Solo veía mi ropa en la cima de mi cama pensando en que, si toda esta situación era correcta, en si debía o no presentarme a verlo.
No podía pensar con claridad, creo que desde hace mucho tiempo no puedo pensar con claridad, solo estoy sobreviviendo porque a todos estos meses no se les puede llamar vida, no se puede, simplemente porque no estoy bien es cierto que a veces sonrió, a veces me rio, a veces me sintió un poco libre pero esa sensación es solo por un pequeño momento, solo es un poco de luz en una vida que se a convertido en completa oscuridad.
Creo que jamás en toda mi vida me había sentido así, sentido que no valgo nada, que no soy lo suficiente buena para cualquier situación que se me presentara, jamás en toda mi vida me había sentido muerta en vida.
Solo me preguntaba si esto era lo que necesitaba, si verlo y ver como nuestro amor ha muerto era lo que me liberaría de este tormento, era lo único que quería y era lo que mas necesitaba.
Me vestí, tomé mis cosas y salí de mi hogar.
Estábamos en esa época en la que el frio en la ciudad era insoportable, el viento golpeaba con fuerza mi rostro y sentía como penetraba a lo mas profundo de mi ser.
Llege al parque y se encontraba casi vació solo algunas personas pasaban por ahí y algunos niños jugaban en el área de juegos.
Había llegado al lugar como por desidia, como sabiendo que tendría que presentarme al lugar de la reunión, pero sin saber si valdría la pena.
“Solo quiero sentirme libre, solo quiero que esta agonía acabe por favor, solo quiero poder vivir de nuevo en paz por favor Dios mío que esto sea el punto final de todo esto” pensé derramando alguna lagrimas sin querer.
—Hola—dijo alguien interrumpiendo mis pensamientos.
Y ahí estaba parado viendo fijamente con sus ojos marrones aquel chico que ame con todo el corazón, pero que quebró y ahora solo quedan cenizas de ese amor.
—Hola—devolví el saludo sin ganas mientras me levantaba de aquel escaño donde me encontraba sentada.
Estaba a unos cuantos metros de distancia, pero ahora aquella persona parada ahí que conocía a la perfección solo era un completo desconoció.
—Esto es algo que tenemos que solucionar todos—hablo de nuevo.
—¿Todos?—pregunte confundida.
Y acercándose cada vez mas pude divisar a Dayana llegando a donde nos encontrábamos los dos.
Nota del autor: No puedo creer que ya sean veinte capítulos, gracias por todo su amor y apoyo significa mucho para mi el que les este gustando la historia, gracias por los que siempre comentan, votan y estar siempre pendientes de las actualizaciones.
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