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Capítulo 33 "Tacleando a McFly"

Tacleando a McFly

 

Entrar en la casa de McFly nunca estuvo en mis planes. Si bien me gustaba, jamás pensé volver a ver de esta manera a Jade. ¿Qué le diría?

¡Hola Jade! ¿Te acuerdas como babeaba por tu hijo cuando éramos niños? ¿Sí? Pues, bueno...lo sigo haciendo. Y nos hemos dado algunos besos así que ¿te llamo suegra?

Sí, Jade seguro me molestaba por la eternidad.

De niña era quien me empujaba hacia su hijo. Se podía ver como una shippeadora, siempre me dejaba estar con Gregory y movía las cejas de manera rara para molestarme cuando me ponía roja al verlo.

Si Jade hubiera seguido trabajando en mi casa como mi niñera estaba segura que no me habría sentido tan sola al crecer.

Tal vez ni siquiera hubiera conocido los barrios bajos.

Pero supongo que los malos momentos son necesarios para descubrir nuevos horizontes. Porque cuando te quitan algo, tienes que buscar algo más para entretenerte. Inconscientemente encuentras algo nuevo.

Yo encontré un lugar, mi refugio...Dark strangers.

El ruido de la puerta siendo abierta, me hace volver mi atención a mi presente y es cuando me topo con una puerta de madera con una corona navideña que tiene en el centro a un muñeco de Rodolfo.

Suelto una pequeña risa por eso. Gregory me mira y sonríe de lado.

-Mi madre lo puso, sabes como ama la navidad.

-Lo recuerdo, solíamos decorar mi casa-murmuro tocando.

Se hace a un lado y entro primero. Oigo como cierra la puerta pero no le regreso a ver, en su lugar, me fijo en la decoración. A diferencia de mi casa, que no tiene ni el árbol. La casa de los McFly lo tiene y las luces están por todos lados.

Cuando Jade estaba, solía ser igual de colorido.

Veo un papá Noel en el centro de una mesa y lo tomo, sonrío cuando veo la inicial de JM.

-¿Lo hizo Jade?

-Sí, siguió un curso de eso y por eso hay muñecos por donde sea que veas-me responde y se va por un pasillo-¡Ya vine mamá! Ven, vamos a saludarla.

Asiento y dejo el muñeco en la mesa para empezar a seguirlo.

Bueno, la hora ha llegado...

Era hora de vernos no como una niña y su niñera.

Si no como lo futura nuera y futura suegra que llegaríamos a ser. 

Mis mejillas se sonrojan de vergüenza y niego. ¡Joder! ¿Qué estoy diciendo? Pongo las manos sobre mis mejillas. Vamos más lento, loca.

-Gregory-dice la voz de Jade y mi estómago da un vuelco-¿porque te tardaste tanto? Me estaba ya preocupando. ¿Viste la hora? Estamos con las justas, debemos apurarnos para hacer la cena y…-sus ojos dan con los míos y se sorprende-¿Cris?

Ante su tono incrédulo sonrío asintiendo y veo como sus ojos se cristalizan.

>>¡Oh, por dios mi niña!-grita antes de rodearme con sus brazos. Río levemente regresándole el abrazo-No sabes cuánto te he extrañado pequeña.

Ahora mis ojos son los que se humedecen y la abrazo más fuerte.

-Yo igual, Jade-susurro.

Viro la cara y frunzo levemente el ceño cuando noto que Gregory nos mira algo confundido y molesto. ¿Qué con esa mirada? ¿Le molesta que abrace a su madre? ¿O le incomodó la forma en la que llame? Bueno, no se me podía culpar...era un vieja costumbre.

Jade era Jade para mí. Decirle señora McFly sería muy extraño.  

Jade se desapega y toma mis mejillas con sus manos. Sus ojos brillantes y dorados, muy contrarios a los grises de Gregory, me miran con dulzura y eso me hace sonreír levemente.

Sentirse querido, siempre se siente bonito en el pecho.

Aunque también quieres llorar. Que jodido era entender al cuerpo.

-Estás realmente hermosa. Incluso más que tu madre. ¡Y alta! ¡Pero si eras tan pequeña!

-Supongo que el consejo de comer toda la sopa si hizo efecto.

Ríe y se hace un lado en la cocina.

-Pasa, pasa. Siéntete como en casa. ¿Has comido? ¿Quieres comer? Nosotros recién estamos por preparar las cosas gracias a que alguien se quedó dormido.

Con la mirada hacia Gregory no hace falta saber a quién se refiere. Río por las mejillas levemente sonrojadas de Gregory.

-Gracias por guardar mis secretos mamá-sisea dejando las cosas.

-Pero si eso Cris ya lo sabía-comenta encogiendo de hombros.

Mierda.

La mirada de sorpresa que Gregory me dirige me hace negar y sonrojarme.

-¡N-no! ¡Qué va! ¡Jade!-me quejo-¡Dijiste que es malo mentir!

-¿Lo hice?-sonríe divertida al tener dos adolescente sonrojados-Tienes razón, estaba jugando con ambos. Ahora, lávense las manos, apaguen el semáforo y regresen para hacer el pavo.

Asentimos sonrojados y uno detrás del otro, vamos hacia el baño. Obvio yo voy detrás de él, era su casa y la primera vez que yo venía. Por ley, él debía ser el guía turístico.

-¿Entras?-me pregunta.

-Dale tu primero-murmuro y asiente.

Que entrara me alivia, no quería avergonzarnos con balbuceos de “Entra tú” “No, entra tú”. De solo pensarlo me estremezco, que soso e incómodo.

Cuando sale, hace algo que me sorprende, sacude sus manos húmedas cerca de mi cara.

-¡Oye!-me quejo haciendo que él ría levemente.

-Creo que estamos pagamos Bowen.

Frunzo el ceño y cuando lo recuerdo, río y ruedo los ojos entrando al baño. De niña solía lavarme las manos y correr hacia él. Me paraba en frente y sacudía las manos.

-¡Zaz!-gritaba y me reía cuando él se quejaba.

Sonrío levemente y me lavo las manos para luego mojar mi rostro. Me alegra que aún lo recuerde.

Me seco la cara y camino de vuelta a la cocina. La escena que veo me hace gracia y no lo disimulo, me río.

-No es gracioso Bowen-murmura malhumorado.

-Te queja genial el delantal de animalitos McFly.

Rueda los ojos y por estarme burlando de él me toma por sorpresa cuando Jade me pone un delantal. Me quejo por la sorpresa pero luego me sonrojo cuando veo lo que dice el delantal.




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