmándome y cuando empieza una nueva canción, me volteo hacia él.
-Oye novio falso.
-¿Sí novia falsa?
Me ruborizo pero extiendo una mano.
-¿Bailas?
Incluso uso la voz más suave que tengo y las más dulce para convencerlo.
-No.
Crick.
Eso hizo con mi intento de ser dulce. Frunzo el ceño y me cruzo de brazos.
-No puedes solo quedarte parado toda la fiesta como un amargado.
-Antes estaba sentado-le miro mal-Puedo variar entre ambos.
-Eso suena aburrido.
-Eso es tener calma.
-La calma es aburrida. Además, ¿no te da escalofríos tanto silencio y calma? Sé que el desastre en exceso es malo pero te saca sonrisas. Claro, una vez que deja de ser vergonzoso. Pero yo no podría vivir con tanta tranquilidad, creo que no tendría sentido.
-Diferentes puntos de vista, supongo.
-Bueno, eso ahora no importa. Vamos a bailar-digo tomando su mano.
-Bowen...-se queja tratando de aferrarse al barandal.
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Editado: 30.03.2021