Nuevas cosas
De acuerdo, esto no me imaginé que pasaría.
Sí, digo...de todo lo posible e imposible de pasar...
¡¿Qué demonios hace Trina afuera de mi casa?!
¿El cielo se va a caer o qué?
Por las dudas incluso miro arriba y no parece ser que el fin del mundo sea hoy. Regreso la mirada a las rejas y los guardias parecen estar pasando un mal momento con la señorita gritando a todo pulmón.
Si sigue así se le va a explotar uno.
-¡Quiero verla! ¡Dile que salga ahora!
-Señorita no puede.
-¡Bowen! ¡Bowen! ¡Sal de una buena vez!
Claro, yo soy un como perro fiel y te iré a ver.
Entrecierro los ojos y me acerco.
-De verdad tienes agallas si tienes la lengua para llamarme así.
Al verme sonríe.
-Al fin sales.
-No lo digas como si me estuviera escondiendo.
-Pareciera.
-Quiero que vayas al punto Trina. Dime ¿qué negocios tengo contigo como para que en las jodidas vacaciones vengas a mi casa a hacer un escándalo?
-Sé quien escribió el artículo y lo publicó.
Suspiro.
-También lo sé.
-Fueron Hila...-se detiene y me mira-¡¿Y no harás nada?!
-Eres ruidosa-me quejo-Además ¿viniste a mi casa para eso? ¿De verdad? ¡Tú estás loca Trina! Vete, ve a dormir, holgazanear o algo pero por favor... ¡deja de acosar a mis guardias!
-¡Pero te estoy acosando a ti!
-¡Eso no es menos reconfortante!
Parece no entender el problema, incluso mira detrás de mí y parece curiosa.
-¿Puedo entrar?
No dudo.
-No.
-¿Por qué?
A la mente vienen las innumerables razones del porque eso no es posible. Le he gritado, no nos llevamos, no hablamos, no me agrada.
¡Y parece estar loca!
Pero ella aprovecha de mi distracción y cuando voy a gritarle que no, ella ya no está.
-¿Dónde se fue?
Los guardias se miran y señalan el jardín. Tomo aire y pisando fuerte voy en busca de ella. Cuando la veo, Trina se encuentra viendo la piscina.
-¡Uy, sí que te ahogas en dinero Bowen!
Ni me molesto en mirarla mal y me quedo a una distancia prudente de la piscina.
-¿Por qué viniste? Quiero la verdad, no eres tan tonta Trina.
-¿Eso es un halago?-pregunta irónica. No respondo y suspira-De acuerdo. La verdad es que quiero tu ayuda.
Enmarco una ceja.
-¿En qué?
Aprieta los labios y mira hacia un lado para luego verme.
-Quiero alejar a Hilary de Abigail.
***
Muevo mi cabeza al ritmo de la música de mi teléfono mientras muevo el lápiz entre mis dedos. Trato de completar la estrofa pero no me concentro por completo.
Finalmente suspiro y dejo el lápiz encima del cuaderno.
“-Quiero alejar a Hilary de Abigail.
-¿Por qué?
-¿Por qué? ¿En serio es la pregunta?
-No me entiendes. No te pregunto porque alejarla, te pregunto porque precisamente tú quieres hacerlo.
-Yo...
-Fuiste una perra con ella al hacerla elegir entre tú y Alan. Fuiste quién se volteó a un lado cuando se rieron de ella. Le has manipulado sin importarte lo que Abigail siente...entonces ¿por qué te preocupa que otra persona lo haga también? ¿Tiene lógica?
No respondió, y creí que no lo haría cuando bajó la cabeza.
-Sé que nunca fui una buena amiga con ella. Porque nunca he sido sincera, pero jamás hice algo a sus espaldas.
-¿Encerrarla el día de Halloween no cuenta?
Sonrió.
-Sabía que ella estaba en el baño. Y lo dije con toda la intención de que supiera que yo lo hice. Creí que dejaría de ser cordial conmigo y sería algo más humana, creí que por una vez ella me miraría mal y haría algo guiada por sus sentimientos.
>>No lo hizo, siguió sonriendo al verme y hablando conmigo. No lo entendí y hasta ahora no lo hago-se encoge de hombros-Detesto eso de ella pero no por eso quiero que una perra le sonría y le apuñale la espalda. Si al menos lo hiciera de frente me daría igual, pero no lo hace.
-¿Esa es una forma rara de decir que quieres protegerla? ¿O es que solo tú puedes molestarla?
-Ninguna de las dos. Quiero que ella vea el peligro y sepa defenderse. No seré su escudo y tampoco le daré la mano, solo le golpearé y le diré que mire hacia dónde está el cuchillo.
Una sonrisa se formó en mis labios y reí.
-No creí que tuvieras un lado Tsundere (1)
-Debes estar bromeando-se quejó.
-Un poco-admití-pero ¿qué pasa si no quiero ayudarte?
-Estoy segura de que me ayudarás.
-Muy confiada”
Y aunque pareciera loco, se quedó para comer. Fue porque salió Nancy y le confundió con mi amiga a pesar de que varias veces le dije que no lo era. Ella y Ruth se hicieron oídos sordos y nos sirvieron comida en el jardín.
Pero alejado de la piscina por suerte.
Mientras ella comía y hablaba yo solo podía ver hacia un lado.
-Tienes lindas flores-comentó.
-Lo sé.
Soltó una risa y comió un pedazo de pastel. Miró hacia los lados y se levantó.
-¿A dónde vas?
-Solo hay algo que quiero comprobar.
Se alejó y sin más remedio la perseguí fruncí el ceño al verla examinar por los alrededores y luego mi sorpresa fue grande cuando gritó.
-¡Esto buscaba!
Se acercó hacia una esquina y cuando vi sus intenciones de tocar los tulipanes rojos, tome su mano y la detuve.
-No los toques.
-¿Siguen siendo especiales para ti?
Enmarque una ceja.
-¿De qué hablas?
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Editado: 30.03.2021