El secreto de Gregory
Mi corazón bombea con fuerza contra mi pecho, es tan claro que puedo realmente sentir mis pulsaciones y como el miedo se cuela por cada una de mis venas, se esparce, haciéndome temblar cada vez más.
Todo ello mientras camino y no soy muy consciente de lo que está al frente mío, mi mente está en otro lado. Para ser específica, en el recuerdo de los golpes, el sonido y la sangre.
-¿A dónde vamos?-una pregunta susurrada en mi mente.
No lo sé.
-Bowen, ¿a dónde nos dirigimos?
A dónde deje de estar tan oscuro....
Una fuerza me hace detenerme y en menos de un segundo doy contra un cuerpo y me veo envuelta en unos brazos que rodean mi cintura. Recién ahí reacciono, noto mis manos pegadas contra su pecho temblar y no solo tiemblan mis manos, todo mi cuerpo se estremece con pequeños espasmos.
Como yo, Gregory lo nota y me apega más hacia él. Es cálido, se siente reconfortante y de alguna manera me hace sentir más culpable.
-Cris, yo...
-Golpee a personas y las lastime-suelta mi boca sin poder guardarlo más-Sé que siempre he tendido a ser una serpiente venenosa con las palabras pero golpear de manera física a otra persona es...
...sin duda un nivel del que no había experimentado.
Y eso me tiene de alguna manera afectada, no solo es el hecho de haberlos herido y que los golpes secos acompañados de gemidos de dolor, hicieran que por un momento me congelara. Lo que me afecta realmente, es el pensamiento de lo que hubiera pasado si no lo hubiera hecho.
Si hubiera dudado y actuado de buena manera nosotros... ¿qué hubiera sido de nosotros?
Ante una imagen desagradable tiemblo de nuevo y aspiro aire con fuera aguantando las ganas de llorar. ¿Nosotros hubiéramos muerto? No quiero, aun no quiero morir y menos que él lo haga.
No por el resto, hay tantas cosas que aún quiero hacer y haber tenido la muerte en frente de mí...me tiene temblando.
Su cabeza desciende y deja descansar su frente contra la mía.
-Yo también lo hice-susurra.
Río amargamente.
Eso es lo peor.
-¡Te obligue a hacerlo!-gruño apretando su camisa molesta conmigo misma-Lo siento, al parecer siempre te estoy llevando a este tipo de situaciones y yo...
De verdad lo siento.
Soy un desastre y atraigo más desastre conmigo.
Una risa leve se oye y alzo la cabeza para verlo. Cualquiera se ofendería al oírlo reír pero ahora lo entiendo, hace tiempo incluso yo me molesté cuando se río porque creí que se burlaba de mí. Ahora viéndolo a los ojos aun con su frente arrimada, puedo entenderlo.
No lo hacía. Gregory en realidad...pareciera entenderme mejor de lo que creía.
-Culparte a ti mismo por una serie de problemas es una bobería, Bowen-susurra y con una mano acaricia mi mejilla-La vida tiene acciones que nos unen a las de otros. Nuestras decisiones nos llevan a un lugar, pero que nos topemos con otra persona en esa situación, es porque esa persona también decidió y su decisión, es la que lo llevó a dónde tú estabas. No al revés. Yo elegí seguirte, Arlen vengarse, y tú defenderte.
Sus labios rozan mi oído y susurra:
-El mundo no gira a tu alrededor, tu giras junto al mundo. Y no lastimas ni eres cristal para los demás. El cristal siempre se rompe frente al diamante...y tú no estás rota.
Sus ojos, siempre he admirado como aquellos ojos grises son capaces de confortarme. Cualquiera se cansaría de mi mierda, incluso yo lo hago. Mi cabeza muchas veces es un disco repetitivo y cuando me repito estar bien, caigo. Y eso es frustrante.
El sentimiento de creer salir, y tropezarte de nuevo para caer...te hace sentir que todo fue inútil.
Es mi complejo, y aunque él no tiene claro lo que yo pase y la causa de mis pesadillas y comentarios, me oye y de alguna manera...es una forma de sanar que conocía pero evite.
No quiero lastima, no quiero falsas palabras de ánimo que lo único que hacen es empeorarme, tampoco quiero mierda de personas extrañas que comenten que exagero. Es mi dolor ¿cómo sabes que exagero y que me aguanto?
¿Cómo puedes decir que es mucho o poco, si no eres consciente de la profundidad y la infección de mi herida?
Mi doble moneda, mi autodefensa, todo ello se ve quebrado porque no tiene una base sólida y firme, que aguante golpes. Mi barrera está construida a base de mis miedos, es lógico pensar que ellos tienen la capacidad de romperlos.
Consecuencia de eso, ahora me encuentro temblando y los susurros infantiles como actuales de mi voz interior pidiendo vivir, me dan ansiedad. Pero al tener a alguien rodeándome, sintiendo una calidez...
Mi garganta se aprieta e inevitablemente...lloro.
Y es que sus palabras me han tocado. No es dulce, no me miente diciendo que todo estará bien. Solo me hace ver el otro lado que me negaba a aceptar y me hace consciente de que está aquí y ahora, escuchándome.
No dice que se quedará conmigo, nunca lo ha dicho, incluso cuando lloré en París él solo expresó que estaba conmigo, en ese presente lo estuvo, nunca ha mencionado un futuro. Y ahora me da una bofetada verbal donde expresa que me preocupo por el resto considerando que yo soy la que los rompe dando al jodido blanco.
“Broken”-cuando entre a Dark Strangers de verdad creí que estaba rota.
Mi familia se había desintegrado de manera tóxica y mis tobillos tenían cicatrices que ocultaba con pulseras o medias, pero usarlas no lograba ocultar mi pánico cuando alguien gritaba o había golpes secos. Y aunque se borraron de mi espalda los golpes, se quedaron las pesadillas.
Fue cuando me di cuenta que el problema real era mi alma, sentía mi alma vacía y mi cuerpo roto.
Así que cuando me preguntaron. “¿Apodo? Dime, ¿cuál es tu apodo?” No dude.
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Editado: 30.03.2021