No pude dormir, cerraba mis ojos y por pequeños momentos el sueño entraba en mí, pero, así como llegaba así partía.
Sin darme cuenta el sol comenzaba a salir por el horizonte, camine a la sala para dejarme caer en el sofá más grande que tenía.
—¿Una noche difícil?—pregunto Bobby mientras se acercaba a la habitación.
—Como no tienes una idea—le respondí.
Había pasado ya un año desde aquel suceso, de ver aquella imagen que rompió mi corazón en mil pedazos, pero a veces creo que el dolor nunca desaparecerá, a veces siento que esta tristeza que se apodera de mi por días enteros no desaparecerá, a veces que el miedo a ser lastimada de nuevo jamás se ira y que esto me ha marcado de por vida.
—¿Cómo te sientes?—pregunto desde el otro sofá—pero quiero la verdad.
—¿La verdad?—susurre—La verdad es que me siento mas sola que nunca, siento como si estuviera caminando pero no se a donde me llevara el camino pero ya es muy tarde para regresar.
—¿Sola?—pregunto con un tono de tristeza.
—Si—di un suspiro—No quería lastimarte con mis palabras.
—No, esta bien, no tienes por qué preocuparte—me sonrió.
Nuestra conversación no duro mucho más, desayunamos juntos y después el se fue, me abrazo como si quisiera arreglarme, pero quizás ya no se pueda.
Pues creo que lo que dicen por ahí es muy cierto, ni reparando algo pedazo por pedazo, ni uniéndolo cuidadosamente este vuelve a ser lo mismo.
Me quede en la sala de nuevo, me acosté en el sofá para intentar dormir, pero era inútil con todo lo que estaba pasando por mi cabeza, pase de estar triste a simplemente no estar cómoda con nada ni con nadie, me estaba convirtiendo en mi propio agujero negro, lo que me preocupaba realmente porque sentía que cualquier momento podía explotar y no sabía que consecuencias tendría esa explosión.
Pero lo mas ridículo es que ese agujero se calma cuando estoy con Jonathan, cuando me sonríe, cuando me toma de las manos, cuando me dice que no me va a volar a lastimar, pero también cuando el se va de nuevo esta tempestad en mi crece sin parar hasta el punto de devorarme.
Se que no es bueno para mí, sé que me lastima su presencia, se que me lastiman los recuerdo, sé que estar encontrándome con él una y otra vez solo estoy cavando mi propia tumba.
La ultima vez que lo vi le dije que la culpa era mía porque elegí a un chico que me iba romper el corazón, pero aun así lo ame, lo ame con toda mi alma, le entregue mi vida.
Claro que todo esto es mi culpa, pero no por que lo amé si no por que la persona que más tenía que cuidar, porque a la persona que mas debí amar la deje en segundo lugar.
Porque es trillado, pero debí amarme a mi primero para poder entregar amor a los demás.
Alguien toco a la puerta y jure que si era alguno de ellos dos les daría un tiro.
—¿Qué haces aquí de nuevo?—pregunte confundida.
—Vine para poder dar comienzo a tu plan de venganza—dijo Bobby con un vestido rojo y unos zapatos negros entre las manos.
—¿Venganza?—pregunte aun mas confundida.
—Ya veras—dijo Bobby mientras entraba a mi hogar.
Mi sonrisa creció de oreja a oreja, cerré la puerta y estaba lista para escuchar atentamente a Bobby.