Enfrentamientos y comida
Ver a tía Claennis no era bueno, en realidad, hace tiempo verla eran malas noticias. Por ello, mi cuerpo se tensa y mi voz suena más fría de lo que pretendo.
-¿Qué haces aquí tía?
Sus ojos ignoran totalmente a Gregory y con rostro inexpresivo pero fijo en mí, me responde.
-¿No podía visitarte unos días antes de navidad?-pregunta.
-Claro...eres familia.
Eso parece darle gracia, incluso sus ojos brillan divertidos.
-Me alegra que lo recuerdes-dirige su vista a Gregory-Yo tengo derecho a venir a esta casa porque soy familia, ahora tú, muchacho ¿Quién eres? ¿Qué haces aquí?
Todo este tiempo Gregory quién tenía la mirada en el suelo-seguramente avergonzado-sube la mirada. Y es sorprendente cómo la inexpresiva de tía Claennis parece mostrar una emoción: Sorpresa e incredulidad.
Bueno, tal vez dos emociones.
-Soy Gregory McFly.
Su nombre parece desconcertarle. Y con ceño fruncido, da un paso al frente.
-¿McFly? ¿Eres hijo de Jade McFly?
Gregory se tensa.
-Sí, ella es mi mamá.
Claennis se muerde levente el labio inferior como tratando de retener una sonrisa. Al final lo suelta y con brazos cruzados junto a una ceja enmarcada, le pregunta:
-¿No estás lejos de casa?-Gregory le mira desconcertado-Creo que deberías irte joven McFly, tú madre debe estarte esperando.
-Claro.
El aire es tenso, tanto que puedo jurar que ambos están examinando al otro. Ambos parecen confundidos y a la defensiva. ¿Qué demonios me perdí?
-Yo te acompaño-me ofrezco.
-No Cristina, creo que el muchacho conoce la salida ¿verdad?
Ese reto de miradas, acaba cuando McFly sonríe de lado y asiente.
-Me retiro-dice y luego de verla a ella, me mira a mí-Nos vemos Cris.
Que me llame por ese nombre, sorprende a mi tía. Siento que me sonrojo ligeramente y muevo la mano.
-Adiós.
McFly se fue y tía Claennis solo se dio la vuelta y empezó a caminar hacia la casa. Me quedé parada en la entrada asociando ese intercambio hasta que ella me llamó.
-¿Sí?
-¿Vas a quedarte todo el día afuera?
-No, solo estaba....ya voy.
Abrir la puerta y dejarla entrar es algo que no debería hacer, al menos no sin decirle a mamá. Pero lo hago y la invito a entrar. La servidumbre la atiende y yo solo me quedo a un lado viendo como da órdenes sobre donde dejar las cosas.
Recién ahí, soy consciente de que trae una maleta consigo. La miro confundida y ella sonríe de levemente.
-Sí, Cristina, me quedaré unos días de visita.
Me alarmo.
Joder, ¿qué demonios acabo de hacer?
No, mejor reformulo la pregunta. ¿Qué demonios viene a hacer Claennis aquí?
***
La cena es incómoda, me he acostumbrado a comer sola en la mesa que tener alguien al frente provoca que mi cuerpo este tenso.
Puedo apostar que todos mis músculos nunca estuvieron tan firmes como ahora.
-Cristina.
-¿Sí?
-¿Qué es ese muchacho para ti?
Astuta, pregunta directa y que no puedo evitar. No un ¿quién es? que puede ser respondido con cualquier desviante.
Miro la sopa que no me apetece comer pero que si lo hago, me dará tiempo de responder. Así que como un poco.
-Tía, vienes después de tanto tiempo a visitarnos ¿y tú pregunta es esa?
Sonríe levemente y come sopa.
-Es lo único interesante de la época colegial. Y no creo que quieres hablarme de los deberes ¿verdad?
Rio y asiento.
-Tienes razón, pero supongo que habla con experiencia-se tensa y sonrío hundiendo la cuchara-¿tú época colegial fue cómo la mía?
Niega la cabeza y toma agua pareciendo divertida.
-¿Y cómo es la tuya exactamente? Sí me dices, seguro podemos compararlas.
Joder, metí la lengua y ella no lo desaprovecho. Aprieto la cuchara y me obligo a comer. Debía decir algo, no había escapatoria en ese línea.
Podría irme por las ramas pero ella se daría cuenta.
Tía Claennis...
Cuando abrí la boca para responder, la puerta del comedor fue abierta bruscamente creando un gran estruendo.
-¡¿Qué demonios haces en mí casa, Claennis?!
La calma, siempre trae a la tormenta.
Siempre vi como la calma a Claennis, y la tormenta...siempre fue mamá.
Sus ojos brillan furiosos, incluso su respiración es errática. Todas las empleadas se tensan y con cabeza agachada se quedan en silencio.
Claennis siempre ha sido diferente a mamá, su polo apuesto. Mientras mamá parece una loca enfurecida, Claennis sigue comiendo con elegancia. Y cuando deja la cuchara, mira a mamá con una pequeña sonrisa.
-Hermana, bienvenida a casa ¿tu viaje fue bueno?
Mamá aprieta la mandíbula.
-¡Salgan todos de este lugar! ¡Ahora!
Los empleados hacen lo que ella les ordena rápidamente y cuando la puerta se cierra, solo quiero desaparecer o al menos decirles que me lleven consigo.
-Violet...
-Tienes cinco minutos para tomar tus harapos y largarte de mi casa-masculla mamá-No te quiero aquí, no eres bienvenida y lo sabes.
Claennis suspira.
-¿Aún sigues molesta?
-¿Molesta?-ríe-Quiero que te vayas a la mierda dónde enviaste a Mike.
-Entonces si estas molesta-ríe levemente tensa tía Claennis y toma un sorbo de agua.
-Tú...-se acerca y golpea la mesa quedando cara a cara con Claennis-¡¿Qué demonios tenías en la cabeza?!
-¿De qué estás hablando hermana menor? Yo recién he venido ¿por qué me estás acusando de algo?
-Te conozco, Claennis y...
-Yo también te conozco Violet. ¿Y eso qué?
Mamá aprieta las manos y barre la mesa arrojado el plato de comida al suelo. El sonido me hace pararme.
-¡Mamá!-grito y tomo su brazo para desapegarla de la mesa.
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Editado: 30.03.2021