Aqua

Capitulo - 4... Bienvenida a tu nuevo hogar

Capitulo-4... Bienvenida a tu nuevo hogar

Cerré mis ojos con fuerza, tratando de comprender que era todo esto, un grito mudo escapo de mi garganta al recordar todo lo que yo había hecho con mi familia, lagrimas comenzaron a rodar de mis ojos. Una voz masculina me sacó de mis pensamientos, levante mi cabeza y dirigí mi vista hacia aquella ventana, allí había un hombre con un micrófono.

-hola mí querida niña- musitó aquel hombre. Yo simplemente lo miraba a la espera de lo que me iba a decir.

-has sido una chica muy mala, que le has hecho a tu familia?- chasqueó la lengua y continuó

-bienvenida a tu nuevo hogar, estamos muy contentos de tenerte aquí, relájate y solo disfruta el resto de tu vida encerrada- dijo y estallo en carcajadas. No pude evitar llorar y murmurar cosas solo audibles para mis oídos.

- donde está mi hermano?-grité con la voz quebrada . Aquel hombre me miró de nuevo he hizo una mueca divertido

-está lejos de tu alcance dulzura, acaso no te das cuenta que eres un monstruo- se hecho a reí de nuevo.

-no por favor, sáquenme de aquí, quiero ver a mi hermano, me portaré bien lo prometo- dije estallando en llanto y sollozos.

-mi querida Aqua...- me sorprendí al oír ese nombre, como era posible que él lo supiera- no seas tonta, nunca saldrás de aquí, además no prometas algo que no puedes cumplir- me miró a los ojos he hizo una señal a dos hombres que estaban a mi lado de los cuales no me había percatado de su presencia. ambos hombres arrastraron mi camilla sacándome de allí, caminaron conmigo por un corredor totalmente blanco, pasamos por varias ventanas y pude ver a varios chicos y chicas encerrados como en una especie de celda, dividida por un cristal y custodiada por dos hombres grandes. Aquellos chicos también llevaban batas blancas puestas y solo me miraban con sus caras demacradas.

Me entraron a una sala al final del pasillo, me dejaron allí y se fueron, luego entro una mujer rubia.

-Aqua, 10 años, poder sobre agua, asesina- leyó aquella mujer la hoja que tenía en sus manos, para luego mirarme detenidamente.

-Valla, valla, el fenómeno más joven que ha estado aquí. Tú sí que eres peligrosa- articuló la rubia con ironía. Yo solo me quedaba viéndola y preguntándome que sería de mí.

-bueno chiquilla esto te dolerá, pero debes acostumbrarte porque esto se te hará muy seguido-

-Que me vas a hacer,- dije con mi voz entrecortada

-oh nada relajante querida- dijo la mujer

-per...- no me dejo terminar, me inyecto con una enorme jeringa en mi frente, eso sí que dolía, comencé a moverme frenéticamente tratando de soltarme, pero lo único que logre fue hacer una daño terrible a mis muñecas y tobillos. Ella sacó la jeringa y luego golpeo mi frente con una palmada, hizo el mismo procedimiento en cada una de mis pies, mis manos y mi estomagó, fue el peor dolor que he experimentado en mi vida, y podía sentir una pequeña gota de sangre en cada parte donde fui inyectada.

-ya basta por favor!!- dije casi en un susurro y con lágrimas correr por mis mejillas.

-tranquila chica ya casi terminamos- dicho esto arrastro mi camilla hacía un aparato muy grande, y de un tirón me introdujo en él.

-lista- dijo la rubia

-NOOO!!- grité yo, pero ella presiono un botón y una especie de rayos comenzaron a atravesarme, apreté fuertemente mis ojos y labios, tanto que me hacía daño, pero nada era peor que surtir esos rayos en mi cuerpo, era como si que quebraran todos los huesos a la misma vez.

 

Me sacaron de aquel lugar, sentía que me iba a morir, el dolor era impresionante. Me entraron en otra sala, allí había una chica de unos veinte años limándose las uñas.- déjenla ahí- dijo la chica a los dos hombres se fueron, yo no me sentía nada bien, y no me atreví a mirar en donde me encontraba. La chica leyó un papel y luego movió la cabeza; me miró con cara de asco y se acercó a mí.

-valla que tengo trabajó contigo- yo solo la miraba con desganó. Aquella chica me quito mis ataduras y me ayudo a ponerme de pie, me sentó en una silla frente a un gran espejo, al ver mí reflejo en el espejo, un grito agudo salió de mis labios he inundo la sala, mi piel se veía demacrada y sucia, y mis ojos rojos de tanto llorar. La chica sacó unas tijeras y empezó a cortar mi cabello, hasta mis hombros; no me opuse, no tenía ni siquiera fuerzas para hablar, me sentía derrotada, acabada, me sentía muerta en vida.

Me despojaron de la bata que cubría mi cuerpo, me metieron en la ducha para lavar mi cuerpo. Trate de manipular el agua pero fue en vano, no funcionaba, y tampoco sabía la razón, así que deje de hacerlo. Luego me sacaron y me vistieron de nuevo con una bata, me sentaron en una silla de ruedas y me amarraron de nuevo. Salimos de esa sala y subimos por un ascensor. piso tres, caminamos hasta el final del pasillo, la puerta tenía una placa la cual decía- 341,AQUA- abrieron aquella puerta y me arrojaron adentro como basura, mi cuerpo golpeo el frio suelo, y la puerta se cerró a mis espaldas, dejándome en completa soledad. Me quede un rato tirada en el suelo, luego me senté y abrace mis rodillas, la habitación era blanca, con las paredes acolchadas, una pequeña mesa con una silla y una cama, me acurruque en un rincón y enterré mi cabeza en mis rodillas y comencé a llorar, que iba a ser de mi vida, no paraba de pensar en mi hermano. Allí me quede dormida, estaba soñando con mi familia, un día de sol y un hermoso picnic, corriendo detrás de Toto mi perro, junto con mi hermano y mis padres riendo.




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